Capítulo 21: ¿Casualidad o destino?

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Tus brazos son mi castillo.

Tu corazón es mi cielo.

Aquellas manos limpian las lágrimas que llore.

Tus abrazos son... Los buenos y malos momentos.

No puedo dejarte ir... Simplemente te necesito en mi vida.


El castaño salió de su habitación con la misma sonrisa de enamorado de cada día, desde hace dos años. Esas mañanas donde tenía su momento intimo con Hyuk era uno de los que más amaba y disfrutaba, se decía a si mismo asegurándose que nunca se cansaría de tener esas intimidades con su esposo, noches donde se entregaba a él, fundiéndose sus almas, mesclando su sudor y los jadeos, llegando al clímax juntos logrando tocar el paraíso del llamado placer.

Eunhyuk era el único que sabía cómo besarlo, donde acariciarlo, como hacerle perder la cordura, como llevarlo al éxtasis con un beso. Era él solamente quien amaba al castaño como él tanto anhelaba. Era su Hyukkie quien le daba la felicidad a su corazón y cuerpo. Era su esposo quien le daba todo lo que siempre soñó y hoy se realizaba.

Termino de bajar las escaleras olvidando todos sus pensamientos sobre su esposo, pero sin dejar de sonreír y mirando a su hijo corretear a la princesita de la casa.

-Tan temprano y ya están de traviesos. – dijo sorprendiéndoles a ambos que pararon de correr.

-Papi.... Choco es mala. No me quiere – Aiden puso sus morritos. Tan parecido a mí, pensó Hae – Corre lejos de mí, no me quiere saludar, papi.

-Oh pequeño, solo quizá quiere jugar o tiene un poco de hambre ¿cierto, princesa?

Choco empezó a ladrar exclamando la atención del castaño, brincando para que la tomara en sus brazos, a pesar de ser un cachorro era como un bebé, un bebé muy consentido al igual que Aiden. Simplemente eran los príncipes de la casa.

-Vamos a desayunar dulzuras – Hae tomo de la mano a su hijo con Choco detrás de ellos.

Sus pasos fueron detenidos por el sonido de la puerta. Que él recordara nadie vendría hoy y, menos tan temprano.

Soltó la manita de su hijo y le sonrió.

-Cariño adelántate con Choco, iré a ver quién nos visita.

-Sí, papi.

Aiden corrió junto a Choco perdiéndose por el pasillo que conducía a la cocina.

-Oppa- Eran las palabras que Hae escucho al abrir la puerta y sentir a Sora aventarse a sus brazos, dándole un beso en la mejilla.

- Hola, Sora. Tan temprano ya molestas ¿eh? – Hae dijo cuándo la dejo pasar.

-¡Ya, Oppa!, ¿acaso no puedo venir a verlos?

Ella siguió la broma de Donghae, la realidad era que aquellos dos eran como uña y mugre, siempre confiándose todo y apoyándose y para Hae ella era una más de sus consentidas y gran amiga y cuñada. Lo mismo pasaba con la pequeña Sora que quería al castaño como un hermano y amigo más.

Donghae sonrío. -- Sabes que si pequeña, pero dime qué te trae tan temprano.

Sora regreso la sonrisa -- En realidad vengo a robarme a mi sobrinito. ¿Si podré hacerlo, o tenían planes?

- Hyuk no trabaja hoy, planeábamos llevarlo al parque.

Ellos caminaron hasta la sala principal para poder platicar cómodamente sentados.

[EunHae] El lugar correcto para mi corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora