[EunHae] El lugar correcto para mi corazón.

Capítulo 08: Sonreír de nuevo.

Con el ascenso de Siwon, el castaño menor pasaba más tiempo solo con su hijo, ahora tomar la cena juntos era casi imposible incluso ahora hacer el amor era cosa de unos minutos y al terminar como de costumbre el mayor le daba la espalda, cayendo rendido a brazos de Morfeo.

Su hijo, aquella hermosura que era quien daba alegría a su vida con solo mirarlo y sostenerlo en brazos, cada día el pequeño Aiden crecía un poco más. Una mañana mientras le daba su desayuno, su hijo por primera vez había sonreído.

– Tienes la misma sonrisa que mami- dijo.

Él recordaba la sonrisa de su hermana tan delicada y dulce curvando sus labios delgados y rosados en una sonrisa resplandeciente y alegre. Ahora cada mañana al terminar de darle su biberón a Aiden, el bebé tomaba en su manita cerrada en un puño con los dedos de Hae dándole esa sonrisa que alegraba los días del castaño. Con aquella pequeña acción su bebé -aunque no lo supiera- lograba mantener esa pequeña chispa de amor en el corazón de su papá.

Y como había acordado con el pelirrojo cada tarde se encontraban en el parque en aquella misma banca donde se habían conocido mirando a Choco correr a su alrededor mientras Aiden era sostenido por su padre o jugaba con sus juguetes musicales que colgaban de la carriola. Su relación como amigos cada día iba creciendo, cada día confiando más el uno con el otro. El castaño se sentía a gusto a lado del pelirrojo -su amigo-como le decía cada que le platicaba de él a su hijo.

Tomar la propuesta de aquel desconocido que era encontrarse cada tarde en el parque, no había sido tan malo, viendo a su hijo sabía que le gustaba venir al parque y tener la compañía de aquel pelirrojo que sin buscarlo se había vuelto en un amigo para su appa.

Pov Eunhyuk.

--Eres el primero sabes – Estábamos sentados en esta misma banca, mirando a Aiden jugar con una pelotita musical que yo le había regalado.

– ¿El primero en qué?

No tenía pensado platicarle de mi pasado, pero sí de hacerle saber que gracias a él mi sonrisa había regresado. – En hacerme sonreír después de mucho tiempo.

Después de perderlo a él, mi sonrisa se había borrado, incluso escuchando los chistes de mi hermana para animarme mi sonrisa no aparecía, pero tan solo basto con conocer a este castaño para que ella regresara sin ser llamada, y es qué como no sonreír si al escuchar la dulce voz de él al hablar y la dulzura que es al tomar en brazos a su hijo.

– Oh vamos hombre.

Cómo no sonreír, cuando escucho su risa, esa que ahora escucho por haber dicho lo que dije.

– Yo también me siento bien cerca de ti, a pesar de no conocernos mucho- Él me dijo mientras jugaba con su hijo.

Y era verdad no nos conocíamos del todo, aun no sabía que había pasado con la mamá de su hijo y el aun no sabía de mi pasado. Éramos unos completos desconocidos compartiendo las tardes entre risas y silencio relajante.

– Te invito un café – Le propuse estaba vez para hablar y conocer quien realmente éramos dando un paso más a la amistad que cada tarde crecía.

--¿Mmm?-Lo mire dudar mientras checaba la hora en su reloj de mano y a su hijo – Acepto ese café, solo si dejas que yo invite.

Nuevamente mi sonrisa regreso a mis labios--Trato.

Nos levantamos y mientras el llevaba a Aiden en brazos yo lo ayude con la carriola, con Choco siguiéndonos por detrás.

Al ver esta escena de la que era participe con mi nuevo amigo fue inevitable para mi pensar en él y la familia que hubiéramos sido si él no hubiera muerto dejándome solo. Pero últimamente sentía que era momento de dejarlo ir, su recuerdo me hacía daño. Lo amo pero él ya no está. Él solo es una sombra detrás de mí. Mire de nuevo a Donghae y su sonrisa al ir jugando con su hijo, y tu recuerdo se fue como el viento al pasar por mi rostro, desde que él ha llegado a mi vida tu rostro es cada vez es más borroso en mis sueños y mi corazón me grita que es momento de dejarte ir, preguntándome ¿Quién era este castaño en mi vida para que el curara el daño que me hacía al recordarte? Y es que bastaba una mirada para calmar las heridas de mi corazón sin dejar tiempo de que sangraran. Bastaba una sonrisa para olvidar mis tristezas. Bastaba con verlo junto a su hijo feliz y que a mi llegara el anhelo de volver amar.