"No puedo creer lo que estás diciéndome, en serio" Dije, atónita, ante la conversación que estaba teniendo con mi tío Sid, camino a casa.
"¿Qué? No es como si fuera taaan malo" Respondió este, a la defensiva.
"De hecho, si es bastante malo" Comentó James a su lado, ya que había prometido acompañarme a casa (Aunque, tal vez sin considerar al tío Sid en la invitación).
"Uno no elige de quien se enamora, Birdie Balton" bufó el grandulón, ignorando a James, puesto que no estaba de su lado.
"Espera, espera, espera... ¿Ahora estas enamorado? Que rápido trabajas, hombre" negué, un tanto molesta.
"Ay, tú me entiendes... James, ponte de mi lado, por favor" rogó Sid.
"Bueno, la verdad es que ambos tienen un punto... Birdie, porque obviamente está furiosa de que tengas una cita con la bruja de la orientadora y tu... pues, por que supongo que tienes razón: Uno no elige por quien siente atracción, solo pasa" se elevó de hombros.
"¡Oh, Callate!" lo golpeé yo. Discurso barato para comprarse a mi tío.
Realmente no puedo creer que de un día para otro, Tío Sid le haya pedido una cita a la orientadora, la mujer que ha estado arruinando mi vida este último tiempo... es casi como una broma.
"Birdie, escucha a tu noviecito, ¿Si?" sonrió Sid, divertido. En ese momento, estábamos entrando a casa. "Ya, mejor me voy a duchar, que espero tener suerte esta noche... si saben a lo que me refiero".
"..."
"Eso significa sexo, espero tener sexo esta noche".
"¡Ui! Definitivamente NO quería saber eso." dije, realmente asqueada. Demasiado. Infinitamente.
"Tengo la imagen en mi cabeza" se lamentó James, con una mueca.
Y el tío Sid desapareció por las escaleras, entre risas, dejándonos a mí y a James en la sala, solos.
"Tenemos torta de galletas, ¿Quieres un poco?" le pregunte a James, mientras él se sentaba en el sillón, como si fuera su casa. Era tan tierno. En fin, birdie, concéntrate.
"No, gracias" Respondió, sonriente, palmoteando el espacio junto a él para que lo acompañara.
"A ver, James Collins, si quieres que esta relación funcione, tienes que comer chatarra conmigo" me crucé de brazos, fingiendo seriedad. "Ese es el tipo de apoyo que necesito de mi novio".
"En ese caso, quiero un gran trozo de esa torta" sonrió de oreja a oreja, divertido.
"Así me gusta".
Nos pasamos la tarde viendo televisión basura, como realitys y documentales, mientras nos reíamos de las pésimas voces que les ponían, estudiamos un poco de matemáticas y hablamos de la vida, para conocernos más. Y no necesariamente cosas de nuestra vida, ni de nosotros, sino... maneras de pensar, para conocer esas cosas que uno no puede psicopatear en su perfil de Facebook.
Ustedes saben a lo que me refiero.
"¿Quieres salir a caminar? La tarde esta agradable" dijo James, mirando por la ventana.
"¡Sí! déjame ir por un abrigo".
Salimos de casa tomados de la mano y... tengo que admitir que todavía es un poco extraño esto de volver a tener novio, especialmente cuando ese novio es James. El es... todo, menos lo que había pensado que tendría algún día, es decir, Debí haber sido muy buena en otra vida, para encontrarme con él en esta... y ya me puse cursi. Lo siento.
Lucía nervioso, y sabía que lo estaba ya que suele masajear sus mano derecha con su pulgar, cada vez que está inquieto, y ahora lo está haciendo con mi mano.
"Paremos aquí, ¿Si?" Dijo, mirando hacia todos lados. ¿Por qué me gustan los chicos raros?
"¿Pasa algo?" pregunte, curiosa.
"Si, eso" sonriente, me indicó a unos chicos familiares, de la escuela, supongo, que estaban organizamos en la plaza.
Una canción de Taylor Swift comienza a sonar y los chicos comienzan a bailar e interpretar la canción. Era abrumador, ya sabía de qué se trataba y era inexplicable la sensación... No recuerdo la última vez que alguien se preocupó tanto por mí, por hacerme feliz y sorprenderme. Reconocí la canción al instante, pues era mi favorita de cuando era más pequeña: You Belong with me. El factor "Recuerdo", por la melodía, también me causó impacto y unas ciertas ganas de llorar.
Cuando el precioso espectáculo cesó, James, tal cual como sucede en el video de la canción, saca un papel doblado de su chaqueta y se para frente a mí. Yo creo que ustedes ya saben que decía el papel.
"Ahora sí, Birdie... ¿Quieres ir al baile conmigo?" preguntó, sonrojando, la gente lo miraba. Sí, quiero casarme contigo.
"¡Por supuesto!" respondí al instante, lanzándome a él.
Lo besé de nuevo, y como la primera vez, no paraba de ser excitante y mágico. Seguían las mariposas y el flaqueo en mis rodillas. Y lo bese de nuevo.
Y de nuevo.
Y de nuevo.
Hasta que de pronto, mi celular comenzó a sonar.
"Más vale que sea importante. ¿Estás muriendo o algo por el estilo?" contesté al instante, cuando noté que se trataba de mi tío Sid.
"Tan linda, mi sobrinita" ironizó. "Te quería preguntar si... tu sabes, ¿Tienes condones?" ¡SID! ¡NO PUEDES PREGUNTARLE ESO A LA HIJA DE TU HERMANO, POR DIOS!
Pero no pude evitar reír.
"Que asco" dije entre carcajadas y James me miró sin comprender, pero sonriendo ante mi ataque de risa. "Y te diré donde hay, pero no le digas a mi padre que sé".
"¡Uh, chica sucia!" respondió Sid, pícaro. Rodé los ojos.
"En el velador de mi papa, debajo de un sobre azul" dije, y le deseé buena suerte.
"¿Qué fue todo eso?" preguntó James, curioso, una vez que corté la llamada.
"No quieres saberlo créeme".
Y caminamos de vuelta a casa, para contarles a mis padres, con James delante, la maravilla que él había hecho por mí. Y... ¿Saben que me di cuenta? Uno no debe conformarse, nunca (Y no solo referente a los chicos, si no que con la vida) es decir, yo he viví mucho tiempo conformándome y de pronto, con James no supe que hacer, era 'mucho para mi' y ese pensamiento es una mierda. Si tú crees que lo mereces, pues lo haces.
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¡Psicóloga adolescente! {En edición}
Lãng mạnBirdie lleva leyendo libros sobre psicología desde los once años, ya que eran los únicos que sus padres tenían, además de que los de Harry Potter ya estaban leídos y releídos...Quinientas veces. Fue de un momento a otro, cuando el periódico escolar...