Me es posible recordar que después de ese episodio mis planes de vida cambiaron, fui a la universidad en una ciudad cercana, La Rioja, mi destino fue estudiar en la Universidad Nacional de La Rioja, donde pude graduarme de ingeniero en electrónica.
Fue allí donde me encontré con Orestes, un compañero de la antigua escuela en Catamarca, nunca fuimos amigos, pero el hecho de encontrarnos en un lugar apartado de nuestras raíces hizo que se creara un nexo importante, la verdad su cambio de niño a hombre fue bastante favorecedor. El vivía con sus padres, quienes tenían una cultura religiosa muy arraigada, en resumen Orestes no tenía una vida de joven tan libertina como lo desea la mayoría, entonces las cosas encajaron bien
Como es de esperar, no hice muchos amigos en la Universidad y todo transcurrió sin muchos inconvenientes, no hay mucho que decir, y por fin, luego de un largo viaje, he llegado a Buenos Aires, aquí tengo una oferta de trabajo en una gran empresa manufacturera, luego de mis pasantías y de la experiencia que obtuve, fui recomendada y aquí estoy, comienza una nueva fase de mi vida.
Es un día lluvioso y hoy luego de un breve descanso después de arreglar todo en el departamento, me dirijo en el subterráneo a mi primer día de trabajo, qué emoción siento, puedo ver cómo se van abriendo las posibilidades y los horizontes. Al llegar, me encuentro con una gran estructura de arquitectura, con paredes inmensas de vidrio que daban la impresión de ser un gran espejo, que reflejaba los rayos del sol, -deslumbrante- me dije, en mi pueblo no se encontraban edificios de tanta envergadura, y tan agradables a la vista. La gente que caminaba por los amplios pasillos se percibían concentrados en sus propios asuntos, caminando de un lado a otro, con sus tacones altos y elegantes trajes.
Con el tiempo fui empapándome en los asuntos de la empresa y logré obtener el cargo de Sub-gerente de Producción, allí se confeccionaba todo tipo de ropa para tiendas por departamento, había mucho movimiento, sobre todo en el área donde me desempeñaba, todo funcionaba como un engranaje perfecto pero de inmediato me enamoré de mi trabajo y las funciones que tenía, podía diseñar y planificar los sistemas de producción, así como controlar el uso de la tecnología, tenía la oportunidad de implementar proyectos propios para la modernización de los sistemas, lo que me parecía estupendo, además de tener mucho personal a mi cargo.
Una noche salí con un grupo de compañeros, entre los que se encontraba Alice, una chica de mi edad, a diferencia de la mayoría, quienes tenían más edad en promedio, fuimos a un lugar discreto porque una de mis condiciones fue que se pudiera conversar pues no me llama nada la atención la bulla y no compagino con los bailes ni nada por el estilo, así fue, en una de mis conversaciones con Alice, ella comentó.
__Eres muy callada – dijo con un tono muy amigable y sincero - ¿Qué te ha parecido Buenos Aires, que tan diferente es...
__Espera, espera – le interrumpí – pareces policía interrogándome, ¿debo buscar un abogado?
Y ambas reímos en unísono – Disculpa, es cierto – se colocó frente a mí para darme toda su atención.
__La verdad en mi tierra todo es muy diferente – dije mientras tomaba mi soda – allá es un poco más frío por la cercanía que hay de las montañas que son hermosas.
Alice tenía una expresión de interés en el rostro, al parecer no había tenido oportunidad de ir a las hermosas montañas. Me sentí bastante relajada y tranquila en su compañía.
__Y háblame de tu chico, que tal es, cuéntame, dejaste muchos corazones rotos?
Se hizo un silencio incómodo, la verdad nunca tuve tiempo para eso, en esas cosas me sentía bastante lenta, nunca tuve novio, solo una salida con un chico estúpido que me hizo perder el interés en buscar algún tipo de compañía del sexo opuesto.
__Em, no, la verdad no, los chicos de mi tierra son muy lentos – mentí – nada interesantes en realidad, ¡tal vez consiga aquí al chico adecuado!
Alice me contó acerca de la relación que mantenía desde hace solo tres meses con un chico de la empresa, es parte del personal que tiene a su cargo en Recursos Humanos y eso la hace sentir poderosa.
Parece que después de todo seremos buenas amigas, o por lo menos tendré con quien conversar y conocer esta enorme ciudad.
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Esto se pone interesante, esperemos que la pobre Elena pueda conocer un lindo chico para que salga de su cajón de amargura. ¿Tu que dices, se lo merece verdad? ¿Como debería ser este chico?
Espero tus comentarios y opiniones, no olvides votar..
¡Besos!
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A OSCURAS
RandomElena, una chica provinciana y solitaria, trabaja en una gran empresa manufacturera de Buenos Aires, acostumbrada a una vida llena de carencias emocionales, se obsesiona en la búsqueda de su amuleto, el regalo más preciado que pudo haber recibido. E...