"El perro" cap. 0

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Las calles se encontraban demasiado desoladas a estas horas de la noche, solo uno que otro auto que pasaba de vez en cuando. Y aunque había algunas farolas que iluminaban el camino, uno debía estar muy atento, pues la luz no era suficiente.

De noche, casi a ciegas y con un frío de los cojones...si, el chico debía reconocer que era un idiota por arriesgarse de esa manera. Pero que le va importar si está a unos minutos de dar su primera presentación en uno de los mejores antros del pueblo. Muchas personas irán y sus amigos estarán ahí, ya quería ver sus caras cuando suba a ese escenario y vean quien es el Dj...

Las luces de los faros de un auto que se acercaba, deslumbraron los ojos del pelinaranja, trayéndole de vuelta a la realidad. Pero justo cuando pensaba hacerse más a la orilla una extraña silueta en medio de la carretera llamo su atención.

- Eso es un...¡¡perro!!

En un rápido impulso cruzó la mitad de la carretera, pues su impulsos le decían que tenía que salvarlo. Saltó hacia el animal y un fuerte pitido lo ensordeció; el auto perdió la estabilidad por unos segundos haciendo que las ruedas derraparan en la acera para después seguir adelante hasta desaparecer. Ichigo yacía en el otro lado fuera del camino y con un acelerado ritmo cardíaco. Esto era lo más atrevido que ha hecho en su vida...hasta ahora.
Se enderezó y se apartó un poco para comprobar si el perrito, ¡ejem! No corrección, perrote no se había lastimado. Era muy grande, perecido a un pastor alemán y su pelaje blanco que aún con la poca luz parecía brillar. Ichigo lo zarandeó un poco hasta que el perro levantó la cabeza y lo miro directo a los ojos.

- No es posible...

Los ojos miel miraban a unos que radiaban poder, unos ojos de un dorado intenso rodeados de una esclerótica completamente negra. Y aunque hubiera querido seguir mirando aquellos orbes dorados, el contacto cortó. El perro se levantó e Ichigo se sintió diminuto ante el tamaño del animal. Este se acercó a centímetros de su cara y el chico olvido como respirar hasta que el perro simplemente se dio la vuelta y se fue corriendo antes de que Ichigo pudiera decir algo.

Se levantó y sacudió el polvo de su ropa, miró a su alrededor y ningún otro auto a la vista; comprobó la hora. Aún quedaba algo de tiempo. El chico dio unos cuantos pasos para retomar su camino, pero se detuvo a mirar el camino por donde se fue el gran perro blanco ¿Lo volvería a ver?...No! Ichigo tienes una función que dar. Dicho eso aceleró el paso.


†††

El sonido de la música retumbaba por las paredes, llenando con pura energía a cada uno de los que estaban ahí, la neblina y todas las luces sólo aumentaban las posibilidades de perder la cabeza. El ambiente en estaba por los cielos.

- ¡¡Renji!! ¡¿Has visto a Ichigo?! -. Gritaba una pelinegra entre toda la multitud.

- ¡¡¡No te escucho!!! -. El pelirrojo señaló sus oídos en señal de que hablara más fuerte. Así que se agachó a la altura de la enana.

- ¡¡¡¿Te digo que si has visto a Ichigo?!!!

- ¡¡No, no lo he visto, seguro también nos anda buscando!!

- ¡¡Pero la fiesta está por terminar, un último Dj y se termina!!

Habían invitado a Ichigo, incluso quedaron con que lo verían en la entrada del antro. Pero como el pelinaranja no se presentó a tiempo, habían entrado sin él.

- ¡¡Seguro no vino y algo tuvo que hacer!! - gritaba Renji.

- ¡¡Seguro es...!!

Antes de que pudiera acabar la frase, la música paro y las luces se apagaron. Todos en el antro gritaban por la emoción, en cambio Rukia y Renji se tomaron de las manos para que así no pudieran ser separados. Todo duro así unos segundos hasta que la música empezó a elevar el ruido nuevamente junto con otra gama de luces diferentes. Y aunque la neblina no dejará ver muy bien, aquella persona que se encontraba en el escenario era inconfundible.

- ¡No me lo puedo creer! - la voz de Rukia se ahogó por el ruido, pero ella no podía apartar la vista.

- ¡¡!!- Renji también estaba sorprendido, se supone ellos habían invitado al pelinaranja y ahora él era el Dj - ¡¡Es Ichigo!!

***

Ichigo no sabía si eran los nervios lo que sentía o era la emoción de estar ahí. Eso no importaba pues desde que subió al escenario, él ya estaba haciendo lo suyo y a la gente parecía gustarle. Era genial como las luces, las cortinas de humo y los sonidos se sincronizaban conforme la música.

La mayoría de las personas traían baritas y pulseras de colores fosforescentes, y cuando se movían las luces parecían bailar junto con ellos.

Ichigo maniobra va los aparatos con manos expertas, así como también bailaba al ritmo de su propia música. Tenía que admitir que se sentía en la gloria y con gusto podría hacer esto toda la noche y el día siguiente si su cuerpo se lo permitía...Pero luego de unos minutos (quizás horas) el pelinaranja dio el último movimiento y la música término, siendo acompañada con los gritos de un público satisfecho.

***

Ichigo estaba cansado, tanto movimiento le había dejado sin energías. Así que decidió alejarse algo de la multitud de personas y caminar en paz hacia su casa.

- Oye!, Ichigo!!

-Hum?...Rukia!- Cuando diviso a su amiga, está ya le había soltado un golpe - ¡Ay! ¡Duele!

- ¡Eso es por no decirnos que serias el último Dj de la noche!

- Lo-Lo siento iba a decirle pero...- otro golpe - Ahh!! ¡¡¿Ahora ese por qué?!!

Justo llegó Renji para detener a la enana, era claro que iba a volver a golpear al ojimiel - Ichigo ahora si me sorprendiste ¡Estuviste genial!

- Gracias, hice lo mejor que pude.

Rukia que ahora estaba a su lado sólo se cruzó de brazos y con los ojos cerrados sonrió y miró al pelinaranja - Lo hiciste increíble.

- Gracias Rukia.

- Y bueno...oahh, mañana nos vemos en la escuela Ichigo.

- Claro Renji, nos vemos chicos.

Se despidieron e Ichigo tomó su camino a casa. Renji acompañaría a Rukia, pues ambos viven casi por la misma dirección y él regresaría sólo, como siempre. Y aunque su casa estaba algo lejos, prefirió regresar a cómo había venido, pues a él siempre le ha gustado más disfrutar del aire frío y las vistas de un cielo estrellado. Tampoco tenía que preocuparse por la seguridad, el pueblo siempre ha sido de lo más tranquilo debido a que la población no es muy alta. Un pueblo entre montañas y bosques...

Tardó en llegar y obviamente ya era demasiado tarde. Las casas y las calles de su vecindario estaban a oscuras y tranquilas. Y la suya no era la excepción, pues no había mucho que hacer a las orillas del pueblo. Contemplo un poco su enorme casa y respiro.

- ¿Por qué rayos no me conseguí una casa un poco menos grande?, en fin.

Entró sin hacer mucho ruido, se deshizo de su abrigo y lo arrojó en alguna parte. Estaba demasiado cansado como para guardarlo en el armario y con las luces apagadas ni para qué. Se tomó una ducha y se fue a la cama.

Se quedó despierto en la misma posición, boca arriba con los brazos cruzados por detrás de la cabeza. Con la mirada perdida observaba el cielo raso de su habitación, pensado en todo aquello que había realizado el día de hoy, en la escuela con sus amigos, la compra de la despensa, su regreso a casa, la caminata en la carretera, el perro que salvó...El perro

- Creo que debería conseguirme otra mascota.


Dijo casi en un susurro e Ichigo se durmió.

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No puedo creer que por fin lo haya publicado! ಠ_ಠ
Bueno en fin, este no es mi primer fanfic, no voy a mentirles. Pero si es el primero que publico :V

"¡Tuve que patearle el trasero para que lo hiciera!"

........Como decía, no soy muy buena escritora, pero ¡pues ñee! Hago lo que se pude (¬‿¬)
Comenten que les parece, subiré pronto el próximo capítulo. Bye!!


EN TÚ SANGREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora