Ojos.

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Narrador

Cristina estaba en su casa durmiendo, cuando de pronto recibió un mensaje de texto.

"Gracias por el helado."

Estaba sorprendida al ver que Ámbar le había escrito así que tomó una decisión y se apresuró en llamarla.

-H-hola...- dijo una tímida voz desde el otro lado del tlf.

-¡Hola, mi hermosa pelirroja!- exclamó la alemana.

-Humm.- se escuchó un pequeño quejido por parte de Ámbar. Estaba avergonzada por las palabras que Cristina había dicho. Y aunque la rubia no lo supiera, estaba sonrojada y sorprendida porque la llamara. -¿Por qué me llamaste?

-¿No es obvio?- dijo la alemana en un tono divertido.

-No...- dijo la tímida presidenta del consejo estudiantil.

-¿Por qué conformarme con leer tus mensajes si puedo escuchar tu dulce voz?- respondió Cristina.

Ámbar se sonrojó y sonrió feliz como una niña pequeña.

-Puedo escucharte sonreír desde aquí, princesa.- Cristina no podía evitar sonreír también.

-T-tonta...- susurró Ámbar, avergonzada.

-Y enamorada.- confesó la rubia.

Ámbar no supo qué responder, la felicidad había llenado su corazón, jamás pensó escuchar palabras tan hermosas como esas. Sus latidos empezaron a volverse imposibles de ignorar. Ámbar tenía las mejillas sonrojadas y sonreía.

-Di algo...- suplicó la rubia, asustada de que su comentario alejara a su amada pelirroja.

"¿Lo habré arruinado?" pensó la alemana.

-Cristina...

-¿Sí?- preguntó con miedo Cristina.

-Nos vemos mañana.- y entonces la pelirroja colgó.

Cristina entró en pánico, juraba que había arruinado todo, se convenció a sí misma de que todo iba a terminar con Ámbar.

Narra Ámbar

Al escuchar las palabras de Cristina sentí como si mi corazón fuese a explotar, sin duda estaba loca por ella, pero antes de decir algo apresurado, preferí dejarla con la intriga y cortar.

Espero no haber sido muy cruel.

Narra Cristina

Estaba asustada, no sabía si debía volver a llamarla o si esperar a mañana. La segunda opción parecía menos desesperada así que opté por elegirla. Me puse a escuchar música toda la noche, revisando mi celular en busca de algún mensaje de Ámbar, pero no recibí nada. Decidí dormir aunque mis pensamientos no me lo facilitaran.

Narra Ámbar

La mañana había llegado, era hora de ir a la escuela. Al salir no estaba Jessica para recibirme pero eso no me sorprendió, ella ahora tenía alguien más en quién pensar. Mis ganas de llamar a Cristina para ir juntas a la escuela eran enormes, pero luego de la conversación de ayer no sabía si podría mirarla a los ojos. Me iba a sonrojar, sin duda.

Camino a la escuela, vi a Vanesa agarrada de la mano con Jessica, me sentí aliviada y feliz a ver que esas dos ahora estaban juntas. Sentí algo de envidia por no estar de la mano con Cristina en ese momento.

-¿Hola?- dijo una voz familiar desde atrás.

-Hola Cristina.- respondí con una sonrisa. Me alegraba verla, pero de pronto recordé lo de ayer y me sonrojé, bajando la mirada.

Esta chica es extraña. (Yuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora