Al día siguiente, camino a la escuela me encontré con Jessica.
—H-hola...— dijo la tímida chica.
—Hola.— respondí. —¿Estás lista para aclararle a Vanesa que no somos novias?— pregunté mientras caminábamos.
—Lo siento por eso... Pero voy a dejarlo así... Siento que si digo la verdad...— dejó la frase incompleta.
—¿Si dices la verdad, qué?— pregunté mientras la veía, ella miraba el suelo como siempre. Eso me irritaba.
—N-nada, olvídalo...— murmuró y empezó a jugar con sus manos.
—Oye.— con una mano, levanté su cara para que me mirara a los ojos. —Deja de mirar el suelo, me gustan mucho tus ojos. Quiero que me mires cuando me hables.— pedí dulcemente.
—O-okay...— se puso ligeramente roja, pero no rompió el contacto visual. Sus ojos brillaban mientras me veía.
—Y deja de tartamudear, es estresante— gruñí cambiando repentinamente la atmósfera. Era normal en mí, siempre fui así... Tan amable y educada un momento, tan amargada y fría al otro.
—Y-yo... Vale, entiendo.— asintió.
Ella hizo un obvio esfuerzo por no quitar su mirada, estoy consciente de que lo que dije no fue exactamente agradable.
Llegamos a la escuela y entramos en el salón, Vanesa estaba sentada en su lugar habitual, en la última fila a la derecha, al ver que yo me senté en la última fila de la izquierda, se apresuró para ponerse a mi lado, pero era tarde. Jessica se había sentado en el asiento que estaba a mi derecha.
—Esta perra...— dijo entre dientes Vanesa.
—Hey, cuida tu vocabulario, ¿no puedo sentarme al lado de mi novia?— alzó una ceja Jessica, yo no dije nada, quería ver la reacción de Vanesa.
—Vomo sea.— se quejó y se sentó en el asiento de al frente.
Jessica sonrío triunfante, tenía una linda sonrisa. Me le quedé mirando unos segundos, se puso roja y empezó a jugar con sus manos.
—Oye.— volteó Vanesa. —Esta chica, ¿en serio tu novia?— dijo con preocupación. Jessica me miró curiosa por conocer mi respuesta.
¿Ser o no ser? No sabía si debía decir la verdad, o seguir con el jueguito de Jessica para ver cómo resultaba... La verdad es que la segunda opción me pareció más interesante.
—Sí, somos novias.— me encogí de hombros esperando ver su reacción.
—Entiendo.— respondió seriamente, se volteó y no volvió a hablarme esa clase.
Una vez más, Jessica sonrío triunfante, yo la miré y me acerqué a su oído.
—Así que oficialmente somos novias.— le susurré. Como era de esperarse, ella se puso bastante sonrojada e incluso se estremeció.
—Sí...
La clase transcurrió con normalidad, el receso fue aburrido, no hice más que hablar con Jessica sobre la clase y ver cómo Vanesa nos miraba de reojo.
La escuela pasó rápido y ya era hora de irse, me dirigí a la salida y Vanesa se acercó a mí casi corriendo.
—No lo voy a aceptar.— murmuró. —Tú serás mía... No de esa perra.— agarró mi corbata y me haló hacia ella, juntó sus labios contra los míos y no tuve tiempo ni de corresponder o evitar el beso, luego me soltó. Yo estaba impactada pero al mismo tiempo no hice ninguna expresión en particular, sólo tenía los ojos bastante abiertos.
—¿Así que así son las cosas?— comentó una voz que venía desde atrás. Era Jessica.
Cuando la vi ella miraba fijamente a Vanesa, con odio. Se acercó a ella hecha una furia y la golpeó en la cara repentinamente, haciéndola caer al suelo. Me apresuré y la ayudé a ponerse de pié, saqué de mi bolso una bandita que llevaba para situaciones de esta clase, se la coloqué con cuidado en la cara y volteé a ver a Jessica con el ceño fruncido.
—Tú, te vienes conmigo.— la agarré por el brazo prácticamente arrastrándola.
La llevé a la dirección y le expliqué al director lo ocurrido, como presidenta del consejo es mi trabajo. La suspendieron durante tres días.
Luego de eso, me dirigí a mi casa tranquilamente, para mi sorpresa Jessica me seguía. Corrió hasta alcanzarme y me agarró del brazo, me volteó y me besó. Sus labios chocaron torpemente contra los míos pero nuevamente no reaccioné.
—No voy a dejar que estos labios le pertenezcan a otra.
En ese momento me di cuenta de que me habían besado dos veces en el mismo día, ambas chicas, mis primeros dos besos. "Qué extraño día", pensé. Me quedé tan perdida en mi mundo que casi olvido que no estaba sola.
—D-disculpa, no debí besarte de la nada.... Pero es que estoy celosa.— admitió ella, la tímida chica había vuelto.
—Bueno, eres mi novia, puedo aceptar que me beses.— suspiré. —La que no debió besarme es ella.— asentí pensativa, eso era cierto, yo no debí dejar que Vanesa me besara. No era correcto, aunque eso no me importaba.
—S-sí... Yo... Quería saber si tú... Querrías salir cconmigo mañana...
No respondí.
—¡Lo siento! Olvidé que no te gusta que tartamudée, ¡perdóname!— suplicó desesperada.
—Vale, saldremos mañana.— accedí. —Pero no en horas de clase, soy la presidenta del consejo estudiantil, no puedo faltar, incluso si estás suspendida yo si asistiré. Aunque, después de todo, estás suspendida por culpa mía. Supongo que lo lamento.
—¡Gracias!— sonrió alegre, sus ojos brillaban de felicidad. —¡Nos divertiremos mucho mañana! ¿Qué quieres que hagamos?
—Contigo, estoy segura de que cualquier cosa será especial.— ella se puso roja.
—Entonces iremos a la piscina.— sugirió Jessica intentando no desviar la mirada.
—Como gustes.— respondí para seguir caminando hasta llegar a casa.
Cuando llegué, le dije a mi mamá que iría a la piscina con una amiga, ella aceptó y yo fui a hacer tareas hasta que se hizo de noche y recibí un mensaje.
"Hola Ámbar, me gustaría saber si mañana tienes planes, quisiera agradecerte por lo que hiciste por mí hoy, ¿qué tal si vamos al cine?"
Me puse a pensar si debía o no aceptar, la verdad es que no era una persona con dificultades para decidir, suelo tomar decisiones rápido, me gustaba saber cómo irían las cosas cuando tengo varias posibilidades, me gustaba probar de todo un poco, así que le respondí que sí. Le dije que fuéramos en la noche, para no tener problemas con Jessica, aunque claramente esto último no lo supo. Y al final del mensaje escribí otra cosa:
"¿Te gustaría que fuera como una cita? En otras palabras, te estoy pidiendo que seas con quien engaño a Jessica.
Lo envié, sonreí satisfecha con mi coraje. Me gustaba ser directa, que la gente entendiera en qué se estaba metiendo al estar conmigo. Me fui a dormir, a la mañana siguiente revisé el celular y vi un mensaje.
"Sí."
Hooola, esto se va a poner intenso :v que conste que Ámbar es medio perra. XD
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Esta chica es extraña. (Yuri)
RomanceAquí se narra la historia de una chica llamada Ámbar, que sin darse cuenta, se enamoró de la chica más rara que conocería en su vida.