¿Día del terror?: Una tarde con James.

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¿Día del Terror?: Una tarde con James.


 

Estoy sentada en mi mesa favorita de la Cafetería Vite, en donde he atendido a muchísimos chicos, esperando por recibir a uno que me tiene bastante curiosa, James Collins.

Estaba Leyendo algunas de las respuestas de un test psicológico –Prestado mi papá- que le apliqué a un chico con síntomas de depresión que, ahora que lo leo, me doy cuenta de que no solo son síntomas, por lo que le diré que se atienda con un psicólogo real, cuando siento que alguien me tapa la Luz.

Levanto la mirada para ver al chico que esperaba, con un...ramo de flores.

"Hola, James" Lo saludo, besando su mejilla.

"Hola, Birdie" Dice, y mira las flores que trae "Ah, estas son para ti, por aceptar ayudarme a mí y a mi hermana" me las entrega y yo me sonrojo. Que detallista y... ¿considerado? .

Nos sentamos frente a frente. "Entonces ¿Qué te trae por aquí?" Pregunto, curiosa.

"Es...es por algo que me tiene bastante preocupado, de hecho" Dice pensativo "Pero no le puedes decir a nadie" Agrega abriendo los ojos.

"Mis labios están sellados, es parte del código" le digo, guiñándole un ojo para tranquilizarlo.

"Bien, pues..." se muerde el labio "Como que todos...todos esperan de mí, lo contrario a lo que yo quiero" Dice, exhausto de haber guardado esa información por tanto tiempo.

Asiento. "Desarrolla el tema, por favor" Le pido.

"Sucede que, desde una edad temprana, a los doce, creo,  he querido hacer sentir bien a todos con lo que hago, que se sientan orgullosos y completos. Pero me estoy dando cuenta de que eso me está dañando a mí" Sonrío al darme cuenta de que él sabe exactamente el problema "No sé, últimamente el vaso se está rebalsando ya que mis padres creen que quiero ir a Princeton, porqué eso he demostrado, pero no. Yo quiero ir a Columbia...el problema es que ya me aceptaron en Princeton y no me animo a encarar a mis padres o enviar una solicitud a Columbia. O...Amanda, ¡A mí no me gusta Amanda!" Dice, rompiendo la compostura, lo que es asombroso "¡Odio a Amanda! ¡Es una hueca sin remedio, pero todos en la escuela quieren que este con ella! Es como si..."

"Estuvieras formando el perfil que todos quieren que tengas" completo su frase, comprendiéndolo.

"Exacto" Dice suspirando "Y te juro que no sé qué hacer".

"Lo único que puedes hacer, por más difícil o cliché que suene...es ser tú mismo, sin importar lo que digan o piensen de ti" Le digo suavemente y James luce nervioso "Puedes rebelarte y hacer todo el gran cambio en un instante. O puedes ir liberándote de a poco, pero tienes que hacerlo porque estos casos suelen terminar en Depresión o auto-daño" Me miró preocupado "Tranquilo, que al venir aquí ya has dado un tremendo paso" Sonrió "Yo te recomendaría que, como le decía a tu hermana, debes hablar con tus padres. Diles que te vale mierda Princeton, con lindas palabras, claro. Diles que quieres hacer tu podría vida, con tus propias decisiones...tienes que enviar tu solicitud a Co..."

"No puedo hacer eso" Dice negando con la cabeza e interrumpiéndome "¡Nunca quedaría en esa universidad!".

"Nunca lo sabrás, si no lo intentas" Contraataco "Además, quedaste en Princeton, quedarás en cualquier otra, si te lo propones" Le doy un sorbo a mi Vitamina de Naranja "sobre lo de Amanda...tienes que terminar con ella. Ninguna chica, por más odiosa y chillona que sea, merece ser ilusionada por un chico" Le digo.


 

"Lo sé, lo sé" Dice asintiendo "Por eso vine contigo, para que me ayudes a ser...mi verdadero yo, supongo" Dice elevándose de hombros.

"Viniste con la persona correcta" le sonrío "Primero que nada. Apostaría veinte mil dólares a que la solicitud que enviaste Princeton, La escribiste pensando en Columbia, ¿no?".

"¿Como sabes? que miedo..." Dice asombrado y asintiendo.

"Lo sé" dije como si fuera algo que me digieran siempre. Porque así es. "En fin, esta noche quiero que tomes la copia de esa carta, cambies el nombre de la universidad y que la envies mañana. Es una orden" Lo apunte y este sonrió "Mi padre Atendió a la hija del Decano, así que le diré si tiene tiempo de leer esta carta y que nos de la respuesta dentro de una semana. Cuando tengamos la respuesta de esa carta...Hablaras con tus padres, seria y honestamente".

"Lo haré" Responde, decidido "¿Y con lo de Amanda?".

"Uf, podrías decirle que ya no eres el de antes y que ya no te gusta. Simple y verdadero. Si quieres ponerle unos chocolates, música y bajo la lluvia, no problem, a las chicas les gusta eso" le guiño el ojo.

"No sé cómo voy a pagarte esto, Birdie, en serio" Me dice, avergonzado.

"Dejándome ayudarte, me estas ayudando" Me miró extrañado "Si, es enredado, pero yo me entiendo" El chico se rió "Si me das tu número de teléfono yo te puedo avisar cualquier cosa que pase con él decano, lo llamaremos hoy mismo" Le digo, feliz de poder ayudar en el futuro de James.

"Ah, ya veo, primera cita y ya quieres mi número, que atrevida" Dice pícaramente y yo me sonrojó, aunque hay que admitir que este James es más simpático que del que hablan en la escuela. Éste escribe su número telefónico en una servilleta sin usar y me lo pasa.

Cuando James se despide y va a salir por la puerta, yo me apresuro a tocarle el hombro. El chico se da vuelto curioso y le digo, antes de que pueda decir algo: "Gracias por venir".

"Gracias por recibirme" Susurra.


 


 


 


 


 


 


 


 


 

¡Psicóloga adolescente! {En edición}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora