Un mal recuerdo.

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Narra Cristina

Llegué a casa asustada, tenía miedo de haber hecho alguna estupidez por celos.

-Estúpidos ojos... ¡Si tan sólo fueran normales!- dije para mí misma.

-Oye, ¿estás bien?- preguntó alguien desde atrás.

-Sí.- dije fría. Volteé para ver quién preguntaba, era Vanesa.

-A mí no me mientas, ¿qué ocurrió?- insistió.

-Nada, estoy bien.- puse seria. -Sólo aléjate.- de pronto ella me miró con miedo.

-V-vale, lo siento.- dijo la chica en un tono nervioso, entonces se fue.

-¿Hmm?- entonces miré a un charco que estaba en el suelo, mis ojos estaban amarillos otra vez. - ¡Maldición!

Corrí a casa cubriendo mi cara, no tropecé con nada ni nadie porque no había nadie en el camino. Igual si hubiese habido alguien, no hubiera interferido, yo me habría encargado.

Finalmente llegué a mi hogar, mi tío "el director" estaba de visita. Al ver mis ojos se preocuparon.

-¿Otra vez?- preguntaron al unísono cuando abrí la puerta.

-Sí...- dije desanimada.

-Bueno.- dijo mi tío. -Tendrás que tener más cuidado a partir de ahora, no puedes perder el control de eso. No es momento de cometer errores.

-Ya lo sé.- dije desviando la mirada.

-Si tus nuevos amigos en la escuela lo descubren dudo que te acepten...- su tono de voz era serio pero a la vez su mirada era triste.

-Entiendo.- sonreí débilmente.

-No queremos que pase como en Alemania...- dijo mi padre frío.

-No...- Auch.

Todos me miraron con decepción y me fui a mi cuarto un poco irritada. Al entrar, cerré la puerta y me permití perder un poco el control. Salí por la ventana.

Narra Ámbar

Llegué a casa, estaba confundida por el comportamiento de Cristina pero no debía darle importancia, debía organizar muchas cosas así que estaba ocupada. Maldita sea con Vanesa y haberme obligado a ser la estúpida presidenta del consejo estudiantil, de no ser por ella yo no me habría postulado y podría estar haciendo tarea como cualquier otra alumna aplicada. Pero en cambio, hago tareas, reuniones, organizo toda clase de actividades e incluso doy clases particulares semanalmente.

Una vez en mi habitación, me puse a hacer todo lo que tenía pendiente. Las horas fueron pasando y yo me iba cansando de tantas cosas pendientes, en mi mente maldecía repetidamente a Vanesa.

Flashback

-Oye Ámbar, ¿qué tal si te unes al consejo?- dijo Vanesa.

-¿Qué? Pero eso es demasiado complicado, son muchas responsabilidades, soy aplicada en la escuela pero no quisiera tantos deberes.- respondí.

-¡Anda vamos! Yo me uniré contigo... ¡Acepta y te compro un helado!- exclamó animada.

-No soy tan fácil.

-¡Dos helados!- sonrió.

-Ummmm... Está bien.- suspiré.

Fin del flashback

Y pensar que fui tan fácil de convencer. Qué vergüenza.

Seguramente sólo quería pasar más tiempo a solas conmigo, aunque ya no le veía sentido a aquello, ella tenía a Jessica ahora.

¿Podría dejar el consejo? Bueno... Pero allí está Cristina, quiero acostumbrarme a verla allí en las reuniones a partir de ahora. Ya parezco una de esas cursis enamoradas, mejor me voy a dormir.

Narra Cristina

Me fui a "pasear" por un rato y cuando cayó la noche decidí regresar a casa, ya había hecho suficiente desastre...

Al entrar por la ventana de mi cuarto, estaba papá esperándome.

-¡CRISTINA! ¡¿QUÉ HAS HECHO?!- gritó furioso.

-Emmm...- dije nerviosa.

Mierda.

-¡¿En serio hiciste eso?!- dijo una voz familiar desde afuera del cuarto. Era mi tío, quien entró y cerró la puerta, dejándome atrapada con él y mi padre.

-Y-yo no sé de qué hablan...- desvié la mirada. Estaba jodida.

-Me llamó la madre de Juan.- dijo mi tío. Juan era el nombre del chico que coqueteaba con Ámbar. -Dijo que su hijo no asistirá a clase mañana porque está alucinando y lo llevará al psiquiatra. Tiene un trauma porque, según él, vio una figura extrañamente grande y monstruosa que lo amenazó de matarlo si volvía a hablar con Ámbar, ¿tienes idea de quién pudo ser?- me fulminó con la mirada.

-Tal vez fui a su casa a ponerlo en su lugar porque estaba celosa...- me preparé para morir.

-Ya veo.- dijo mi padre. -Bien, estás castigada.

-¿Castigada?- me asusté. -¿Qué clase de castigo...?

-Uno humillante.- dijo mi tío. -Lo que hiciste estuvo mal, para empezar tú no vas a salir durante un mes a menos que sea por la escuela.

-¿Y qué más...?- pregunté.

Narra Ámbar

Desperté, fui a desayunar y me preparé para ir a la escuela, en el camino vi a Jessica junto a Vanesa, realmente hacen buena pareja, ¿quién lo diría?

-Hola...- dijo una voz familiar.

-Buenos días, Cristina.- me giré para verla.

-Sobre ayer... Lamento haber actuado tan rara.- dijo ella.

-No te preocupes.- sonreí.

Ella tomó mi mano y la besó, me sonrojé un poco.

Fuimos juntas de la mano hasta llegar al salón, donde nos soltamos. Ella se sentó a mi lado y la clase transcurrió con tranquilidad hasta que algo extraño pasó.

-¿Qué haces?- pregunté confundida.

-No es nada...- dijo ella mientras se ponía una máscara decorada con brillos y en forma de zorro. Luego se levantó de su asiento y se montó sobre el pupitre y empezó a bailar y a cantar. -What does the Fox say? Dirin dindin didin dirin dirin.

Todos quedamos completamente atónitos ante tal acto de estupidez. La profesora sólo suspiró y susurró para sí misma algo que no alcancé a entender. ¿Acaso quería perjudicar su imagen y la del consejo estudiantil?

-Siéntese, señorita Wolf.- dijo la profesora. ¿Wolf? ¿Ese es su apellido...?

-Sí...- respondió Cristina avergonzada, todos empezaron a reírse y yo aún ni sabía qué rayos acababa de pasar, ¿acaso ya se había vuelto loca?

-¿Qué fue eso?- le dije.

-Un castigo...- respondió tímida.

-¿Castigo...?- fruncí el ceño.

-Sí, no te preocupes, mi tío está loco.

-¿Por qué te castigaron?- pregunté curiosa. -Pensé que te portabas bien.

-Pensaste mal, querida.¿ Luego de lo que he hecho en la cama contigo, aún piensas que soy una niña buena? - me guiñó el ojo.

Esta chica es extraña. (Yuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora