Capitulo 8; Un caballero

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Volvió a estirar sus brazos, sentía todo el cuerpo dolorido y estaba segura de que era culpa del Surf.   Durante estos últimos días Mario no la había dejado escapar y todas las tardes tenia que acudir a la clase de surf .  Salio del baño y se paro ante el espejo de la habitación, dejo caer la toalla y se admiro.  La verdad es que se sentía bien, muy bien

-¿Hola? –Un chico moreno se encontraba parado en la habitación mirándola, Aurora se giro y cuando le vio el color subió a su rostro

-¡Ahh! –sin saber como cubrirse se escondió tras el espejo -¡¿Quién eres tu y que haces en mi habitación?!

-Yo, eh. . .  -La cara del chico estaba totalmente roja, de hecho estaba segura de que si subía un poco mas de color estallaría –Abi me pidió que te trajera los zapatos

-¡¿Y como has entrado?! –seguía escondida tras el espejo con la cabeza fuera mirándole

-Estaba abierta –El miro la puerta –Lo siento

-Ya –Nerviosa miro a todos lados, ¿Pero quien era ese? Abi tendría que darle muchas explicaciones –Gracias, ya puedes irte

-Si –nervioso el chico dejo la bolsa con los zapatos sobre la cama y se giro caminando rápidamente hacia la puerta

-¡Cuidado! –Y su advertencia no sirvió de nada, ¡Ese chico acababa de empotrarse contra la puerta de su habitación!  Se dispuso a acercarse para ayudarle pero recordó que estaba desnuda -¿Estas bien?

-Si –El pobre se levanto rápidamente, abrió la puerta y salio de allí corriendo

-Genial –Aurora se agacho y alargo el brazo para tomar la toalla, una vez se la había puesto se acerco a cerrar la puerta -¿Qué mas puede pasarme en este viaje?


Una vez arreglada salio de la habitación y se dirigió a la recepción del hotel, se suponía que ella y Abi habian quedado allí. Después irían juntas al restaurante donde cenarían con Mario y Darío 

-Siento la tardanza –Abi la miro de arriba abajo –Guau, ves te dije que con esos zapatos te quedaría genial

-Si, gracias –Aurora suspiro ¿Si no fuera porque mirarse los pies le recordaba que un chico la había visto desnuda en su habitación? –Tenemos algo de lo que hablar

-Un momento, deja que haga una llamada –Abi saco su teléfono y mientras marcaba camino hacia la puerta –Vamos o llegaremos tarde

Tomaron un taxi, que tardo unos quince minutos en llevarla al restaurante.  Tiempo que a Aurora se le hizo eterno, quería  contarle lo ocurrido, pero ella no dejaba de hablar por teléfono.

-Ahora –Abi guardo el móvil al tiempo que bajaban del taxi -¿Qué querías decirme?

-Mandaste a un chico a llevarme los zapatos –Aurora sintió como su cara se tornaba roja, Abi asintió mientras entraban al restaurante –Pues resulta que me deje la puerta de la habitación abierta y salía del baño, sin toalla

Luna de MielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora