Nuevos vecinos

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CAPÍTULO 2

-Aquí estamos...-murmuramos al unisono.

Luego de unos segundos hipnotizados por la casa, Mamá Ogro se apareció entre nosotros.

-¿Se van a quedar ahí o me ayudarán? -dijo ella con una caja llena de libros en sus manos.

Salimos del trance y fuimos directo al baúl. Yo cogí una caja con la etiqueta de "FRÁGIL".

Volví a la vereda y abrí la puerta de la cerca, avancé y subí unas pocas escaleras para toparme con la puerta. Tomé el picaporte y lo bajé. Al abrir la puerta el olor a pintura se incrustó en mis fosas nasales.

-Según mamá, el camión vendrá en dos horas -dijo Luke, entrando a la casa -, así que a desempacar lo que tenemos...

-Vale, dejaré esto en la cocina entonces -respondí girando mis talones.

Avancé por el pasillo dando con la cocina a mi derecha. Entré y coloqué la caja sobre la barra, comenzando a guardar los objetos que tenía dentro.

Al terminar me dirigí al salón.

-¿Mamá? -pregunté.

-Aparcando el coche -respondió Luke- ¿Vamos a escoger habitación?

-Vale.

Subimos las escaleras del pasillo que daba a la cocina tal como lo harían unos niños pequeños que luchan por no ser un huevo podrido y en menos de unos cinco segundos, llegamos directo a la primera habitación.

Era amplia de color blanco, tenía un gran ventanal y un balcón. Definitivamente tenía que ser para mamá.

-Oh, que bien me la pasaré aquí -exclamó Luke.

-¡Ni lo pienses! ¡Yo la vi primero! -gritó mamá infantilmente desde abajo.

Luke resopló y yo le saqué la lengua.

-Vaya, qué pena... -le dije y le desordené el pelo.

Salimos de la habitación y fuimos a por otra. Yo, a la del lado derecho y él, a la del izquierdo. Aquello era cuestión de suerte. Podía tocarme la mejor como no.

Apenas entré, en la pared izquierda había un armario y a su lado una puerta entreabierta. Eso parecía ser... ESPERA... ¿UN BAÑO PARA MÍ SOLA?

-¡Me quedo con esta! -grité lo suficiente como para que Luke oyera.

Verla así vacía hacía que pareciera muy grande. Había dos grandes ventanas por las que la luz se colaba sin pedir permiso alguno. Definitivamente iba a tener que poner unas cortinas. Pensé en colocar la cama bajo una de estas, mirando hacia el baño. La mesita de luz iría a la par de la cabecera y el escritorio en su pared opuesta, justo al lado de mi biblioteca. Genial, ya lo tenía todo pensado.

Bajé las escaleras y me dirigí al salón.

-¿Cenamos pizza? -preguntó mamá.

-Claro -contestamos nosotros al unisono.

-Ya para -y lo volvimos a hacer.

-Oh, como se nota que sois mellizos -dijo con dulzura nuestra madre acercándose hacia nosotros y nos tomó de los cachetes tal como lo haría una ancianita.

-Isabella Smith, suéltame ahora -ordenó Luke.

Hizo caso con un evidente puchero. Sí, aquella mujer infantil era mi querida madre.

-Voy a llamar a la pizzería -dijo ella.

-Vale. Ah, ¿cuándo vendrán a ponernos el WiFi? -preguntó Luke.

Black&WhiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora