—Por favor, señor— dije levantándome de la silla. Me encontraba en la oficina de Roy.
—No insista, Jones. He dicho que no.
—No le he pedido nada, señor. ¿Por favor?
—Jones...
—Puedo trabajar días extras, le puedo ayudar en algo o si quiere renuncio pero por favor, solo le pido dos días.
—Ya, ya, no más dramas, le doy dos días libres pero a cambio quiero una cita— lo miré extrañada y él se dio cuenta —, no con usted, con su prima Megan.
—Sé que no es de mi incumbencia pero, ¿no ustedes eran novios ya?
—Hubo un problema que provocó que se terminara nuestra relación. Le contaré después, entonces, ¿acepta?— asentí sin decir nada mas —. Muy bien, ahora salga de mi oficina.
Di media vuelta y caminé hacia la puerta.
Era mi hora de comer, así que tomé mi bolso y fui hacia el ascensor más emocionada de lo que debería. Fuí hacia la recepción para encontrarme con Mare y contarle.—¿Qué?— preguntó ella.
—Iré con mis padres.
—No eso, ¿Roy de verdad te dió permiso?
—Sí, ¿no es sorprendente?— sonreí.
—Bastante, ¿qué trabajo le habrás hecho?— puso una mirada divertida.
Reí fuertemente y después arrugue la nariz —no quería esa imagen en mi cabeza.
—¿Y Alex lo sabe?
—Por el momento no, igual no es la gran cosa.
—¿Cuándo regresas?
—Me iré mañana en la mañana, solo serán dos días.
—Bueno, me parece bien. No estaré sola mucho tiempo con la señorita cuerpo perfecto— dijo refiriéndose a Nataly.
Reí un poco —Amiga, vamos a comer, tengo bastante hambre.
(...)
Llegué a mi casa y puse mis llaves en la mesa, me quité los tacones y caminé hacia el sillón
Me senté y tomé mi celular, llamé al número de Alex y a los dos tonos escuché su voz.
—Hola preciosa, no esperaba tu llamada. ¿Cómo estás?
—Bien, muy bien, ¿tú cómo estás? ¿Estás ocupado?
—Estoy bien y no, no estoy ocupado, andábamos ensayando un poco pero nos tomamos un descanso.
—Genial, adivina qué.
—¿Qué pasó nena?
—Iré a visitar a mis padres mañana.
—¿Te irás en carro?
—Sí, serán cuatro horas de viaje.
—¿Y estarás muy ocupada? Si sí, para no interrumpir.
—Espero que no, igual no me iré muchos días— sonreí —, cambiando de tema, ¿cuándo me enviarás el vídeo?
—Falta poco, tranquila.
Alex se quedó callado por unos segundos y al fondo pude escuchar una canción, la desconocía por completo pero por lo poco que puse atención, decía algo como extrañar una relación.
—¿Esa canción cuál es?
—¿La que se escucha de fondo? Es una banda no muy conocida, esa canción me recordaba mucho a mi ex.
Eso dolió, dolió muchísimo, ahora fui yo la que se quedó callada.
—¿Nena? No lo malinterpretes, por favor. No la extraño.
Busqué el valor para poder hablar —está bien, descuida, debo de irme.
Sentí un dolor en el pecho al imaginarme a Alex y a su exnovia juntos.
—¿Todo bien?
—Sí, no te preocupes, hablamos mañana.
—Te quiero — escuché en su voz que trataba de relajar el ambiente.
—Y yo a ti— y finalicé la llamada.