Pasaron las horas y con ello los días, y para cuando me di cuenta ya llevaba una semana conviviendo con Alice. Al ser la prometida de Michael dormía con él en su habitación, aunque Michael se comportaba de una manera fría con ella. La mayoría de los días me volvía temprano a mi habitación para no tener que aguantarla, aunque las clases con Michael y Brooke me ayudaban a distraerme.
-Veamos qué libro puedo darte esta vez... –dijo Michael revisando la estantería de la biblioteca-. Ya sé.
Cogió uno de los libros que quedaban en la parte más alta de la estantería, sonriente. Parecía una especie de diario. Era viejo con una encuadernación verde que me hacía recordar a la arboleda que rodeaba la mansión. Tenía algunos rasguños y olía a sangre reseca. Fijándome detenidamente, en algunas partes del libro había pequeñas manchas de sangre. Aquello hizo que diera dos pasos atrás.
-Este libro es bastante importante en nuestra familia. Es especial, así que lo leerás bajo mi supervisión o en su defecto, la de Brooke.
-¿Qué le hace tan especial? –observé cómo lo dejaba caer en mis manos.
-Este libro es una investigación que uno de nuestros antepasados realizó, el Doctor Blackwood. Trata sobre los tipos de sangre y cómo afectan a determinados tipos de vampiro según su carácter. Este libro deberás estudiarlo con detenimiento. Por tu seguridad.
-Parece... -hice una pausa, intentando encontrar la palabra adecuada para describirlo- interesante.
-Bien. Puedes empezar a leerlo cuando quieras. A partir de ahora tus lecturas se harán aquí –señaló un par de sillones que había en una de las esquinas de la habitación-. Los puse ayer con Brooke. Él y yo creemos que este lugar puede ser el más apropiado para ti, ya que tu relación con Alice es algo... difícil.
Suspiré y bajé un poco la mirada. Noté cómo los ojos de Michael incidían sobre mí, y apostaría a que estaba sonriendo.
-Intento llevarme bien con ella, pero... es...
-Difícil, lo sé. Alice es una persona que debes saber manejar.
-Oh, veo que la entiendes muy bien –comenté, acercándome a uno de los sillones-. Es normal si estáis comprometidos.
-Alice es una amiga de la familia, es lógico que haya aprendido a entender su comportamiento.
-Sí, claro –fingí una sonrisa-. ¿Por qué no le dices a Brooke que se encargue de mí y tú te vas con Alice?
Abrí el libro y comencé a leer, aunque fue más por no mirarle que por la curiosidad. Michel me quitó el libro de las manos y me obligó a mirarle mientras sostenía mi barbilla con sus dedos.
-¿Acaso estás celosa? –preguntó, haciéndome sentir estúpida. Rápidamente aparté su mano de mi barbilla.
-¿Celosa yo? Por favor, no saques las cosas de contexto.
Me levanté del sillón y abrí la puerta de la biblioteca, lista para salir.
-No me apetece leer, iré a dar mis clases con Brooke.
Entonces, cuando giré el pomo, Michael me detuvo.
-¿Qué pasa, hámster?
Por alguna extraña razón que no quería comprender, noté cómo mis ojos se abrían y aguaban ante la palabra "hámster". Me miraba intensamente, yo fruncí el ceño y aparte la mirada.
-Eres... Eres... ¡como un mosquito! –exclamé, a la vez que escuchaba como la puerta de la biblioteca se volvía a cerrar-. ¡Eres un chupasangre molesto, como los mosquitos!
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Las flores también son peligrosas
VampireUna vez cada tres años se realiza un ritual en el que una mujer de entre 16 y 20 años elegida al azar es usada como sacrificio para la familia de vampiros que viven en lo alto de la colina. O eso es lo que se cuenta. Pero algo es seguro, jamás se la...