Capítulo 12 - Te quiero

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Capítulo 12 - Te quiero

Antonio acarició el pelo del menor el cual aún estaba dormido. Había estado jugando con su pelo desde hace un par de minutos y solo deseaba que se despertase, así que de vez en cuando besaba sus mejillas con la esperanza de que eso le hiciera despertar pero simplemente emitía un suave quejido y se hundía más en el pecho del hispano.

Antonio movió sus dedos sobre la piel de Lovino formando dibujos en su espalda.

A los pocos minutos se despertó algo desorientado y miró a Antonio sonriendo suavemente.

-Buenos días- el español se limitó a presionarlo delicadamente contra su pecho mientras recorría con sus dedos el cabello de Lovino.

-Buenos días estúpido...- susurró Lovino presionando sus labios contra el pecho del español depositando un suave beso en el.

-¿Qué tal estas?- preguntó Antonio hundiendo su nariz en el pelo del italiano.

-Bueno- el italiano miró a Antonio sonriendo como si estuviese planeando algo extremadamente malicioso -Anoche el chico con el que estoy saliendo me pidió matrimonio de una forma más que cutre.

Antonio besó las comisuras de los labios de Lovino.

-Apiádate del pobre alma de ese muchacho, no sabía como hacerlo.

-Pero sabía como hacer lo otro- susurró Lovino mordiendo la barbilla del mayor.

Antonio de puso como un tomate y se sentó en el borde de la cama.

-Voy a preparar el desayuno- dijo Antonio ignorando la mirada triunfante de Lovino mientras se levantaba de la cama.

-Tráeme la comida a la cama.

-Sí, sí.

Antonio salió de la habitación bajo la atenta mirada de su novio el cual después de unos segundos se quedó mirando el anillo que ahora decoraba su dedo. Después se dio cuenta de que había una pluma de color ceniza sobre la cama. A Antonio tampoco le quedaba mucho tiempo.

-He hecho un desayuno especial para mi personita especial- Antonio se sentó en el borde de la cama depositando un suave beso sobre los labios del italiano -Pan tumaca.

-Tus desayunos son raros- susurró Lovino a pocos centímetros de los labios de Antonio.

-Pero te encantan- sonrió el español besandole otra vez.

La mañana transcurrió en su mayoría en un cómodo silencio, volvieron a meterse entre las sábanas, hablaban de cosas estúpidas de vez en cuando, se besaban y el español repartía caricias por el cuerpo del más bajo.

-Tú camisa esta sucia ¿Quieres una mía?- Antonio le tendió una camiseta blanca de botones a Lovino el culo se limitó a cogerla.

-Antonio.

-¿Si?

-Cuando tus plumas se vuelven negras....¿Te duele?- preguntó el italiano colocándose el cuello de la camisa.

Antonio sonrío y le remangó las mangas de la camisa mientras sonreía.

-Estoy bien, mi amor- susurró besando la comisura de sus labios mientras Lovino se ponía tan rojo como uno de los Claveles expuestos en la tienda de flores.

-Jodido bastardo, no me llames así....Idiota- murmuró Lovino colocando su frente contra el pecho de Antonio, con su nariz acariciaba delicadamente la piel aún expuesta del español mientras esté le abrazaba fuertemente.

-Te amo, Lovino Vargas- sonrió el mayor acariciando la espalda del más bajo.

-Quiero quedarme contigo- Lovino colocó una de sus manos en la mejilla de Antonio y le besó, le besó como había hecho innumerables veces, le quería, amaba a ese torpe que siempre llegaba tarde.

-Lovino....¿Estas llorando?- las manos de Antonio pasaron de su espalda a sus mejillas, acunandolas con suma delicadeza.

-Joder, idiota, este es el momento en el que me besas y me dices que todo va a ir bien y que nunca tendré que perderte y que me quieres mucho- sollozó Lovino apretando los pantalones de chándal que llevaba el hispano en ese momento.

-Cariño- los ojos de Lovino se toparon con los esmeralda del otro chico - No llores, todo va a ir bien.

-¿Lo prometes?

-Prometo intentar hacerte feliz y digo intentar porque ambos sabemos como de torpe soy- susurró llenando de besos las mejillas del italiano -Pero te juro que voy a hacerlo lo mejor que pueda.

Lovino colocó su cara en el cuello de Antonio sintiendo su dulce olor y su cálida y suave piel que ahora se humedecia con sus lagrimas.

-Aunque voy a ser un pésimo marido, voy a levantarte muy temprano con besos, voy a morderte para molestarte, voy a hacer que te pongas tan rojo como un tomate diciendo cosas vergonzosas y lo único que tengo que ofrecer es este piso prácticamente vacío y mi persona- el español sintió una suave risa contra su piel -Pero como ya dije, prometo quererte, y llenarte de besos cada día hasta que te canses, eres lo que más he querido en toda mi vida y no me arrepiento de nada, prefiero morir a tu lado que a vivir sin ti, sin poderte abrazar, sin poderte besar.

-Te odio- susurró Lovino contra la piel del moreno abrazandole aún más fuerte -Eres un maldito bastardo español.

Antonio acarició con su nariz la mejilla de Lovino intentando que le mirase.

-Por si no te había quedado claro, te amo- susurró el español haciendo que Lovino se tensara.

-Dejame- se quejó el italiano apartando la cara del español con su mano, sus mejillas estaban ardiendo y solo quería que el español dejase de hacerle sentir de esa manera.

-Vale, vale, dejo de molestarte- sonrió Antonio abrazandole por detrás.

Lovino sentía dolores musculares y últimamente había estado perdiendo el apetito, cada vez estaba más cansado, era horrible sentir como la enfermedad cada vez le consumía más, no quería morir, quería quedarse con Antonio, adoptar a un niño y formar una familia pero el tiempo se acababa, sentía como se acababa como granos de arena que caían en la parte inferior de un reloj de arena indicando que el tiempo se acababa.

-Antonio- susurró Lovino apretando las manos del español que le envolvían.

-Dime.

-Me gustaría que mañana me acompañases a quimioterapia- entrelazó sus dedos con los del mayor -Y quiero casarme contigo pronto, quiero pasar el tiempo que me queda contigo, no tiene que ser una boda costosa ni nada de eso, quiero estar contigo, quiero unos pocos invitados y quiero bailar contigo.

-Iba a ir de todas maneras, no iba a dejar a mi prometido pasar eso solo y tengo unos muy pequeños ahorros para preparar algo, podría intentar hacer magia con eso sí estas seguro de que no quieres una boda más formal.

-Gracias...

-Te quiero.

Anche se cado (SpaMano)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora