NO SÉ QUÉ ME SORPRENDIÓ MÁS, el hecho de que el príncipe se había hecho camino hacia nosotros si la ayuda de un caballo o haber visto como mataba a un Umbra, que lo iba a atacar por detrás, con un rápido movimiento de su espada.
—Creo que deberíamos ir retirándonos lo antes posible, después de todo ya los localizamos— sus ojos verdes, tan idénticos a los de Rosetta se posaron sobre mí, haciendo que mi corazón palpitara con suma fuerza.
—Milla di algo— me sorprendió encontrar un talante de molestia en la voz de Lyon.
— ¿Cómo supieron que estábamos aquí?— pregunte finalmente mientras el rey Roman miraba en todas direcciones en busca de algo.
—Hemos estado observando a estas monstruosidades en las últimas horas, se habían mantenido a la orilla de la ciudad pero de pronto se conglomeraron en este lugar, nos llamó la atención así que vinimos a ver qué ocurría— su compostura en esta situación era envidiable, quisiera estar tan tranquilo como él.
— ¡Milla a tu derecha!— mi cuerpo reacciono a la voz de Lyon de manera rápida, alce mi brazo en el preciso instante que un Umbra se abalanzaba sobre mí, enterré con fuerza la daga de los héroes en la ubicación de su corazón para luego hacer un movimiento brusco que mataría a cualquier humano, y entonces paso lo que estaba esperando que ocurriera desde que había comenzado la pelea con los Umbras.
La máscara de este se comenzó a desquebrajar mientras un alarido salía de su boca, poco a poco las piezas blancas dieron paso al rostro agónico de una joven, tal vez de mi edad, vestida en las ropas tradicionales de Niven, saque la daga de su cuerpo antes de que esta se desplomara, sin vida, frente a mí.
Había luchado contra tantos Umbras en la noche y ninguno de ellos había sido humano antes, y aquí estaba ahora, frente a una de las personas que había muerto en Niven para convertirse en esta abominación; me preguntaba si Bramos me podía hacer lo mismo a mí.
— ¡Por Las Estrellas!, es una humana— el rey Roman por fin se sorprendía por algo que estuviera presenciando.
—Luego explicare esto, debemos retirarnos, solo yo puedo detenerlos por completo— dije quedamente mientras que veía Umbras que habían sido atacados por los soldados de Roman, volverse a levantar con el mismo humo negro saliendo de las comisuras de sus blanquecinas mascaras.
Mis palabras parecieron detonar algo en el interior de Roman, una expresión de terror, por los monstruos que nos rodeaban y sus pasados, se apodero de sus facciones y de su corazón.
— ¡Gareth mi caballo! ¡Retirada!— todos los soldados siguieron las palabras de su rey con suma eficacia, sus caballos se voltearon en dirección a Agann, entre ellos llego Gareth con Rosetta, siguiendo al caballo en el que iban montados venia otro de blanquecino manto.
Roman no perdió tiempo para tomar lugar en la montura del majestuoso animal para luego estirar una de sus manos en mi dirección— montaras conmigo sube.
Agarre su mano rápidamente para luego acomodarme detrás de él, estaba sumamente agradecida que no me consiguieron un caballo propio, no necesitaba que nadie más supiera mi secreto.
—Ya te dije que te enseñare a cabalgar algún día— una sonrisa se asomó en mi rostro mientras las palabras de apoyo de Lyon me llegaban.
Roman hinco a nuestro caballo y antes de que pudiera pensar en contestarle a Lyon, nos estábamos moviendo a gran velocidad entre los Umbras, cuando me percate ya habíamos salido del tumulto de atacante y bajábamos del valle hacia la muralla que rodeaba la ciudad de Agann.

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Sombra de Estrellas
FantasyUn monstruo de oscuridad y destrucción plagaba las calles del mundo, hasta que un chico hizo un pacto con una estrella para enfrentarlo. Al final de la batalla la oscuridad se desvaneció, pero con ella también lo hicieron los héroes, dejando atrás u...