4:09 p.m.

39 1 2
                                    


"Nos prometieron que los sueños pueden volverse realidad, pero olvidaron mencionar que las pesadillas también son sueños"

—Oscar Wilde.


Esta mañana, mi amígdala hizo su función y tomó el control de mis decisiones. Sí, actué por instinto, no razoné lo que decía. Dejé que los impulsos me cegaran, pero como soy una adolescente, no se debería de culparme por ello, ¿o sí? Es decir, es normal a mi edad, ¿o no?

De cualquier forma no creo que debí haber deseado eso. ¿Qué fan en su sano juicio (o con la poca cordura que aún le queda) desearía que nunca hubiesen existido sus ídolos? No tiene sentido. Ni yo, ni la fan que mató a Selena Quintanilla tiene perdón.



Los casi negros ojos de Diana Rubí, se hallaban contemplando las estrellas fosforescentes pegadas al techo azul de su habitación. Desde la comodidad de su cama, pensaba en cuán estúpidamente actúo cuando deseó aquello y luego rio porque sabía que era tonto incluso preocuparse después por creer que se cumpliría. Volvió a reír cuando recordó que fue corriendo hacia David al final del día, sollozando en su hombro y murmurando lo terrible fan que era por desear aquello y él solo se limitaba a ponerle los ojos en blanco mientras su cuerpo gritaba que parase y le dejase acomodar sus pertenecías en el casillero.

Se estiró en su cama y se arropó con las mantas verdes, dispuesta a dormir después de un agitado día. Al menos no todo estuvo tan mal, por fin había terminado sus siete exámenes finales, aunque se le había sumado uno de improviso.

Tomó su celular blanco y configuró la alarma a las 8:30 am ya que el siguiente día era sábado y no había la necesidad de levantarse tan temprano.

Le deseo dulces sueños al póster pegado a su pared con los rostros impresos de Harry, Zayn, Niall, Louis y Liam sintiendo que realmente se lo decía a ellos. Sonrío y cerró sus párpados.

Mientras la luna hacía su recorrido diario por el oscuro cielo y las estrellas apenas titilaban en el cosmos, la mente de Diana proyectaba un enigmático sueño: ella estaba sentada en una cafetería, el lugar tenía un aire inglés y vintage. Se hallaba acompañada de dos chicos, el primero de cabellos castaños a quién no le podía ver el rostro pero quién sonreía tímidamente y a su lado estaba otro chico que aparentaba la misma edad, pero en cambio este poseía el semblante más duro la única parte no visible de su rostro eran sus ojos. Ella, mientras miraba hacia los baños del establecimiento, más específicamente al baño de hombres como si estuviera esperando algo. De pronto un chico delgado y rubio a quién no pudo reconocer llegó corriendo hacia ella y de su boca salió la canción Girl Almighty de One Direction.

No era en su sueño, realmente estaba sonando Girl Almighty por la bocina del celular. Diana extendió su brazo hacia la silla donde siempre lo dejaba. Lo tomó y colocó debajo de su almohada aislando el sonido. No valía la pena poner la alarma temprano si de todas formas terminaría ignorándolo y durmiendo más de lo debido.

Despertó como siempre, con una pereza monumental. Muy apenas se alejó las frazadas de su cuerpo y se encaminó al baño descalza, con tal lentitud, que si hubiera estado en una carrera, hasta una tortuga hubiera podido ganarle.

Se quitó la ropa, se dio un baño, se lavó los dientes. Todo era normal como siempre. Su rutina de los fines de semana en la mañana no parecía haber cambiado mucho.

11:11 🌠 Our wishesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora