Te sigo queriendo. ( Segunda parte Te quiero sin querer, profesor.)

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No puedo, siento que soy incapaz de volver a pasar por lo mismo.
Estar sin Fede fue, probablemente el periodo de tiempo más duro que he pasado en toda mi vida.
Él me lo daba todo, las ganas, las fuerzas, la alegría... el amor. Fede era puro amor, lo derrochaba a su antojo y siempre era para mí.

¿No éramos increíbles juntos? ¿Cómo hemos podido dejar que nos destruyan? No lo sé, y al parecer no lo sabré, Fede no suelta nada y es lo que más me cabrea. Tengo que asumir que la relación está en pausa y no sé el motivo, porque él lo ha decidido así.

No puedo enfadarme con él, porque se supone que lo hace para protegerme, pero, ¿de qué? Es frustrante que lo más precioso que he tenido en mi vida tenga un final como este. Sé que no debo ponerme en lo peor y pensar que esto ha terminado, pero eso es justamente lo que siento.

¿Voy a poder volver a confiar en él después de esto? ¿Cómo voy a saber si la próxima vez que surja cualquier dificultad no me va a hacer lo mismo? Alejarme hasta que todo pase, ¿qué clase de pareja hace eso? Ninguna, cuando dos personas están juntas, lo están en lo bueno y en lo malo, así lo había aprendido yo.

Acurrucada en mi balcón, con la barbilla apoyada sobre mis rodillas y los brazos rodeándome las piernas, miro su casa mientras gruesas lágrimas recorren y abrasan mis mejillas sin parar. No me las seco, ni siquiera intento pararlas, quiero que liberen el dolor y el congojo que se ha quedado en mi interior.

- ¿Se puede? - Una voz a mi espalda me sobresalta. Al mirar por encima de mi hombro, encuentro a Oliver en medio de mi habitación, intimidado y con las manos metidas en sus bolsillos.

- Ya estás dentro - Le espeto.

- Me ha dejado pasar tu madre, me ha dicho que no querías hablar con nadie... pero bueno, quería probar, al fin y al cabo me llamo Oliver, no conozco a ese tal nadie.- Dice en voz baja, y su comentario me hace esbozar una pequeña sonrisa.

- Ese chiste es muy malo, ¿lo sabías? - Le pregunto alzando las cejas.

- Lo suficientemente malo para hacerte sonreír- Ahora, él también lo hace, dejándose caer a mi lado en el balcón. Menos mal que es algo extenso, si no dudo que entráramos los dos. - ¿Por qué estás aquí y... en este estado?

- Tú eres el chico pitoniso - Bromeo, y me doy cuenta que es verdad, que desde ayer por la noche, es la primera vez que me sale una sonrisa y, lo mejor, una sonrisa sincera.

- Después del golpe en la cabeza del otro día, he perdido algunos de mis poderes - Ríe, rascándose la nuca.

- Vaya, hoy has venido gracioso - Río yo también - Gracias por intentar animarme.

- ¿Intentarlo?- Abre mucho la boca, incrédulo. Poniéndose la mano en el pecho como si estuviera herido- Creía que lo había conseguido.

- Está bien... - Accedo - Puede que lo hayas conseguido.

Asiente, mirándome con la cabeza ladeada y pareciendo adorable. Nos quedamos en silencio, mirando el infinito, aunque, más que eso, yo sigo contemplando la casa de Fede, con la moto aparcada en su puerta. Está en casa y eso me daña más todavía, porque pienso que ahora podría estar con él, haciendo quien sabe qué, pero el uno en compañía del otro, y no separados.

- ¿Habéis vuelto a discutir? - Me pregunta Oliver en un susurro.

- Esta vez no - Sacudo la cabeza, reprimiendo algunas lágrimas que quieren volver a mí - Me ha dicho que estemos un tiempo alejados...

- ¿Y eso por qué? - Pregunta con el ceño fruncido - Es raro, a cualquiera que os conozca y le preguntes lo sabe, Fede y tú no sabéis estar separados. Sois de esas parejas que da envidia ver, de veras.

- Me temo que la gente se tiene que acostumbrar a no vernos de esa manera - Bufo al tener que obligarme a pronunciar esas palabras.

- ¿Y cuánto tiempo tendréis que estar así y... por que? No entiendo nada - Me mira con los brazos apoyados en sus rodillas, tan confuso como yo lo estoy.

- Eso es lo peor, Oliver - Aprieto los dientes - Que yo, que soy la principal implicada, tampoco lo sé. No tengo ni idea de porqué Fede quiere esto, ni de qué demonios ha pasado entre nosotros. Estábamos bien, como siempre.

- Quizá tenga sus motivos - Se encoge de hombros - Es decir, yo no haría algo así, pero cada persona es de una manera y quizá él haya decidido que esto es lo mejor.

- Debía haber tomado en cuenta mi palabra antes de tomar una decisión como esta. - Meto la cabeza entre mis manos, frotándome los ojos ya dolidos e hinchados.

- ¿Quieres bailar?- Pregunta, desconcertándome por completo. Se levanta del suelo y sacude sus pantalones vaqueros, ofreciéndome la mano con una sonrisa.

- ¿Bailar? - Pregunto comenzando a levantarme yo también - No sé bailar, además, tampoco hay música. ¿Cómo se te ocurre algo así? - Lo miro divertida.

- Yo tampoco, pero, ¿qué mas da? Bailar es divertido, vamos... - Acerca su mano más a mí y acabo tomándosela, en cuanto rozo sus dedos, me arrastra dentro de la habitación - ¿Tienes radio?

- Ahí - Señalo el aparato que lleva sin usarse años, sobre mi estantería. Oliver la coge sobre sus manos y busca la primera emisora, hasta que se escucha música.

- Esta será nuestra canción- Sonríe cuando cometas en el cielo de la oreja de van gogh comienza a sonar por toda la habitación.

- ¿Por qué esta? - Me arrastra a su pecho mientras la canción sigue sonando. En realidad, siempre me ha gustado, por lo que me dejo llevar.

- Es la primera que ha sonado, es una señal- Susurra en mi oído, moviéndose lentamente y sin ningún ritmo, aunque no me importa, ya que yo tampoco lo tengo.

- Me encanta - Admito, mientras escucho la preciosa letra en silencio, con su pecho subiendo y bajando bajo mi mejilla.

Porque solo tú, tu me puedes ensenar a volar, cometas por el cielo... como el sol, como el mar. Dibujar, mi nombre sobre el suelo... como el sol, como el mar.

- ¿Sabes qué, Míriam?- Me dice una vez terminada la canción, separándose de mí y mirándome con sus dos preciosos ojos grisáceos que ahora tienen un brillo especial. Y que yo solo relacionar con los dos ojos verdes de Fede - Yo me quedaría contigo - Habla en voz baja, acariciándome la mejilla - Me daría igual lo que quisiera interponerse, porque yo... siempre me quedaría contigo.

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¡¡Hola!!

Lo primero, os dejo esta preciosa canción que nombro en el capítulo.

¿Sois del #TeamFede o del #TeamOliver? ¡Vamos, a ver quién gana! :P

Y bueno, el capítulo de hoy para:

rocio-canto

DannaJenner1

MelaniePalmaZevallos

¡Espero que os guste!