Arriba del enorme avión las luces de la ciudad alcanzaban a verse y todo lo que conocía como edificios y rascacielos eran un punto ciego a lo alto del cielo. La conmoción en su corazón era más fuerte cada que pensaba en el rostro, los ojos, el cabello y los labios de ______, la amaba con locura día con día, y no importaba cuanto tiempo dejaba de verla el no podía olvidar a aquella chica extraña que conoció al principio, quien adoraba los dinosaurios, las series y cosas fantásticas que quizá en la vida real nunca podrían existir. El rogaba que alguien más no se convirtiera en el sonido que ella quería oír y él en el ruido que ella no deseaba escuchar.
-Buenas noches, Señor. ¿Gusta alguna bebida?-
-No, gracias- Sonrió un poco acomodándose en su asiento sin despegar la mirada de la ventanilla, ansiaba llegar ya, ansiaba ver la torre de Londres y poder bajar para correr e ir a buscarla.Londres:
-No, sabes donde esperarme Will, tomá el café, va de mi parte por llegar tarde- Acomodó su celular entre su hombro y su oído, metiendo algunas cosas en su bolso apresurada, pues había quedado de verse con su único amigo en la ciudad, se habían conocido en la Biblioteca, el había querido ser aventurero al igual que ella, por lo tanto siempre tenían diversos temas de los cuales hablar, las llaves estaban pérdidas en la habitación y eso le resto al tiempo, hasta que por fin llegó al aclamado lugar y Will se encontraba sentado en una de las mesas cercanas al enorme ventanal, que permitía mirar la enorme torre de reloj de Londres.
-Will- Sonrió un poco sacándose las gotas de lluvia que resvalaban por su frente, el se levantó y la envolvió en sus brazos besando su frente
-_____- Alejo la silla de la mesa ofreciéndole asiento y ella aceptó
-Gracias, William-
-Toma tu café, sigue caliente, lo acabo de pedir hace unos cuantos minutos- Ella lo tomo entre sus manos tratando de calentarse con la taza un poco y suspiro, observando al muchacho frente a ella.
-Will- Abrió sus labios estando segura de lo que iba a decir, pero las palabras se fueron con el frío viento que entró por la puerta de la famosa cafetería, sintió una aguja encajarse en su brazo derecho, la taza de café callo al suelo rompiendose en pedazos y sintió como su corazón dejo de latir por un instante perdiendo el conocimiento de todo lo que se encontraba rodeandola.