Capítulo 5.

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Hayley se despertó a las 6 a.m. para arreglarse e ir a la escuela. Se vistió con unos jeans ajustados de mezclilla, una blusa de manga larga color Aqua pues había algo de frío y sus converse negros.

Bajó a desayunar. En la barra había un plato con Hot Cakes y encima tenían frambuesa y moras azules con algo de crema batida. "Mi mamá despertó de buenas, qué habrá pasado anoche" pensó.

Cuando llegó al colegio se dirigió directo a su casillero. Lo abrió y empezó a ordenar sus libros, en ese momento Christopher llegó.
—Hola —dijo con una sonrisa, y se recargó en el casillero alado de ella.
—Hola Chris —se giró hacia él.
—¿Cómo estás, pequeña?

Seguía sonriendo. De nuevo la llamo "pequeña", a Hayley le agradaba aquel apodo. Tenía curiosidad de saber por qué la llamaba así y no pensaba quedarse con la duda

—Oye Chris, ¿por qué me dices pequeña?
—Pues bueno —se acercó un poco más—. ¿Por qué será?... Porque me llegas a la barbilla
—Oh bueno —empezó a reír—. Me gusta
—Que bien, pequeña —dijo al tiempo en que sacudía su cabello—. Así te diré de cariño.

Hablaron un momento hasta que alguien llegó a interrumpir; Bridget Evans. Se interpuso entre ellos y tomó a Chris por la quijada y lo giró del otro lado, de modo que ahora le daba la espalda a Hayley. Luego lo tomó del cuello de su camisa y lo acercó hasta ella. Hayley observaba la escena algo sorprendida. Veía como aquella rubia acomodaba el cuello de la camisa de Chris, que ella misma había arrugado, parecía coquetearle. Trató de ignorar aquel asunto y siguió acomodando sus libros en mi casillero. Al mismo tiempo, a Hayley le daba curiosidad así que intentó escuchar de que platicaban.

Se asomó y observó discretamente. Vio como Bridget se acercó al oído de Chris y le dijo "¿Entonces pasas por mi hoy a las ocho?" Fue lo único que pudo escuchar.

Aquello le enfadó un poco. No pensó que Chris se llevará con aquella niña engreída y presumida, que lastimo su nariz. Sonó la campana y todos entraron a los salones, ella azotó la puerta de su casillero y miró a Chris que al oír el golpe también se le quedó viendo, ella se dirigió hacia el salón, y a los segundos escuchó como Chris iba atrás de ella. Ya no había casi nadie en el pasillo incluso esa niña fresa ya había entrado a su salón. De repente sintió como alguien la arrastraba hasta la bodega del conserje. No veía nada, aquel cuarto estaba oscuro. Chris era el que la había metido ahí, intentó gritar pero Chris tapó su boca con su mano.
—Shhh, no grites —le dijo.
Chris encendió la luz, la cual era muy vaga.
—¿Te molestaste? —continuó.
Seguía tapándole la boca, como Hayley estaba enojada cerró los ojos y se tapó los oídos e hizo ruiditos para no escuchar a Christopher.
—¡Vamos Hay, no seas infantil!
Ella seguía ignorándolo de aquella manera tonta. Después de aproximadamente un minuto abrió los ojos y se destapó los oídos. Se dió cuenta de lo cerca que Chris estaba de ella. Al fin le destapó la boca. La distancia que había entre ellos era casi nula. Sus ojos azules la observaban detenidamente. "¡Por Dios! ¡Qué guapo! Vaya mejor amigo que me conseguí" pensaba ella.
—Hayley —tocó su nariz con su dedo índice. Él se separó más de ella.
—Que pasó —dijo regresando a la realidad.
—¿Estás bien? Parecías ida
—¿qué?... Si, si, no me pasa nada —estaba algo nerviosa.
—¿acaso eres tú la que está celosa ahora? ¿O por qué te enfadaste? —preguntó algo burlón.
—¿yo... Celosa? —dijo ella en tono sarcástico— no confundas las cosas... Sabes qué, mejor salgamos de aquí
—Espera —la tomó del brazo deteniéndola.

Christopher fue el que abrió la puerta solo un poco para asomarse y revisar que no hubiera nadie en el pasillo. Volvió a entrar y cerró la puerta rápido.

—El conserje está viniendo —dijo preocupado.
—¿y qué hacemos?
— Pues... —miro al techo y señaló el ducto de ventilación.
—¿Estás estúpido? ¿Qué mierda te pasa? ¡no me subiré a esa ma....!
—Oye Hayley tranquila –dijo interrumpiéndola— controla tu lenguaje... Y si, si subiremos por ahí
—Pero Chris...
—Hayley, he hecho esto antes, no te preocupes

—Oh, ya conozco tu juego sucio Beckett —lo miró entrecerrando sus ojos.

—¿Qué? —preguntó él tratando de entender.

—O sea que has traído a chicas aquí antes para ya sabes qué, y seguro para que ya no te atrapen es que huyes siempre por los ductos de ventilación —seguía mirándolo de la misma manera. Christopher se echó a reír.

—Perdón por decirlo Hayley, pero estás toda tonta, cero que ver, cuando los chicos y yo hacemos bromas siempre terminamos escondiéndonos aquí y finalmente subimos por los ductos para que no nos atrapen fácilmente. En fin, el director ya me dijo que, si tiene otra queja del conserje en verme aquí, me suspenderán, así que, como buena amiga, hazme caso y subamos


Ella se encogió de hombros y al ver que no tenía otra opción terminó aceptando. Christopher fue el primero en subir. Saltó para alcanzar la rejilla. Cuando ya la había quitado, se asomó y bajó una escalera corrediza.

Una vez que había subido y estaba ya en los ductos. Subió un poco la escalera, de modo que Hayley ya no la alcanzaba

—Alcánzala Hayley —dijo burlón— O... Quieres que te encuentre el...
—Como mier...
—¡Si sigues insultando no la bajo! —subió aquella escalerita por completo.
—¡Está bien, pero bájala!

Christopher bajo nuevamente la escalera para que ella pudiera subir. Una vez que ya estaban en los ductos, subió la escalera de nuevo para evitar dejar evidencias.
Caminaron a "gatas" para buscar su salón.
Tras varios minutos, Hayley reconoció la voz del maestro de ciencias así que ambos se acercaron, la siguieron hasta que por fin estaban en la rejilla espiando que hacían los demás abajo. El maestro comenzó a pasar lista..." No pienso tener una falta.". rondaba en el pensamiento de Hayley

—Beckett Christopher...

Volteó a ver a Chris y nada más hizo un gesto para que hiciera silencio. Tras varios minutos le tocaba a ella

—Simmons Hayley...—la llamó el maestro, quien tenía la vista enfocada en la lista.
—Presente —respondió ella y se corrió de la rejilla para evitar que la vieran.

En automático todos los del salón miraban confundidos a su alrededor, ¿Quién contesto? ¿Dónde está?... Susurraban algunos.
Christopher me miró confundido
—No pensaba tener una falta —susurró ella.

—Pudieron vernos —le susurró él.


Estuvieron espiando por la rejilla, alrededor de 15 minutos, después tocaron el timbre. Cuando todos se fueron del salón, ya pudieron dejar de murmurar.
—Vamos a regresar por dónde venimos, es peligroso si saltamos por aquí, está muy alto —dijo Christopher, mientras comenzaba a gatear de regreso.
—Bueno —concluyó ella y comenzó a seguirlo.


Por suerte Christopher recordaba por donde vinieron, así que no tardaron mucho en estar bajando nuevamente por la escalera, para estar en la bodega del conserje.


Subió nuevamente la escalera y colocó la rejilla en donde iba.
Cuando abrió la puerta para salir... Ahí estaba, el conserje parado en la puerta con su escoba
—Don Ramiro, no diga nada por favor... Le debo otra más —susurro Christopher, para luego tomar la mano de Hayley y salir corriendo de ahí por todo el pasillo.

Llegaron hasta los vestidores, donde pudieron recobrar el aliento.
—Nos salvamos pequeña —suspiró Chris.
—Algo así —dijo entre risas.
—Te veo en el receso Hayley, no puedo llegar tarde a clase
—Adiós Chris

Hayley comenzó a caminar a su casillero de nuevo, que por el inconveniente de Chris y Bridget, había olvidado sus libros y mochila ahí dentro, por irse molesta.
Cuando ya tenía su mochila con su libro y libreta de Historia adentro, escuchó una voz tan familiar alado de ella, espió y en efecto era él... Pero... "¿Qué rayos hacia aquí, y por qué guardaba libros en un casillero?... Será qué...
¿Ahora estudia aquí?"
pensaba Hayley.
—Pero miren a quien me encuentro aquí... La mismísima Hayley Simmons... —dijo al mismo tiempo en que cerraba su casillero y se ponía alado de ella.

Más que amigos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora