The Unexpected Queen | Stydia

Capítulo 38

                  

Stiles tocó la puerta de Lydia, esperando una respuesta por su parte. Escuchó unos pasos que provenían del otro lado, y se alejó para que pueda abrir la puerta. La chica lo miro algo sorprendida, pero bastaron segundos para una sonrisa aparezca por toda su cara. Dio un paso hacia adelante y beso sus labios cortamente.

—Hey... —se movió hacia al lado así dejándolo entrar.

—Hola, princesa —respondió él regalándole una sonrisa.

—Ya estoy casi lista, ¿me esperas?

El chico asintió y la siguió hasta su habitación, cuando ella llego corrió hacia su espejo y empezó a ponerse los pendientes.

Stiles sonrió mientras se paseaba por su habitación, hasta que llego a su muro con fotografías.

—Creo que se necesita una foto de alguien aquí —levantó ambas cejas hacia Lydia.

— ¿Uh? —ella lo miro sin entender.

Stiles río, y siguió viendo las fotos.

— Ya sabes... Una foto mía en este muro no te vendría mal, ¿sabes?

Lydia sonrió, mientras se terminaba de acomodar el cabello.

— Bueno, no sé a dónde iremos hoy... Pero puedo llevar mi cámara si quieres —sugirió ella.

Stiles se acercó hasta Lydia, quedando los dos en frente del espejo. Se miró a sí mismo y a ella juntos, y sonrió, acomodando sus alrededor de ella, y uniéndolas a la altura de su vientre. Le dio un beso en la mejilla, mientras ella le sonreía por medio del espejo.

— Si tú quieres llevarla, llévala. A mí me encantaría tener fotos contigo, millones de fotos.

Lydia sonrió y se volteó para quedar frente a frente con él. Sus pechos estaban pegados y lo único que hacía era sonreírse el uno al otro. Tuvo que ponerse de puntas para llegar a los labios de Stiles, donde pasando los brazos por alrededor de su cuello lo beso.

Stiles le correspondió, acariciando su cintura. Se notaba que Lydia estaba sonriendo, por el simple de hecho de estar con él.

— ¿Ya está lista, princesa? —le preguntó Stiles, una vez separaron sus labios, pero no sus cuerpos.

La chica asintió y se movió hasta su armario donde allí se estiro para tomar su cámara.

—Ahora si —dijo y se acercó a la puerta junto a Stiles.

Se dirigieron hasta el Jeep, sin separarse por más de diez centímetros. Subieron, y Stiles puso en marcha el Jeep, mientras Lydia observaba la cámara.

— ¿Dónde vamos? —se atrevió a preguntar mirando hacia al lado.

Stiles sonrió de lado antes de contestar

— Bueno, creo que ya es hora de que conozcas aquel lugar tan especial para mí —le dijo.

Lydia entreabrió un poco la boca, y levantó apenas las cejas, con asombro y emoción. Le sonrió.

— ¿En serio? —estaba algo asombrada y ese brillo en sus ojos le trasmitió una paz por todo el cuerpo. Stiles asintió.

Lydia volvió la vista hacia la carretera, sin dejar de sonreír, como si se hubiera quedado pensando. Y aquella expresión ponía feliz a Stiles.

— No está muy cerca que digamos, pero es un lugar por el que vale la pena tardar en ir, no sé si se entiende lo que digo —comentó él.

Lydia le sonrió y asintió.