Capítulo 12.

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Narra Lucas.

La miraba mientras se comía la magdalena. Se metía todo lo que podía en la boca y después le costaba masticar. Me hacía gracia. Se estaba llenando toda la boca de miguitas. Cuando terminó la cogí de la mano y salimos del Starbucks. Nos montamos en mi moto y ella se agarró a mi cintura, como siempre. Y un escalofrío me recorrió el cuerpo, como siempre que sentía sus manos en mi cuerpo, con cualquier tipo de contacto.

-¿A dónde vamos ahora?

Todavía no habíamos arrancado y ella ya estaba pegada a mí, con la cara en mi espalda, mirándome expectante. Me encantaba esa sensación, esa forma de tenerla siempre a mi lado, y sin pensarlo, terminé sonriendo como un tonto.

-Ya lo verás. -respondí como había hecho a la mayoría de sus preguntas.

Arranqué y cogí la tercera rotonda a la izquierda. Empezaba a hacer calor y el airecito me sentaba bien, aunque empezaba a comprender que no era el sol lo que me calentaba. Miré el reloj de la moto: Las diez menos cinco. Todavía quedaba tiempo. Paré en una pequeña caseta que había al lado de un lago, uno de mis lugares favoritos, donde no solía ir mucha gente y casi siempre estaba vacía. Solo para mi.

Cogí a Alondra de la mano y nos acercamos despacio. No había nadie, tal y como esperaba. Nos acercamos a un pequeño telescopio que apuntaba al lago. Miré a Alondra y nos sonreímos, luego le indiqué con la cabeza que se acercara a comprobar. Ella acercó su cara al telescopio, y estuvo un tiempo así, sin moverse, contemplando el maravilloso paisaje que se abría delante nuestra. Puse mi brazo alrededor de su cintura y le besé la mejilla.

Alondra se separó y yo la miré preocupado, separándome un poco para dejarle espacio. Tenía los ojos llenos de lágrimas.

-¿Qué te pasa amor?

Ella me sonrió tristemente.

-Lucas… ¿Tú… Tú me quieres?

La miré sonriendo, a lo que ella elevó levemente las cejas.

-Muchísimo. Más que a mi vida. -respondí convencido.

Ella se sonrojó y apartó la mirada. Casi pude percibir cierto temblor en su voz.

-No digas eso…

-¿Por qué no?

Se separó de mí bruscamente. No entendía nada de lo que estaba pasando.

-Porque no soy tan especial como crees… He estado con muchos chicos. Muchísimos si puedo decirlo, y, sinceramente, me he ganado el mote de puta en toda regla. Nunca he estado con un chico de pareja, ya sabes, a largo plazo. No estoy acostumbrada a ser fiel.

Resoplé cansado. Estaba perfectamente al tanto de su pasado, y me la soplaba de manera espectacular.

-Mira Alondra, ya sé cómo has sido en el pasado, sé los problemas que tienes con tus padres, ¡Hasta estoy al tanto de que te has acostado con mi prima! -añadí levantando los brazos, a lo que ella se sonrojó -A ver si te das cuenta de una vez que yo no estoy contigo por estar… Es porque nunca había conocido a una persona como tú, que me llenara tanto por dentro, que me quiera y que me haga sentir de la forma que me siento cuando estoy contigo. Y sé que suena raro, porque te conozco desde que naciste y nunca había pensado en ti de esta forma pero… Te quiero.

Ella me sonrió y nos miramos fijamente, con amor, con deseo.

-Lucas… Es que eres lo mejor que me ha pasado en la vida, te lo digo en serio, eres la primera persona que quiere estar conmigo… Pero por eso exactamente no sé qué me ves porque yo soy la chica más normal del mundo. El especial eres tú que no tengo palabras para describirte, que siempre he estado enamorada de ti. -esto último lo dijo susurrando, avergonzada.

Rodeé su cintura con mis brazos y apoyé mi frente en la suya, incitándola a mirarme, yo la clavé mis ojos en sus labios y levanté una ceja, divertido,

-¿Siempre has estado enamorada de mí?

-Bueno, yo… No, si… No se… -empezó a balbucear, nerviosa y completamente sonrojada.

-Alondra… -dije interrumpiéndola -Si no fueras especial no estaría contigo… eres diferente y me encantas.

Ella me sonrió y rodeó mi cuello con sus brazos. Se acercó lentamente y pegó sus labios a los míos. Yo la besé intensamente y la acerqué más a mí. Abrimos lentamente la boca a la vez y busqué su lengua. Me encantaba estar así con ella, nunca me había sentido así con otras chicas. Me encantaba el sabor de sus labios, el olor de su pelo, sus pequeños ojos marrones… Me encantaba ella.

Enganché mi dedo en un rizo que se había despeinado un  poco. Noté como ella me acariciaba la nuca haciendo pequeños circulitos con el dedo, y me estremecí. Nos separamos jadeando. La miré a los ojos, estando todavía abrazados.

-Te quiero nena.

-Te amo.

Y nos volvimos a besar. Y otra y otra. No nos cansábamos. No sé cuánto tiempo estuvimos así pero no me importaba. Podría estar besándola toda mi vida. Nos separamos y ella se sentó en un pequeño banquito de madera. Vi como intentaba disimular que respiraba rápido y me reí. El pelo lo tenía revuelto y estaba intentando arreglarlo con las manos. Miré el reloj. Mierda. Cogí a Alondra de la mano, sobresaltándola, y salimos corriendo. Nos montamos en la moto y salimos disparados.

Llegamos en diez minutos.

-Espera  -le dije.

Saqué un pequeño pañuelo del bolsillo del pantalón y se lo até a Alondra encima de los ojos para que no viera nada.

-¿Qué haces? -preguntó ella mientras yo hacía movimientos delante de sus ojos, asegurándome de que su visión era nula.

Sonreí satisfecho y la bajé de la moto con cuidado. Me puse detrás y agarré su cintura.

-Confía en mí. -le susurré al oído.

-Confío en ti… -susurró ella de vuelta.

La fui guiando con cuidado. De vez en cuando tropezaba y nos reíamos, y volvía a tropezar y nos volvíamos a reír. Y un pequeño beso en la mejilla. Y un empujón. Y muchas risas hasta que llegamos a la sorpresa final.

¡Hola hola! Aquí tenéis el capítulo 12. Se que estoy escribiendo poco y que los capítulos son muy cortos, ¡pero es que este viernes empiezo de nuevo las clases y estoy de los nervios! Esta noche intentaré subir el siguiente. ¿Qué tendrá preparado Lucas para Alondra? Que mala soy que os dejo con la intriga... :P ¡Un saludo!

No sé qué me pasa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora