Una cuñada estúpida & Un deseo

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Una gran sorpresa para este capítulo :) Gracias por ser tan pacientes conmigo.

Besazos, disfruten! <3

pd: Al lado les dejo la canción con la que hice todo el capi.

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Capítulo 12


MEL (P.D.V)

- ¿Por qué no hablas con él? -Preguntó Kathia mientras se pintaba las uñas.

- ¿Con quién? -Pregunté mientras por dentro rezaba que no se refiriese a quién yo pensaba.

- Sabes perfectamente con quién.

- No tengo nada que hablar con él. No me interesa, no te voy a mentir, hombre por favor, claramente le sigo queriendo.. pero.. ay Kathia, no quiero hablar de ello -Dije mientras secaba mis uñas.

- ¿Por qué no quieres hablar de ello? joder, han pasado tres años, y se perfectamente  que cuando lo vistes se te movió todo.. anda ya y no seas inmadura, vuelve a hablar con él. Ustedes dos se quieren, deberían volver a estar juntos.

Antes de poder decir nada, Ettore entró como una bala en la habitación y se fue directamente hacia Kathia sin reparar en mí.

Típico -Pensé con una sonrisa mientras me ponía en pie.

- Me voy, ya hablamos Kathia -Dije antes de salir de la habitación sin darles tiempo ha pararme.

Ettore y Kathia eran geniales, los adoraba a los dos con todo mi corazón, pero cuando se ponían juntos eran como una pareja que se abstraían de todos a su alrededor. Si no fuera porque sabía que eran primos y que ellos no querían nada más que una simple amistad, podría llegar a pensar que estaban enamorados.

- ¿Te vas ya? -Preguntó Natasha cuando bajaba las escaleras- Ettore acaba de subir. Tenía intención de mandarles algo para comer.

- No hace falta, Natasha, no te molestes -Dije mientras me acercaba y le daba un pequeño abrazo- me voy ya, aquí ya no se me necesita para nada.

- No digas eso, sabes que siempre eres de utilidad -Dijo ella acariciándome la mejilla de manera maternal.

- Gracias, pero las dos sabemos que ahora que está todo bajo control Kathia no me necesita aquí para nada, además, está Ettore. Ya hablaremos -Dije antes de salir de la casa.

Había sonado como una persona resentida y nada más lejos de la realidad. A ver, sabía que le importaba muchisimo a Kathia y que toda la familia Benedetti me apreciaba, al igual que mi familia los apreciaba a ellos, pero ahora mismo sabía que no hacia falta ahí dentro y menos cuando Kathia para olvidarse de sus problemas, me estaría dando la tabarra con los mios.

Entré en mi coche, un mercedes clase A color gris. Nada muy obstentoso comparado con los coches que acostumbraba a usar mi familia.
*
- ¿Por qué te has ido así? -Preguntó Kathia cuando descolgué el teléfono. Estaba pasando por La Fontana di Trevi en ese momento.

- Kathia,no hacía más falta ahí dentro, estabas con Ettore y con tu familia, claramente yo sobraba un poquito -Contesté recalcando lo obvio.

- Tu eres de la familia, nunca sobras -Dijo ella en lo que era parecido a un gruñido.

- Da igual, además tenía que venir a casa cuando antes, Melanie está irritable últimamente y parece que con la única persona que se relaja es conmigo -Dije.

- Normal que solamente se relaje contigo, eres su madre -Dijo riéndo.

- No soy su madre -Respondí resoplando.

- Pero es como si lo fueras, tu cuñada pasa de ella como de la mierda y solamente te tiene a ti, eres la persona que le da cariño, la que juega con ella, la que le cumple los caprichos.. eres su tía y te comportas como su madre.. ¿cuántas veces te has levantado para darle el biberón cuando tu queridisima cuñada estaba de fiesta? enserio, tu hermano debería replantearse su vida con ella -Dijo.

- Mi hermano está tan cegado con sus grandes tetas y su acento francés como para pensar en dejarla. Además, que mi hermano es igual que ella, tiene una hija y nunca está en casa -Dije resoplando mientras atravesaba la verja de seguridad que tenía mi casa.

- Pero no vayas a comparar, tu hermano ha estado viajando últimamente y cuando vuelve a casa está siempre con Melanie, no como tu cuñada, que se pasa el día de compras y cuando llega se acuesta a dormir y te deja la niña a ti -Dijo ella, estaba empezando a enfadarse.

- No sé por qué te enfadas cuando yo soy la que la tiene que cuidar -Dije riéndo mientras aparcaba el coche y me bajaba.

- Porque me indigna. Tienes una sobrina preciosa, de la cuál solo se hacen cargo su tía y sus abuelos. El padre lo entiendo, porque está trabajando, pero es que la madre es muy puta -Dijo ella irritada.

- Eso no te lo voy a negar -Dije mientras dejaba las llaves del coche en el cuenco- ahora tengo que dejarte,la estoy oyendo llorar. Se nota que ya conoce el ruido que hace mi coche.

- Querrás decir la falta de el.. voy a tener que comprarme un coche como el tuyo, porque puede que el mío sea mil millones de veces mejor, pero no soporto el rugido del motor, parece que en cualquier momento voy ha empezar una carrera, odio que la gente me pique por las calles más estrechas de Roma. Joder, que mi instinto competitivo sale a la luz y tengo que hacer malabares para nisiquiera rozar las llantas en las esquinas -Dijo práctiamente en un grito.

- Kathia, esa es la diferencia entre tú y yo. Mientras yo me busco un coche de lo mejor, bastante equipado y sin tubos de escape que parecen los coches de un muelle, tu te buscas lo más escandaloso, mil veces más equipado y con un motor de la hostia con un ruido de la hostia también.

- Por eso somos tan buenas amigas. Somos como el día y la noche, es cierto de que los polos opuestos se atraen -Dijo riéndo.

- Anda, adiós. Si necesitas algo, sabes perfectamente donde estoy -Dije antes de colgar.

- Melissa, joder,¿dónde estabas? sabes perfectamente que esta maldita niña no se controla si tu no estás -Gritó Sandrine cuando llegué a la habitación. Era una estúpida de la élite francesa que si ya marcaba su acento cuando hablaba, cuando se enfadaba prácticamente ni se le entendia, parecía que en cualquier momento iba a escupir la papa que tenía en la boca.

- No le digas maldita a tu hija, ¿eres tonta o qué coño te pasa? -Dije mientras me acercaba a coger a mi sobrina de un año y medio- además, yo no soy tu niñera, solamente soy su tía, si no querías una hija no haberla tenido, ¿sabes? existen los condones, la píldora del día después y el DIU y por muy duro que me parezca, podrías haber abortado, que si no es ilegal, tu padre puede hacer que todo vuelva a serlo.

- No te pases -Dijo apuntándome con su dedo de bruja.

- Más te vale tenerme contenta porque me largo y te dejo a la niña aquí -Dije alzándo una ceja.

- Sabes que no serías capaz de dejarla conmigo porque de nada que empiece a llorar, simplemente me largaré y ella se quedará aquí sola -Dijo antes de coger el bolso y dirigirse a la puerta- me encanta que seas tan amable Mel, besitos. Te quiero.

- Y yo a ti -Dije en alto, luego susurré- en el fondo de un barranco, perra.

- Te he oido -Gritó ella, luego, salió de casa.

- Mejor -Dije riéndo mientras me dirigía a la cocina a prepararle el biberón a Melanie.

Increíble -Pensé mientras sacaba la leche- tengo veintidós años y prácticamente tengo una hija. Esto no puede ser.


SEAN (P.D.V)

Byron miraba sin cesar su teléfono. Michael veía la tele junto a un Travis que estaba mirándo algo en el ordenador y Paul le mandaba miles de miradas de reojo a su móvil.

- Pensaba que si veníamos a Italia por lo menos tendríamos algo de diversión, pero lo único que hemos hecho, es estar aquí dentro armando estrategias para que los Benedetti acepten este trato, no lo van a hacer porque sea lo que sea lo que quieren hacer nuestros padres, a ellos no les conviene. Conocimos a Kathia, les aseguro que ella sacó su testarudez de su familia. No hay nada que hacer -Bufé.

- Mejor ponte a comer, como has estado haciendo todos estos días y cállate la puta boca, nadie ha pedido tu opinión -Soltó Paul.

- Mira, si estás jodido porque la putita esa a la que te has estado follando últimamente nisiquiera es capaz de llamarte, no lo pagues por nosotros. Deberías saber que el karma se vuelve contra la gente, lo que le hicistes a Byron, se está volviendo contra ti. Una piba que te interesa, y a la pobre le importas una mierda -Solté.

Al momento Paul estaba en pie y venía hacia a mi. Nisiquiera me moví de la silla, al momento Travis le agarraba por el cuello y lo estaba empujando hacia atrás.

- Déja de comportarte como un puto energumeno y céntrate -Le gritó Travis.

- Que no me toque los cojones, porque no respondo -Gruñó.

- Uff.. el perro está nervioso -Dijo Byron mientras se ponía en pie- ¿por qué no te vas un poquito a la mierda y dejas tus amenazas de lado Paul? eres un mierda al que nadie de esta familia aprecia mucho. No, espera, al que yo no aprecio mucho y por lo que veo Sean tampoco y parece ser que a Travis le importamos más nosotros. Anda y tómate una valeriana, te noto alterado.

Acto seguido, salió de la habitación, yo, sin esperar un segundo, me levanté y le seguí.

- Bien hermanito, bien, iniciativa -Dijo Byron riéndo.

- Me ha encantado tu discursito, enserio, me ha llegado al alma -Dije mientras bajabamos a recepción.

-Te voy a pedir un favor, la próxima vez no me nombres en tus movidas con él, vale que tienes razón, pero prefiero mantenerme al margén, odio a esta familia y cuanto menos hable con ellos, mil veces mejor -Dijo él guiñándome un ojo.

- Espero que no me odies a mi, porque yo los odio tanto como tu, y espero al menos tener a alguien de la familia conmigo -Dije mientras veía como él se encendía un cigarro.

Él me miró y luego me sonrió. Una sonrisa verdadera que hacia tiempo que no veía en él.

- Hermanito, no tengo razones para odiarte a ti. Sufres igual que yo -Dijo dándome un gran golpe en la espalda. No pude hacer otra cosa que negar con la cabeza.

- Deja de llamarme hermanito, soy el mayor, un respeto -Dije empujándole mientras reíamos.

**

- ¿Te gustaría pedir un deseo? -Pregunté a la coña mientras miraba la fuente.

- Toda persona que venga a Italia debería pedir un deseo en esta fuente -Dijo él mientras sacaba dos monedas y una me la tendía.

- Olvídate, no pienso pedir un deseo, no creo en estas cosas.

- Hermano, no desaproveches este momento y pide lo que sabes que quieres pedir -Dijo él antes de ponerse de espaldas, cerrar los ojos y luego de unos segundos, tirar la moneda.

- ¿Qué has pedido? -Pregunté frunciendo el ceño.

- Si te lo digo no se hará realidad, ahora, pide un deseo -Dijo él colocándome de espaldas a la fuente.

Negué con la cabeza, cerré los ojos y entonces lo deseé.
"Deseo una nueva oportunidad con Mel"

- No se que pedistes, pero se quién aparecía en ese deseo, y parece que se ha cumplido -Dijo Byron después de que lanzase la moneda.

Abrí los ojos y lo primero que vi, fue a ella. Mel.

- Hermano, no seas tonto y aprovecha. Y por lo que más quieras, esta vez hazlo bien -Dijo él antes de darme un empujón.

Le miré y lo vi alejarse hacia la terraza de una cafetería que había allí. Me giré y clavé mi mirada en ella.

- Buenas noches -Dije cuando llegué a su lado.

Se giró y se quedó mirándome fijamente con los ojos abiertos como platos.

- ¿Qué haces aquí? -Preguntó frunciendo el ceño.

- Hombre, suponiendo que la calle es libre, yo puedo estar donde quiera -Dije alzándo las cejas.

Ella se giró con la intención de alejarse, pero la agarré del brazo y la giré hacia a mi.

- ¿Qué quieres? -Preguntó alzándo una ceja y dándome una mirada asesina.

- Solamente quiero decirte una cosa -Dije mirándola fijamente a los ojos. Esta era la oportunidad y lo intentaría, lo haría lo mejor que sabía.

Cuando iba ha abrir la boca para hablar, ella se me adelantó.

- No quiero oír nada que venga de ti -Dijo. Entonces la besé.

Le puse la mano en la espalda y la apreté contra mi. Profundicé el beso y cuando pensaba que me iba a separar de un empujón, me rodeó el cuello con los brazos.

- Te quiero -Dije mientras empezaba a darle cortos besos en los labios.

- Lo siento -Dijo mientras una lágrima caía por su mejilla.

Entonces me fijé en el carrito que tenía al lado y al que ahora se había vuelto ha agarrar con tanta fuerza.

- ¿Qué.. -Empezé a preguntar, pero ella me paró.

- Tengo una hija -Soltó bajándo la mirada.

La miré fijamente y luego me acerqué a ver al bebé. No podía tener más de dos años, así que no, no era mío.  Levanté la vista mientras los ojos se me llenaban de lágrimas que no quería derrarmar.

- Quiero decir, es mi sobrina.. pero es como si fuese mi hija, asi que si quieres estar conmigo, cuando oigas todo lo que tengo que decirte... ella estará en el lote -Dijo.

Las piernas me fallaron y me dejé caer en el suelo mientras el ataque de pánico que estaba empezando a sentir, iba remitiendo.

- ¿Estás bien? -Preguntó arrodillándose a mi lado.

La miré.

- Aceptaré todo lo que venga de ti -Dije soltándo un suspiro- pero primero, quiero esas explicaciones.

A lo lejos pude oír a Byron dando palmadas y pegando silbidos.

- ¡Así se hace hermano! -Gritó.

- ¿Cómo nos ha oído? -Preguntó Mel al abrazarme.

- Creo que solamente lo ha hecho porque pensaba que me habías dicho que no -Dije mientras reíamos.

Rompiendo las reglas #2: WarriorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora