¿Un día sin problemas? No lo creo.

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Estoy desesperada en estos momentos.

“Si me amas, deja que me quede” Le rogué a mi mamá, mientras ponía la muy cliché cara de gato con botas.

Ella sonrió. “Es que estoy con este dilema: Si te dejo quedarte, sería una madre cool y estarías tierna conmigo todo el día” Asiento, frenéticamente “Pero por otro lado, ¿Qué ejemplo estaría dándote? ¿Qué faltes cada vez que no te sientas dispuesta? ¿No hay que enfrentar los problemas? No, no, hija. Tú si iras” Dice, poniendo un plato de cereal con leche, en frente de mí.

“Gracias” Dije sarcásticamente.

En eso, Los tres hombres de la casa, entran entusiasmados a la cocina. ¿Por qué? Pues, por el gran milagro que esta por suceder:

Tio Sid consiguió por primera vez, un trabajo.

Así es, un trabajo. T-R-A-B-A-J-O. Nadie lo podía creer cuando lo dijo.

“¡Estoy tan orgulloso de ti! ¡Mamá se volverá loca cuando se entere!” Salto mi padre, mientras le sacaba muchas fotos a mi tío. Me recuerda a cuando me fotografío mil veces para el baile de bienvenida. IUGH.

“¿Me das tu autógrafo?” Le pide Phil, emocionado. ¿En serio? ¿Soy la única normal? Y si yo soy la normal… UF.

Rodé los ojos, divertida. “Entonces ¿Dónde dijiste que trabajabas?” Le pregunte.

“No lo he dicho, de hecho” Me guiña un ojo y se ajusta el saco. “Trabajare en….”

Philip y mi padre hacen un redoble de tambores.

“¡LA ESCUELA DE BIRDIE! ¡YEAAAAH!” Soltó, con la cara de alguien que fácilmente piensa: YOLO.

Me atraganté. ¿Cómo? ¿Acaso esto será Suicidio Social 2.0? No, gracias.

Mi mamá me miro preocupada, sabiendo lo que estoy pensado.

“Hey, será divertido” Dice Sid, codeándome “Comeremos juntos en la cafetería, me contarás chismes, ¡UH! ¡Podemos hablar en los recesos!” Dice sonriendo de oreja a oreja.

“¿Soy la única que piensa que está mal?” Digo, con comida en la boca.

“Esta…mal” apoya mi mamá, cuidadosamente. “Sid, querido, es muy genial que estés con Birdie en la escuela…pero la pueden molestar”.

“Oh, claro. Entiendo, entiendo. No me rompiste el corazón” Dice, tocando su…hombro.

“Okay” Corto “¿y en que trabajas, se supone?” Pregunte y Philip me dio un codazo.

“¡Soy secretario!” Dice extendiendo los brazos. “No sé qué significa eso, pero estoy seguro que lo haré bien” Se eleva de hombros.

“Excelente” Susurro.

Mi padre bufa. “No le hagas caso a Birdie, Siddo, está mal por un chico”.

Suelto la cuchara, furiosa. “¡No es cierto! ¡Y si lo fuera, no tienes por qué decirle a medio mundo!” bien. Tal vez, también estoy en mis días. Pero, ¿Y qué?

“¿Sabes? Sí es por la discusión que tuviste con James ayer, déjame decirte algo que sé muy bien de las peleas de pareja…”.

“No somos una pareja”.

“Me dejas hablar o te pego con la sartén” Advirtió mi tío Sid. Asentí. “Lo que aprendí es que las relaciones o la simple Química entre dos personas, no serían nada sin altos y bajos. Necesitan liberarse. Necesitan gritarse, maldecirse y actuar como si estuvieran locos. Esa es una relación viva. Una real” Dice melancólico.

¡Psicóloga adolescente! {En edición}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora