Cuando me di cuenta de lo que hacía, ya estaba orillando la Ducati en la acera y saltando de ella para ir a su encuentro. Me acerqué estando personas y con cautela dije su nombre, porque si la tocaba, se alarmaría.
─Eloise... — la llamé suavemente. Por su sorprendente sentido auditivo ella se giró a mi dirección, su cara brillando de puro placer al reconocer el timbre de mi voz. Esto hizo algo en mí.
─Daniel ─contestó apenas en un susurro emocionado─. ¿Qué haces aquí? ─preguntó.
Estaba con alguien más, Elie.
─Eso no importa. Quiero saber que haces tú aquí sola, fuera de un club nocturno en medio de la noche. Pueden hacerte daño, Elie ─advertí mientras me acercaba a ella y tocaba su hombro para que supiera donde estaba.
─No soy una niña, Daniel ─bromeó conmigo, con una pequeña sonrisa en sus labios. De nuevo tenía su mirada en mí cabello junto a esa sonrisa, y de nuevo mi muro contra ella se deshacía de un bloque más.
Me sentí en el lugar correcto cuando ella tomó mí mano de su hombro y la mantuvo en la de ella mientras se acercaba. Ella siempre quería saber donde estaba.
─Seguro que lo sé. ─Lo más seguro que podía estar sobre eso.
Una emoción me embargaba por verla esta noche y así de resplandeciente. Su cara bonita brillaba con ilusión, sus mejillas brillaban en sonrojo y una sonrisa completa quería salir a relucir. Pero más que feliz, estaba preocupado por ella, incluso las varias copas del bar se habían drenado de mi sistema al verla.
─Estoy con mi madre en una de sus reuniones con sus amigas. Me dejó aquí un momento mientras iba a buscar su teléfono que olvidó. ─Finalmente me dijo el porqué. Apreté mis puños al saber que esa mujer estaba aquí y podría salir en cualquier momento. No iba a soportar sus acusaciones una vez más, pero debía.
─Esperaré aquí contigo hasta que ella regrese.
─No es necesario ─dijo dudosa.
─No te voy a dejar aquí sola, Eloise.
─Pero ella te verá y...
─¡Oh, Elie! Aquí esta el teléfono, lo tenía Silvia. Esa mujer tiene malas mañas, creo que... ─Y allí venía su madre, caminando con cautela mientras me lanzaba una mirada afilada de arriba abajo, deteniéndose en nuestras manos juntas.
Le di un apretón, no teniendo la intención de soltarla. Suspiré preparándome para esto. Ella se pondría una furia, y ni siquiera sabía la verdad.
─Cox... ¿Qué haces con mi hija? ─sonó desdeñosa.
─Como usted ve, teniendo una agradable conversación. ─Le sonreí hipócritamente.
─Con la persona equivocada —defendió ella.
─Mamá, por favor... ─advirtió Eloise dando un paso hacia adelante hasta donde escuchaba a su madre—. Sólo vámonos. —Soltó mi mano y alcanzó su hombro, haciéndola retroceder. Su cara mostraba el disgusto que le causaba estos enfrentamientos.
Cuando supo que estaba a una distancia segura, se giró hacia a mí y estiró su brazo con la palma hacia arriba para que yo tomara su mano.
La acerqué hasta mí. Ella libremente puso sus dos manos en mis costados y yo respiré profundo por su toque que atravesaba mi camisa.─¡Eloise! ─escuché a su madre quejándose más allá. Pero ninguno de los dos le prestó atención, ella a su vez presionó su frente en mi pecho.
─¿Nos vemos mañana, Daniel? ─me susurró. Tuvo un tono de súplica, y en ese momento lamenté no ir por ella esos cinco días que me la pasé en bares y mujeres. Me olvidé de lo que hice por un momento, sólo estábamos ella y yo en este lugar.
Presioné mis labios en la sima de su cabeza y le susurré de vuelta─: Mantén tu ventana abierta.
Ella alzó su cabeza y me regaló una de sus mejores sonrisas mientras se separaba de mí de espaldas. Dio unos cuantos pasos y se giró hasta su madre. La misma tomó su mano y me lanzó una mirada fulminante mientras caminaba rápidamente hasta el estacionamiento del club en un costado.
Pero lo único que podía hacer era meter mis manos en mis bolsillos y sonreír por Eloise.
¿Cómo hacía ella para tenerme así? ¿Era su inocencia? ¿Su encantadora sonrisa? ¿Su manera de hacerme ver que podía ser como antes? ¿Sin licor, bares y mujeres? De todas maneras no me importaba lo que fuera, lo único que me importaba era que definitivamente no era una Marie Kate.
N/A: Adoro sus votos y sus opiniones #StopLectoresFantasmas !! ¡Nos vemos!
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Una Vida Contigo © Terminada.
Roman d'amourUna chica ciega que habita en un mundo de reglas, luchará a través de ellas y de su pasado, para conseguir lo que anhela, libertad. ••• Eloise Bennett cumple seis años de haber perdido la vista a causa de un accidente que hasta el día de hoy lamenta...