Capitulo 13; Miedo

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Aurora se estiro lentamente bajo la sabana ¿sabana? No, no era una sabana.  Abrió los ojos y la brillante luz del sol la hizo parpadear varias veces.  Cuando al fin sus pupilas se adaptaron a la luz logro ver el lugar en que se encontraba, la playa. 
Y los recuerdos llegaron a su cabeza, Mario y ella, la arena, la luz de la luna.  Un noche maravillosa en los brazos de un hombre maravilloso.  Se incorporo lentamente en la arena y observo la toalla con la que estaba cubierta, miro a su alrededor y diviso a Mario en el agua, junto a la lancha, parecía estar arreglándola

Se levanto cubriendo su cuerpo con la toalla y llevo una mano a su zona intima, sentía cierto dolor.  Claro que era natural, había perdido la virginidad.  Ella, la santa Aurora se había entregado a un hombre que no era su marido, en un playa ¿Y? ¡Y no le importaba nada! Al menos por ahora.

Cogio el biquini que se encontraba colgado de uno de los árboles que había tras ella y se lo puso.  Observo con el ceño fruncido la toalla, donde había un poco de sangre, camino con ella hacia la orilla y la mojo y froto, tratando de limpiarla.   Cuando al fin lo logro levanto el rostro y sonrió ante la imagen que tenia delante. 

Mario parecía concentrado, con un bañador y su pecho al descubierto, con algo de grasa en los brazos y una llave inglesa en la mano.  Camino hacia el en absoluto silencio y se paro a su lado

-¿Qué haces? –El se sobresalto al oírla, le miro de una forma extraña y sonrió

-Reparar la fuga, para que cuando vengan y nos traigan gasolina podamos arrancarla –el dejo la llave sobre el motor y le tendió la mano -¿Quieres ayudarme?

-¿Yo? –Aurora sonrió agarro su mano y por primera vez sintió que algo fluía a través de ella, todo había cambiado.  El la guió hasta colocarla ante el motor y situarse tras ella, llevo la mano de ella a una tuerca

-Aprieta aquí –Le hablo al oído y volvió a tomar la llave, siguió trabajando mientras que dejaba la otra mano en la cintura de ella

-¿Por qué no me despertaste? –Aurora giro el rostro para mirarle y el le robo un inocente beso

-Estabas  tan calmadita, me daba miedo –El levanto una ceja –mi casa aun tiene secuelas de tu ultimo mal despertar.

-Eso fue culpa tuya –Aurora le miro indignada -¿Qué querías que pensara? Desperté en una habitación que no era mía, en una cama que no era mía y oyendo a un hombre canturrear en la ducha.

-¿Yo canturreo en la ducha? –Mario rió y deposito un beso en el cuello de ella –Al menos no doy patadas mientras duermo

-¿Estas diciendo que yo doy patadas? –Aurora frunció el ceño –Quizás sea porque no dejaste de abrazarme en toda la noche

-¿Es esa una forma de llamarme lapa? –Intencionadamente el pego su entrepierna al trasero de ella y Aurora dio un respingo, la miro divertido –¿Me tienes miedo?

-No –Ella respondió segura de si misma

-Pues deberías –Mario arrastro su mano desde la cintura de ella hacia el vientre, mientras que con la otra acaricio su cuello y bajo por su escote

Luna de MielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora