-C-cristina...- dije tímida. Ella volteó a verme con una sonrisa y se sentó en la cama, viéndome como si estuviese conteniendo sus ganas de violarme. -¿Esto no es demasiado... Pervertido?- dije desviando la mirada, ella agarró mi mentón y me hizo verla a la cara.
-Tú no sabes lo que es perversión, no has visto lo que pasa por mi mente cada vez que te veo.- dijo la chica mientras sonreía.
-¿E-eh...?- balbucié, no me salían palabras bien estructuradas. -Y-yo no creo que esto sea adecuado...- traté de desviar la mirada otra vez, pero ella no me dejaba, se acercó a mis labios y me miró con ternura, la chica pervertida parecía haberse ido.
Puso una mano sobre mi mejilla y la acarició suavemente mientras sus labios prácticamente rozaban los míos, pero ella no terminaba de acercarse, y mi timidez en ese momento no me dejaba moverme.
¡Bésame ya, joder!
-Ámbar...- susurró con sus labios casi sobre los míos. -Creo que te amo.- me puse roja y la miré ilusionada. ¿Me amas? Se alejó un poco de mi cara y desvió la mirada- ¿T-tú crees que... Yo... Podría...? E-este... Tú sabes...- dijo ella tímida, sus ojos brillaban pero ella estaba claramente asustada por lo que iba a decir. Se puso de un lindo color rojo y no pude evitar sonreír.
-Dime.- dije insistente.
-Y-ya sabes... Ser... Tu... Emmm...- volteó a verme a los ojos, respiró profundo y me acarició la mejilla. -¿Sabes qué? Te lo diré en otro momento- sonrío.
Ésto no era para nada lo que yo tenía en mente.
-V-vale...- dije desanimada.
-Volviendo a lo otro...- puso su mano en mi pierna y recordé en qué situación me encontraba. Subió su mano lentamente utilizando su dedo índice hasta llegar a mi entrepierna, pasó por debajo de mi falda y rozó levemente mi sexo. La miré excitada y sonrojada, ella sonrió y finalmente me dio aquel beso que yo tanto venía esperando.
Introdujo su lengua en mi boca tomando el control absoluto, empezó a devorarme como si no hubiese un mañana, los besos eran tan intensos que sólo nos separábamos para respirar. Ella empezó a jugar nuevamente con mi parte íntima, paseando su dedo índice "inocentemente" por encima de mi sensible piel.
-A-ah...- gemí.
Cada sensación de mi cuerpo se centró en ese lugar por donde ella estaba tocando, empecé a gemir y ella aprovechó eso para morderme el labio inferior en repetidas ocasiones, finalmente introdujo sus dedos en mi vagina y y empezó a moverlos, entre gemidos ella me daba dulces besos hasta que fue bajando por mi cuello y finalmente llegó a mis pezones, les dio lentos y suaves mordiscos y pasó su lengua alrededor de contorno; por más que me quería retorcer, no podía, estaba totalmente atada e indefensa ante sus ataques de placer a mi cuerpo. Dejó mis pechos y volvió a introducir su lengua en mi boca.
-Eres... tan... hermosa...- susurraba entre besos.- Quiero hacerte toda clase de cosas, preciosa.
Obviamente me puse roja, ella es una pervertida de primera clase.
-E-esto es muy v-vergonzoso...- dije mientras trataba de no verla a los ojos.
-¿Acaso no lo disfrutas?- dijo en un tono burlón. -Si ese es el caso, te haré sentir mucho mejor.- sonrió maliciosamente.
¿Qué tendrá en mente ahora?
Se levantó de la cama y agarró algo de su bolso, no alcancé a ver qué era. Se acercó a mí y empezó a besarme nuevamente, me dejé llevar hasta que sentí una extraña sensación en mi vagina, eran como unas bolitas. La miré confundida y ella sacó un control remoto, presionó un botón y esas cosas empezaron a vibrar en mi interior.
-A-a-ahh...- gemí. Comencé a moverme tanto como mis ataduras me lo permitían, empecé a jadear y a hacer sonidos de toda clase. Empezó a silenciarme con sus besos.
¿Qué es esto...? Se siente tan bien...
Era frustrante no poder retorcerme libremente, ella sólo me besaba y sonreía con esa mirada de perversión a la que la me había acostumbrado, me miraba expectante.
-¿Qué tal? ¿Te gusta?- susurró sobre mis labios, sonriente.
-Y-yo...- ella presionó un botón y de pronto la intensidad de las vibraciones aumentó. -A-ahhh...- empecé a aumentar mis gemidos.
-Shhhhhhh... Tu madre nos puede oír- dijo mientras me callaba con sus dulces besos. -¿Y?- preguntó ella, esperando una respuesta. La intensidad volvió a aumentar.
-Mmhh... ¡A-ahh!- era todo lo que podía decir.
-Silencio nena, éste no es el lugar para hacer mucho ruido.
¡¿Cómo diablos quieres que no haga ruidos en esta situación?!
-Mmhh...- sus labios evitaban que salieran sonidos más fuertes de mi boca.
Ella soltó esa sonrisa de satisfacción que tanto me gustaba. Las bolitas vibraban en mi interior y me hacían experimentar nuevos niveles de placer, nunca había sentido algo así en mi vida y la verdad jamás pensé en que algo podría sentirse tan bien, no tardé mucho en venirme.
-Parece que ya acabaste.- dijo ella mientras sonreía, retiró el extraño juguete y yo no podía siquiera hablar, jadeaba como si hubiese corrido un maratón. -Ésta fue la primera vez que usé esto, y la verdad salió mejor de lo que esperaba.
Yo sólo jadeaba y me sentía totalmente agotada, ella desató mis manos y luego mis piernas, me quedé echada en la cama y ella se sentó en la esquina de la misma, me dio un beso en la frente y susurró.
-Ahora podrás dormir como nunca.- se acostó a mi lado y nos cubrió con la sábana.
No pude articular ninguna palabra y me quedé dormida entre sus brazos.
ESTÁS LEYENDO
Esta chica es extraña. (Yuri)
RomanceAquí se narra la historia de una chica llamada Ámbar, que sin darse cuenta, se enamoró de la chica más rara que conocería en su vida.