Nuevas amistades... (2)

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CAPÍTULO 7

Cuando llegamos a la casa de Mack, su madre nos ofreció un trozo de pastel que recién había hecho. A penas había terminado su oración, acepté. Mi barriga se había revuelto de una manera extraña al estar tan cerca de Noah. Hambre sin duda, ¿Si no, qué?

Hazel y Mack se miraron sorprendidas y rieron.

-A veces soy una muerta de hambre, ya lo sé -admití tratando de aplacar aquella incómoda situación, cuando su madre ya nos había dejado las raciones junto con tres tazones de chocolate.

-¿Y qué cuentas Emmy? ¿Qué tal con ese guapo al que le hablabas a la salida?

Tragué forzadamente el trozo de pastel que estaba comiendo y tosí exageradamente.

-¿Hablas de Noah? -asintieron las dos, y yo sobreactué una carcajada para liberar los nervios que estaban volviendo nuevamente a mi estómago- Solo es un amigo, o bueno, algo así, apenas desde ayer lo conozco -me encogí de hombros tratando de ocultar mi vergüenza.

-¿Y te gusta? -preguntó Hazel y Mack la acompañó subiendo y bajando las cejas como una acosadora.

-Esperad, ¿Estáis seguras de que habláis de Noah? -pregunté retóricamente- Me agrada pero... No es mi tipo... -respondí más para mí que para ellas como si por dentro no estuviera segura de ello.

-¿Es que acaso no lo viste? ¡Es un dios griego, cómo no te puede gustar! -exclamó Mack.

-Y muy sexy -admitió Hazel y luego nos miró con los ojos abiertos tapando su boca como si acabara de cometer un delito. Mack y yo estallamos en risa.

-Pfff... Pues todo vuestra, yo paso -les respondí.

Cuando terminamos de comer, nos dirigimos a la habitación de Mack. Al entrar me senté en la punta de su cama, fingiendo educación ya que en realidad aquella palabra no entraba en mi vocabulario. Hazel decidió tirarse literalmente a uno de sus dos grandes puffs coloridos.

"Cuanta confianza" comenté por dentro mía al ver a Hazel ya cómodamente en el puff enterrando su cabeza en éste.

Mientras tanto, Mack se tendió boca arriba en su alfombra morada.

-No finjas educación -me dijo Hazel-, siéntete como en tu casa -cruzó sus piernas sobre el borde de la cama en donde yo estaba.

-En todo caso, debería ser YO la que dijera eso ya que esta es MI casa -regañó Mack a Hazel y esta última se encogió de hombros como si no importara mucho. Solté una carcajada.

-Ánimo chicas, también me da pereza pero hay que hacer el maldito trabajo -ordenó Mack y nos pusimos manos a la obra. (¿Entendéis?, por que el trabajo se trata de una obra jajaja... Ignoradme...-bromea la autora bajando su vista avergonzada.)

Tres horas después, estábamos agotadas y sin más ganas de vivir. Cualquier cosa nos distraía, ¡hasta Mack había estado a punto de ponerse a tejer!, así que acordamos en quedar la siguiente semana para terminarlo.

Finalmente terminamos acostadas en el suelo, apoyando las cabezas en una misma almohada boca arriba.

Me sentía feliz. Había encontrado a unas chicas que realmente me agradaban, y que por fin no me mentían, como otras falsas, solo para terminar teniendo algún tipo de vínculo con mis amigos varones. Ellas eran muy auténticas, y eso me encantaba.

Black&WhiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora