Se encontraba tan cansado de la miseria en la que se encontraba el mundo, las personas y sobre todo el, desde hace tiempo debió alejar cualquier tipo de sentimientos y así lo hizo, se colocó los oscuros lentes modernos que le hacían combinación a su chaqueta de cuero negro, montó su elegante motocicleta que habia comprado fácilmente con todos los billetes enrollados que su jefe le había pagado,colocó un cigarrillo entre sus dos labios y arrancó, permitiendo que el frío aire chocase contra su rostro, solía llevar siempre consigo un viejo radio en el cual reproducía una lista de sus canciones favoritas pero mediante todo lo que solía suceder a su alrededor y en su vida, este había sido destruido con una bala de un poderoso "Revolver" dirigió su camino hacia donde siempre le gustaba ir para simplemente despejar su mente y sentir que podía tener el control, aparcó su moto en un sucio y descuidado garage y toco desesperadamente la puerta de aquella casa, una mujer de no más de 24 aňos se encontró al abrirse está.
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-Por fin has llegado, cariňo- Menciono mientras le quitaba el cigarrillo al muchacho y se lo colocaba entre la boca, inhalando y exhalando el humo frente a su rostro, retiro el cigarrillo y posó sus gruesos y rojos labios contra los delgados de él, ambas lenguas danzaban ante aquel acto, el llevo su mano a la bien formada cintura de aquella mujer y la atrajo hacia si mismo
-Vamos Rebeca, no querrás dejarme esperando afuera en este frío lugar- Mencionó con pesadez y dificultad al encontrarse besando sus labios
-Adelante, mi amor- Se hizo a un lado dejando pasar al pelirrojo muchacho, se encargó de quitarle la pesada chaqueta y lo arrojó contra uno de los aterciopelados sillones sentándose sobre su miembro provocándole una excitación
-¿Como te gustaría empezar esta vez, mi dulce Chris?-
-Tu eres la experta aquí, amor- Menciono con una sonrisa observando como la mujer llevaba sus manos al cuello de su blanca camisa partiendola en dos, pasando su delgada lengua sobre el pecho del muchacho y llevando su mano al bulto que se encontraba bajo sus pantalones masajeandolo de arriba a abajo haciéndole soltar unos cuantos gemidos, arrancó con fiereza el detallado sostén de la mujer y metió uno de los rosados pezones a su boca.
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-Mamá ya he llegado- Avisó sin alegría alguna en su voz, como si fuese siempre lo mismo y así solía ser, asistir 9 horas al instituto, llegar a casa y nada cambiaba, la misma rutina todos los días y realmente no le molestaba, tiro su mochila al suelo y con un pequeňo salto calló en el cómodo sillón, tomando el control remoto encendiendo la televisión, al menos le alegraba que estuviesen pasando una de sus series favoritas en ese momento "The Walking dead" y para ella era más que suficiente hacerse un sándwich de jamón y queso, pues su madre algunas veces no solía estar para encargarse de preparar una deliciosa comida al llegar del infierno (la escuela) la puerta había rechinado justo en el momento más emocionante de la serie que ni ____ se molesto en ir a ver quien era, y no importaba realmente, pues su madre o su padre solían tener las llaves sin necesidad de ir a darles la bienvenida al girar el cerrojo, pero después de unos segundos aquello había sido de lo más extraňo pues sus padres siempre solían entrar con una frase más o menos "___ ya he llegado" o "___ estoy en casa cariňo" tomó el control y apago la televisión dirigiendo su paso hacia la cocina pero no había nadie ahí y todo se encontraba bajo control.
