Capitulo 24; Lo que dejo atras

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-¡No! –Aurora se removió en la cama agitada

-Aurora tranquila –Mario la abrazo con fuerza –Abre los ojos mírame

-No –ella abrió los ojos de los que salieron lagrimas

-Cielo, estas temblando –Mario paso un dedo por sus mejillas limpiando sus lagrimas, la miro con tristeza –Estas aquí, estas a salvo

-Suéltame –La voz de ella sonó dolida –Por favor, suéltame

-Esta bien –Mario se aparto despacio -¿Tienes frío?

-Vete –se arrincono en la cama lo mas lejos de el –Vete

-Aurora escúchame –Mario extendió una mano pero ella se aparto –No voy a hacerte daño

-Ya es tarde para eso –El entendió a lo que se refería, ya le había hecho daño Le había dicho que no la quería, había tonteado con otra mujer ante ella.  Aurora levanto el rostro y lo miro a los ojos –déjame sola por favor

-Bien –Mario asintió y salio de la habitación cerrando la puerta tras el

Paso algo mas de una hora hasta que Abi llego a la casa, ya era de noche y ella había acabado su turno en el hotel  frunció el ceño al verle sentado en el sofá

-¿Estas bien? –Se acerco a el -¿Qué haces ahí?

-Se desperto –Mario no la miro –No quiere verme

-Entiendo –ella suspiro, dejo su bolso en la mesa y se dirigió a la habitación   abrió la puerta y entrecerró los ojos acostumbrarse a la oscuridad -¡Dios! –corrió hacia el lugar donde se encontraba su amiga, estaba tirada en el suelo -¡Mario! ¡Mario ven!

-¿Qué pasa? –El se paro en la puerta agitado y corrió hacia ellas al ver a Aurora en el suelo, la cogio entre sus brazos y la llevo a la cama –Esta temblando –coloco una mano en su cabeza –Tiene fiebre

-Voy a llamar al medico –Abi corrió al salón

A los quince minutos el medico llego y reviso a Aurora, le dejo recetada una pastillas para la fiebre y les recomendó que la mantuvieran abrigada.  Mario le dijo a Abi que el se encargaría para que ella se retirara a descansar.   Le dio a Aurora la medicación aunque ella seguía adormilada, la desvistió y la mantuvo abrigada en la cama.  Con una compresa de agua fría lavo su rostro con dedicación

-¿Qué mas puedo hacer? –Suspiro acariciando su rostro –Tengo que darte calor

Se puso en pie y se quito la camiseta, los zapatos y el pantalón, después se introdujo en la cama.  Pego su cuerpo al de ella abrazándola fuertemente y beso su hombro

-No voy a dejarte preciosa –Suspiro en su cuello –Te quiero

A la mañana siguiente Abi decidió no hacer ruido para no despertarles, desayuno y se marcho de la casa, tenia que cubrir el turno a una amiga en recepción

Luna de MielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora