Sábado, Día libre: James en Problemas.
Las pocas veces que tenía más de trece llamadas perdidas, eran: o porque se me perdía el teléfono y me llamaba yo misma, o porque mi mamá estaba preocupada por mí y yo no oía el teléfono.
NUNCA porque un chico quisiera hablar conmigo.
Ni siquiera un paciente.
Con el pelo todo alborotado y con dolor de cabeza, contesto una de las infinitas llamada de James con un gruñido.
"¿Queeeé?" Dije pesadamente.
"Estoy en la cita con Amanda" Dice en voz baja "Ella acaba de ir al baño y yo le voy a dar la noti... ¿Estabas durmiendo?" pregunta divertido.
"Si, estaba durmiendo. Ahora explica porque me tenías que llamar veintisiete veces para darme esa información" Le digo arrastrando las palabras, frunciendo el ceño. Aunque sé que él no me puede ver.
"Es que necesito palabras de aliento" Dice "Si no, me voy a echar para atrás".
"Eso es muy patético" Admito. Es por el sueño, soy muy pesada en las mañanas. Sin embargo, James se ríe "¡James, tu puedes romper con ella! ¡Si! ¡Yupi! ¡Rompe con Amanda!" Finjo una voz entusiasmada.
"Estas simpática" Ironiza "Voy a ser directo con ella" comenta.
"Perdón por decir esto, pero de verdad que te odio ahora. ¿En serio solo me llamabas para eso?" Pregunto.
Hay algunos segundos de tención, mientras el me da su respuesta. ¿Será que quiere hablar conmigo, simplemente?
"Si" Responde. Algo en mí, se decepciona.
"De acuerdo. Entonces solo patea el trasero de Amanda tan fuerte como puedas, suerte" Le digo y corto la llamada, irritada.
Amber, que ya está salida de la ducha y preparándose para su cita, me mira de reojo, frunciendo el ceño..
"NO digas nada" Le advierto.
"No diré nada, no diré nada... ¡Ay! ¡Ven a subirme el cierre!" Me pide, con una mueca.
Me acerco al vestido Celeste que usa Amber y subo el cierre desde la parte baja de su espalda, hasta la superior. Se ve preciosa.
"Oye, Amber, no tengo idea a qué hora me vienen a buscar de seguro que ya vienen en camino" Digo, chequeando la hora.
"Si, y no te preocupes por el desorden, mi hermano me debe una" Me guiña un ojo.
En eso, la puerta de entrada suena con el ritmo de unos golpes.
Supongo que esa es mi llamada.
Amber baja a abrir la puerta y yo voy tras ella. Saca el seguro de esta y al abrir, mi hermano está en una pose ridícula, afirmado en las bisagras, con gafas negras en los ojos.
QUE rudo.
"Phil, hola" Dice Amber, rodando los ojos.
"¿Qué hay, preciosa?" Le dice él, coquetamente.
"Nada, solo muriendo por ti" Le responde mi amiga, sarcásticamente.
"Ya somos dos" dice mi hermano, con los brazos abiertos y boca de pato, esperando un saludo por parte de mi amiga, pero ésta se da la vuelta para encararme a mí.
"Cuéntame TODO lo que pase en tu cita" le digo enfatizando, en un susurro, para que mi hermano no oiga.
"Serás la primera. Atenta a What's App" Me guiña el ojo y me besa la mejilla.
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¡Psicóloga adolescente! {En edición}
RomanceBirdie lleva leyendo libros sobre psicología desde los once años, ya que eran los únicos que sus padres tenían, además de que los de Harry Potter ya estaban leídos y releídos...Quinientas veces. Fue de un momento a otro, cuando el periódico escolar...