Con un taconeo singular que acrecentaba el sensual movimiento ondulante de cadera, ojos grandes, piel inmaculada, cabellera castaña ligeramente risada y larga, la "secretaria" favorita del jefe era la persona más odiada por las demás mujeres que trabajaban en el noveno piso. Ella lo sabía, y vaya que le gustaba, oh si, era divertido ver sulfurar de envidia a cada mujer que osaba siquiera poner en duda sus habilidades administrativas debido a su refinado aspecto.
"Es la protegida del jefe" – "Esta liada con su hijo, todas esas horas en la oficina del él no son solo para llevarle café" – "Es una zorra, la muy creída, se gana el dinero con abrir las piernas" – Y más insultos se divulgaban en contra de ella, pero qué quedaban a un lado al verla dar una simple conferencia de presupuestos. La chica era capaz. Muy capaz, sí de forma extra logro agradar a ciertas personas importantes no era culpa suya. Era simple carisma.
Como de costumbre camino a prisa por el pulido piso de la empresa, sus tacones colocando de nervios a cuanta fémina estuviera presente. Una en especial, una mujer altísima y menuda que parecía odiarla a muerte se apresuró a presionar el botón del elevador para impedirle subir, sonrió, pero siendo tan terca como siempre uso su único recurso.
–¡Alguien que detenga el elevador! – Un chico de finanzas pareció escucharla, porque rápidamente coloco la mano en la puerta evitando que este se cerrara – Muchas gracias, temía llegar tarde – Suspiro con fingido alivio como si casi todos los hombres del edificio no estuviesen bebiendo los vientos por ella y fuesen a hacer lo que les pidiese.
Le escucho murmurar algo como que era bonita, pero solo presiono el número diez en el elevador.
–Junta en la oficina del jefe otra vez – Fue una afirmación en tono ácido y no una pregunta. La castaña miro sobre su hombro, sonrió y asintió.
–Debo ganarme el pan, ¿no?, es lo que tú y las otras chicas de mensajería están rumoreando por ahí en lugar de hacer su trabajo – El elevador permaneció en silencio total, la mujer bufo y murmuro sin proferir sonido, asesinándola con la mirada – Querida, ¿no era esté tu piso? Deberías irte en el siguiente y bajar un piso para tener tiempo de trabajar un poco entre tanto cotilleo.
Giro la vista al frente, sin mirarla y aun sonriendo. Ya no se molestaba en ganarse la simpatía de nadie dado que solo resultaba en hipócritas sonrisas. La ignoro al bajar, yendo hasta el piso que deseaba. Sus tacones aumentaron la velocidad deseando cotillear ella misma con la primera (de dos) persona en la que confiaba completamente.
Se detuvo frente a la puerta tratando de controlar su respiración. Sus dedos pasearon por la manija y con la mano contrario dio suaves golpes, escucho una afirmación y se adentró en la elegante oficina.
–Tienes el presupuesto, ¿verdad? – Hizo un puchero. Estaba esperando algo de chisme antes de seriedad, pero conociendo a ese perfeccionista hombre no le sorprendía.
Camino hasta quedar al frente del escritorio de cristal y paso los papeles que llevaba sosteniendo desde que había entrado a la empresa. Fueron recibidos, pero ella no desvió la mirada, todo lo contrario, al ver que le miraba de reojo hizo un puchero. Le escucho suspirar y bajar los documentos para colocarlos en la plana superficie.
–Bien, siéntate y cuéntame que ha sucedido con esas sosas y envidiosas buenas para nada que al parecer trabajan en este templo sagrado – Citó, sabiendo de memoria que su mejor amiga exageraba de vez en cuando con sus compañeras de trabajo, se dedicó a asentir recurrentemente a cada cosa dicha por la chica.
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Comprando tu amor (EunHae 18+)
Fanfiction(EunHae/HaeHyuk) - Principal (KyuMin)-(SiChul)-(YeWook) Hyukjae tiene un trabajo poco ortodoxo ... se vende a si mismo. ¿Que hacer cuando tu secreto es descubierto por un niño mimado e infantil? Donghae, siempre tiene lo que quiere y es querido por...