7. Una promesa es una promesa

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Madison nunca se imagino en tal situación, ni en el sueño mas remoto, creyó poder encontrarse en un lío tan grande, pero tampoco podía responder porque le había concedido esa oportunidad a Jason, tal vez lo hacía por su hermano, si; eso era, deseaba que su hermano no saliera perjudicado con toda esa situación.

―Señorita le pido tome asiento― escucho la estruendosa voz del teniente, la cual la volvió a la realidad, se encontraba a solas con el; sí algún invitado entraba sin llamar, se pensaría lo peor de ella y más viendo la compañía que tenia, un perfecto desconocido amigo de su mejor amigo, el mujeriego Demian; si que buenas referencias tenia el joven.

―Aquí estoy bien, gracias...Teniente― respondió arisca, no podía esperar a que sus hermanos llegaran.

Se hizo el silencio. No hubo ninguna replica por parte de Jason, sabía que no debía forzar mas la situación, ya bastante ganado tenia con su disculpa; y esperaba que Demian no la arruinara.

Porque aunque supo que Demian no había comentado nada a su bella amiga, sabía que en cuanto entrará por esa puerta y oyera porque lo habían llamado, confesaría todo.

Se pregunto, si el hecho de que su amigo aprobará que el demostrará sus sentimientos, no lo distanciara de ella, lo que menos quería era afectar aquella estrecha relación; a pesar de que en un principio se sintió celoso de ella, pronto entendió que para Demian ella era una hermana a la cual protegía como un león.

Un crujido en la puerta hizo que ambos ocupantes se sobresaltaran. Ingreso en primer lugar Grace seguida de un alegre Demian.

―A que se debe el requerimiento de mi valiosísima presencia― apenas cruzo el umbral y ya estaba con sus comentarios.

―Demian, por favor quieres cerrar la puerta, o deseas que todos los invitados se enteren― reclamo seria Madi.

―Oh, pero claro; disculpa mi imprudencia querida Madi― respondió tranquilamente Demian mientras cerraba la puerta.

―Listo, ahora a que se debe tanto alboroto― inquirió auque en el fondo el sabia o suponía lo que le iban a informar, su amigo no había esperado; y por supuesto la había asustado.

Madison dirigió una fría mirada a Jason, indicándole que era su turno para hablar.

―Demian,... yo;... ofendí a la señorita Madison, y...― mientras buscaba las palabras correctas, se vio interrumpido.

―¿En que forma, cual fue la ofensa?― inquirió su mutuo amigo.

―Una demostración de mis profundos sentimientos hacia ella,... un beso― apenas pudo terminar, pues se sentía un miserable.

―Solo eso, Madi, querida no es para tanto... además mira como tienes al pobre Jason, sus nervios están desechos― objeto Demian de lo mas divertido con la situación.

―No es mi culpa como se encuentren sus nervios, mas bien creo que es por lo que sabe que puede pasar si esto se sabe― objeto Madison molesta por la reacción de su amigo.

―No querida, aquí mi buen amigo empezó con el pie equivocado; pero confía en mi cuando te digo que tú tienes mas poder sobre el, que incluso su propia madre―alejo y Madison no supo que hacer con tal declaración, si en esa habitación no se encontrara el teniente, sabia cual habría sido su respuesta; pero como no era así se quedo en completo silencio.

―Demian, por favor... no creo que esto ayude― suplico Jason, lo cual la confundió más.

―Es... ¿cierto teniente?― fue lo único que pudo decir.

Un Baile DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora