Capítulo 20

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Llegué a la empresa y subí por el ascensor.

Antes de entrar a mi oficina, pasé por el cubículo de Vanessa.

Ella estaba tomando un jugo de naranja y leyendo unos e-mails.

—Buenos días, Vane.

Ella saltó un poco en su asiento. Medio se atragantó con el jugo.

—Buenos días, señorita Cameron.

—Hola —le sonreí—. Mira Vane, quiero pedirte dos favores.

Asintió y tomó su bloc de notas.

—No—la detuve—. Esto lo puedes recordar, no es necesario que lo anotes.

—Ok —dijo ella, viéndose un poco insegura.

—Lo primero —comencé—. Necesito que me avises cuando Michael Wyatt llegué a trabajar —ella asintió insegura—. Y lo segundo, es un poco extraño pero quiero pedirte, por favor, que ya no te refieras a mí como "señorita Cameron". Tenemos casi la misma edad y me siento extraña. Así que dime Alejandra. Nada más.

Ella abrió los ojos en asombro y preguntó—: ¿Está segura de eso?

—Más que segura —me hacía sentir mal el que la gente no me creyera—. ¿Entendido? —ella asintió una vez más—. Ok, entonces pendiente con Michael Wyatt.

Y me dirigí a mi oficina.

***

No sé cuánto tiempo había transcurrido, cuando Vanessa habló al teléfono de mi oficina

—Señori... Em... Alejandra —dijo ella, corrigiéndose—. El señor Wyatt ya está en la empresa.

—Ok. Gracias, Vane.

Colgué el teléfono y luego marqué la extensión que pertenecía a Mike, según la página web de la empresa.

Nadie contestaba. Estaba a punto de colgar cuando tomaron la llamada.

—Michael Wyatt —contestó él a manera de saludo.

—Emm... Hola, Mike. —dije un poco nerviosa.

—¿Alejandra?

—Sí, hola.

—Eh, hola. —dijo él, se escuchaba inseguro—. ¿Qué necesitas?

—Yo...—Vamos, Ale. Tu puedes—. Me preguntaba si podía hablar contigo

—¿Sobre qué?

—Sobre algunas cosas. ¿Podemos almorzar juntos?

Silencio. Un silencio un poco largo.

—¿Mike? —llamé

—Eh, creo que sí. Está bien.

***

Habíamos quedado de comer en un restaurante que él había propuesto, no muy lejos de aquí. Cada quien llegaría en su respectivo auto.

Yo iba en camino, llevaba dos minutos de retraso.

Llegué y estacioné la camioneta.

Cuando entré al restaurante, él aún no estaba. Mike siempre llega tarde pensé. Me acerqué a la camarera que atendía a los recién llegados, pero antes de hablar me interrumpieron.

—Ya tenemos mesa —me giré y Mike estaba parado atrás de mí. Elegante y serio—. Llamé para reservar una—terminó él.

—Eh... ok —fue lo único que pude decir.

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⏰ Última actualización: Apr 17, 2016 ⏰

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Yo lo amaba. Él me amaba. ¿Qué pasó? ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora