Crossed Stories - 5 Seconds of Summer

9. Verónica.

PDV VENECIA

Sonreí al escuchar la voz de Ronnie y la risa de Jack. Eso significaba que la comida ya estaba aquí, lo que me ponía muy feliz. Como pensaba, mire las bandejas con nuestras comidas sobre la mesa, ellos se sentaron y Verónica fue la primera en ir por su cajita feliz, observe a Elizabeth que estaba muy quieta al lado de Vero y alce una ceja extrañada, ¿que esta mirando?

—Ronnie, el juguete que elegiste es horrible, ¿qué se supone que voy hacer con él? —Verónica se quejó con el dicho juguete en la mano agitándolo.

—Es un pikachu, es hermoso tonta —Ronnie se inclino un poco para arrebatarlo de sus manos haciendo a Jack reír, quien por cierto, iba por la mitad de su comida. Debería comer ya.

—Tierra llamando a Elizabeth —Jack rió pasando sus manos por el rostro de Eli.

—Sí, sí —dijo volviendo a sí. Quite la envoltura de mi hamburguesa sin dejar de mirarla.

—¿Te encuentras bien? Parece como si hubieras visto un fantasma o algo así. —Rió Ronnie llevando unas cuantas papas a su boca.

—Claro que si, sólo pensaba un poco —la vi rascar la parte trasera de su oreja. Mordí mi hamburguesa y por un momento consideré dejar pasar el hecho de qué Eli nos ocultaba algo. Esta cosa llamada hamburguesa estaba jodidamente deliciosa.

—Parece que estuvieras teniendo sexo con la hamburguesa Venecia, asco. —Verónica negó y comido de su hamburguesa.

—Vuelvo enseguida —Elizabeth se levanto de la mesa y la vi caminar hasta un grupo de personas que no pude divisar bien. Volví mi vista a Vero y reí abiertamente.

—Deja que llegue a su orgasmo en paz Vero —se unió Jack y aproveche para arrojarle una papa frita.

—¿No creen que Elizabeth ha estado actuando raro desde que llego? —Ronnie nos miro unos segundos para después darle un mordisco a su hamburguesa. Tome de mi refresco asintiendo levemente.

—Nos esta ocultando algo la vieja.

Cubrí mi boca para evitar que el liquido gaseoso saliera en una explosión al escuchar el tonto comentario de Verónica, la risa de Ronnie se escuchó por todo el local y Jack se tomaba el estomago riéndose abiertamente, trague la bebida en mi boca sintiendo como me ahogaba por mi risa atorada, tal vez no era para tanto, pero la manera en la que Vero dijo aquello hizo ver todo como algo sumamente gracioso. Ella nos miraba como si tuviéramos dos cabezas y sin seguir evitándolo también comenzó a reírse, supongo yo, de nuestras caras, sentía las lagrimas en las esquinas de mis ojos y el estomago me dolía horrible, pero no dejaba de reír. Ronnie fue la primera en disminuir su risa y luego la siguió Verónica, hasta que quedamos en silencio pero con una sonrisa adolorida en nuestras bocas. Mire a cada uno y ellos se miraban entre si, hasta que Jack habló.

—No fue realmente gracioso.

—Ni una mierda, amigo.