Mi poderoso don de hacer el rídiculo

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CAPÍTULO 8

Y sin darme cuenta, la primera semana en Kansas ya estaba acabando. No había resultado tan trágico como predecía desde un principio.

Por ejemplo, el viernes había sido bastante normal excepto por algún que otro detalle, como mi papelón en medio del almuerzo. Dios mío, qué horror.

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Hazel, Mack y yo habíamos decidido almorzar juntas. Luego de comer, nos levantamos de nuestro lugar con intención de irnos.

Y no me pregunten cómo, pero un charco de bebida me hizo resbalar e inmediatamente caí al suelo, atrayendo toda la atención hacia mi. Absolutamente genial. Hacer el ridículo se me daba genial, de hecho estaba cerca de la jubilación.

Carcajadas provenientes de la mesa de las porristas y jugadores comenzaron a oírse. Maldije en voz baja mientras trataba de ponerme inútilmente de pie.

-¿Estás bien? -dijo una voz masculina que no era precisamente de quien esperaba escuchar. No era Luke. No era Connor. Y... No, tampoco era Noah.

Las risas mermaron repentinamente como si la mayoría fuese obligada a volver a sus asuntos.

Alcé la vista y me encontré con un chico castaño de unos brillantes ojos oscuros. Las comisuras de sus labios estaban alzadas, no de manera burlesca, sino amable. Supe que era parte del equipo de bascketball, llevaba el mismo conjunto que Connor.

Me dedicó una media sonrisa y me tendió un brazo para ayudarme a levantarme.

-Sí, gracias -le respondí tomando su mano. Me puse de pie e inconscientemente llevé mi mano directa al mechón rebelde que estorbaba mi vista.

-No hay de qué... No te había visto antes por aquí, ¿eres nueva? -me preguntó sin apartar su mano de la mía. Asentí.

Quién sí se guardó su mano rápidamente fui yo. Decidme paranoica, pero el grupo más cercano de animadoras estaba murmurando, con miradas arpías hacia nuestra dirección, y suficiente había llamado la atención como para seguir haciéndolo.

-Soy Thomas, tú eres... -dijo con intención de que respondiera algo más elaborado que un simple monosílabo.

"Eres más simpática de lo que aparentas..." sonó la voz de Noah en mi interior, como burla de parte de mi querida consciencia.

-Emily -terminé la oración-, me incorporé esta semana... Soy de Colorado -le dije y terminé con una media sonrisa la cual me devolvió. En el transcurso de tres segundos pude apreciar rasgos como los lunares que tenía a lo largo de su cuello, conformando una constelación idéntica a la Cruz del Sur; como sus largas y escaroladas pestañas; incluso como la espinilla que había nacido en su perilla, un detalle que no afectaba su atractivo, sino que lo hacía más real. Pero la magia no duró tanto chicos.- Thomas, tengo el leve presentimiento de que tu equipo te espera -señalé en dirección al dichoso. Casi todos nos miraban, algunos sonreían, Connor entre ellos, y otros mantenían firme su papel de "chicos importantes".

Él volteó la vista en esa dirección e hizo un gesto que no pude descifrar. Supongo que iba dentro del código que se establecía entre chicos. En fin, no tenía la menor idea.

-Un gusto conocerte Emily -me dijo. Uno de sus ojos titiló. Es decir, no me había guiñado el ojo, ¿no?-. Nos vemos por ahí -se despidió y volvió con ellos.

-Adiós -solté casi en un susurro y rápidamente busqué con la mirada a las chicas.

Apenas a unos cinco metros miraban con disimulo, pero reprimiendo unas risillas.

Black&WhiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora