Capítulo 06

12.2K 937 20
                                    

Me encontraba en el jardín, el pequeño techado del porche tapaba los rayos de sol, y Brooke no tendría que preocuparse por alguna quemadura. Las flores blancas resplandecían de día, aunque para mi gusto, la luz de la luna, la luz nocturna, les favorecía más. Estábamos sentados alrededor de la mesa, uno frente al otro, y Brooke me miraba con una sonrisa que hacía que mi piel se erizase.

-"La Dama de la Noche" –comenzó-, una flor tan bella como letal para un vampiro.

-Si es letal, ¿no deberíais evitarla? ¿Entonces por qué tenéis el jardín trasero llena de estas flores?

-Me gusta tu curiosidad, pero todo a su debido tiempo, pequeña.

Brooke se levantó de su asiento y comenzó a caminar alrededor de la mesa en la que nos encontrábamos. Cogió un puñado de pétalos que las flores habían dejado caer a lo largo de la mesa, y se sentó sobre esta, cerca de mí.

-Observa –me ordenó-, la parte exterior de la flor no nos afecta. Lo que importa es el interior.

Recordé a mi madre. Ella estaba haciéndome un peinado y yo intentaba escaparme de las manos de mi hermana, que me sujetaban para que no me moviera. Recuerdo que me peinaba para un concurso de niñas en el que iba a participar, Le decía que el peinado no me gustaba, que iba fea y que así no le gustaría a Nick Smith, un chico de mi clase que con el tiempo descubrí que pegaba mocos bajo la silla de Allison Warren. Entonces, ella me dijo aquella misma frase: lo que importa es el interior.

Observé la flor, y miré a Brooke, que se había vuelto a sentar en la misma silla de antes, como si le pidiera permiso para hacer algo. Tomé una de las flores que había sobre la mesa y me acerqué al balcón. Allí partí el pedúnculo de esta, y un líquido transparente comenzó a emerger. Dejé que cayera por mis brazos, hasta que oí el sonido de cómo golpeaban algunas gotas el suelo.

Agnes apareció, algo nerviosa, o al menos estaba diferente de como yo la había conocido. Dejó unas toallas sobre la mesa y me miraba expectante, cuando me moví un poco volvió a adentrarse en la mansión de una rapidez casi inhumana. Brooke se levantó riéndose de manera muy formal, parecía muy característico de él. Me cedió una de las toallas y yo me limpié lo mejor que pude.

-Nunca había visto a Agnes comportarse así, pero no te lo tomes como algo personal, es por la flor.

-Sin embargo tú no estás tan nervioso –afirmé mientras le miraba a aquellos ojos marrones.

-Yo tengo la suficiente seguridad en mí mismo como para matarte antes de que me toques siquiera.

Aquellas palabras me formaron un nudo en la garganta. Aún me costaba asimilar ciertas cosas, y más cosas de vampiros.

[...]

Las siguientes dos horas pasaron largas y algo tediosas. Era bastante aburrido aprender sobre una sola flor en particular, pero sí que saque algunas cosas en claro: la savia de la flor era mala para los vampiros, le temían. Los Blackwood la plantaban por precaución. No es que tuvieran enemigos, pero tampoco tenían amigos. Digamos que era un seguro de vida. La única que cuidaba de las flores era Natalie porque no le importaba. Michael y Brooke al principio estaban en contra, pero Natalie demostró madurez y responsabilidad con esta tarea.

-A partir de ahora tú te encargarás de cuidar las flores, será la tarea que yo te ponga como tutor. Pero no te librarás de leerte los libros de la biblioteca, aunque tenemos tiempo de sobra para eso. Con esto doy mi clase por terminada –dijo recogiendo un par de libros que había sobre la mesa y su teléfono móvil.

Yo me quedé durante un par de minutos más allí. Me senté en las escaleras dejando que la luz del sol diera en mi cara. Necesitaba un poco de calidez.

Las flores también son peligrosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora