CAPÍTULO 3
"Emily, despierta." sonó una voz lejana. "Idiota, vamos, hay cosas que hacer." volví a escuchar, mi cuerpo fue sacudido levemente. "Bien, tú te la buscaste..."
Entonces sentí una textura rugosa en mi mejilla, como la lengua de un animal, o más bien de...
-¡Luke! -grité en el momento en que abrí los ojos.
-¡Ya deja de hacer eso! -mi hermano me contemplaba estupefacto, con una mano en las costillas. Debía de haberle dado, sin querer. Yo y mis auto-reflejos...
-¡Entonces no me lamas! ¡Es asqueroso!
-Te lo advertí -dijo separándose de mi cama y yendo hacia la puerta.
Me sequé la mejilla con la manga del pijama y me incorporé para dirigirme al baño.
Busqué algo en mi armario. Decidí ponerme unos vaqueros negros algo rotos, y una camisa a cuadros rojos y negros. Y acabé calzada en unas zapatillas negras. TODO NEGRO COMO MI ALMA. Y mi apellido...
Volví al baño para hacerme la raya en los ojos -que cabe aclarar que nunca solía pintarme- y arreglar un poco el alboroto de mi cabello.
Bajé al salón y allí estaban tomando el desayuno Luke e Isabella -o mejor dicho, mi Madre Tierra, como a veces solía decirle cuando estaba enfadada.
Me senté junto a él y tomé una tostada. Ella se puso de pie y sacó del microondas una taza humeante.
-Un chocolate para mi hija favorita -dijo ella y me tendió la taza. Luke nos miró con cara de pocos amigos, dando indicios de que él estaba allí.- Tú eres el hijo favorito, Luke. Anda, no te enfades -bromeó, intentando en vano reparar lo anterior, ya que solo yo reí.
-Te quiero, ma -cogí el chocolate con ambas manos.
-Chupaculos -dijo Luke, entrecerrando los ojos.
Quince minutos después ya estábamos saliendo de la casa. Subimos al auto, no sin antes saludar a Connor, quien estaba tomando una manzana como quien va con prisa al trabajo. Alguien se había quedado dormido y llegaba tarde a clases.
Anduvimos cinco minutos en coche y llegamos a una librería. Mamá optó por esperarnos afuera con el coche aparcado.
Compramos cuadernos, bolígrafos, rotuladores, borradores, y demás. Yo no pude resistirme, así que compré un cuaderno de dibujos, algo que añoraba siempre en los momentos de puro aburrimiento.
Cuando ya estábamos de vuelta al coche, continuamos el recorrido a nuestro nuevo instituto.
O mejor dicho, nuestro MEGA grande, nuevo e increíble instituto. Había tres estructuras, las dos más grandes que la tercera, que a simple vista uno habría pensado que componían una universidad. Y las actividades no se reducían solo a aquellos edificios: había por lo menos media hectárea pavimentada en su lateral, con gradas a su disposición, seguramente utilizada para deportes.
Inconscientemente volteé a ver a mi hermano, sabía que él aparte de ser un friki, conservaba su lado deportista.
Avanzamos por un caminillo de piedra que nos guió al edificio. Este instituto es una locura, pensé. Nadie me había dicho que sería no grande, sino gigante.
Y tras entrar, una secretaria nos informó que la dirección estaba en el segundo piso, siguiendo un pasillo, a la derecha. Entonces seguimos sus indicaciones, hallándonos finalmente frente a un despacho. Mi madre tocó la puerta. Segundos después, escuchamos un "Pase..." y entramos al despacho.
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Black&White
Teen FictionTras un cambio de secundario, Emily reconstruye su vida en una nueva ciudad. Nuevos amigos, nuevas experiencias, y nuevos... ¿amores? Ella se prometió a sí misma que nada de novios hasta ser lo suficientemente madura y responsable. Distraccione...