Capitulo 12.

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Era era la hora de la salida.
Leah, Dylan, Hayley y Aria estaban en la acera fuera de la escuela.
—Bueno, nos vemos a las 6 en mi casa, ya les di mi dirección —les recordó Aria.
—Claro —dijeron al unísono los demás.
Luego se fueron.

Aria se quedó esperando a Chris. Ese chico le interesaba demasiado.
"desde que lo vi, dije que sería para mí" pensaba ella.
Sabía que, al ser nueva, necesitaba ventaja, así que ella tenía pensado citarlo una hora antes para estar más tiempo a solas con él y conquistarlo con sus encantos.

—Hey —dijo al ver a Chris salir.
—Aria, hola —la saludó Christopher.
—Bueno, hoy nos veremos a las 5 en mi casa, ya tienes la dirección ¿cierto?
—Sí, no te preocupes
—Bien, me voy
Se acercó a él y le dio un beso en la mejilla, luego se dirigió al auto de su padre.


Mientras tanto, Hayley iba caminando a su casa junto a Dylan.
Leah ya se había ido, pues su mamá vino por ella cinco minutos después de que se despidieran de Aria.
Definitivamente este lunes, había sido el día más largo de la vida de Hayley, aunque también faltaba ver qué pasaría al rato en casa de Aria.
Estaba tan distraída que no escuchó lo que le había dicho Dylan.
—¡Hayley! —exclamó él tronando los dedos frente a su rostro. Haciendo que volviera a la realidad.


—¿Si?
—¿En qué estabas pensando?
—Hummm
—Ya... Deja de darle vueltas al asunto —rió él.
Pasó su brazo por los hombros de Hayley y le dio un "abrazo" y un beso en la coronilla.
—Gracias Dylan —dijo ella después de eso.
—No hay de qué, eres mi amiga Hayley
—Aprecio tu apoyo —lo abrazó y le dio igualmente un beso en la mejilla
—Hayley, no hagas eso —dijo Dylan fingiendo seriedad—. Que si Chris nos ve, me golpeara.
Ella soltó una carcajada y se separó de él.
Llegando a la calle ella, ambos se sentaron en una banca.
—¿Enserio crees que Chris sienta celos de ti? —preguntó Hayley después de segundos en total silencio.
—Eso parece... O bueno eso es lo que ha demostrado
Ella suspiró y se recargó en la banca.
"Si antes estaba confundida, ahora más" pensó.

—Deberías dejar de pensar en eso —comentó Dylan tomando su mano y mirando el color rosa tenue del que ella había pintado sus uñas.
—No puedo... Te juro que por más que lo intento, no puedo... —dijo Hayley viéndolo a los ojos.
Dylan hizo como que pensaba y luego le propuso algo que no le pareció mala idea.


—Salgamos un rato
—¿Cuándo? —preguntó ella.
—No sé, ¿el sábado?
—Me parece bien
—Muy bien Hayley, yo sé que eso te despejará un poco, además me la debías
—Es verdad —dijo acordándose del día en que lo dejó por Chris.
El sábado, a las 6, pasó a tu casa... ¿te parece?
—Sí, está bien... Y Dylan, no se enserio como agradecerte lo que haces por mí
—¿Qué te parece si tratas de relajarte y me dejas darte un abrazo?
—Bueno —contestó ella riendo y se acercó a darle un abrazo—. Juro que el día que mis padres me digan que nos vamos a mudar de aquí, me mato

—Oh vamos Hayley, no digas eso —la regañó—. Tu bien dijiste que no hay mucha probabilidad de que te vayas en estos años. Mientras deja de pensar en eso y disfruta el estar aquí, ¿quieres? —ella asintió.


Y en ese preciso momento, vio como Dylan quedaba viendo algo tras sus espaldas, se volteó y Christopher estaba ahí.

Hayley notó que él no dejaba de observarlos así que le sonrió y lo saludó con la mano, desde donde estaba; el esbozó una sonrisa forzada y luego se fue.
—¿Ves como si le provoco celos? —dijo Dylan segundos después.
—Vaya —fue lo único que se le ocurrió a Hayley decir.

Vio la hora.
4:15 p.m.
Se despidió de Dylan y se fue a su casa a comer algo para luego darse un baño y arreglarse. Llegando, sintió un olor familiar y se acercó a la cocina a ver de qué se trataba.

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