Viajes 1

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Con facilidad las memorias se repetían en sus pensamientos, todo estaba suficientemente claro, a pesar de que lo peor ya había pasado para ella, no encontraba la calma y la quietud, por alguna razón no encontraba la voluntad de alejarse de aquel solitario lugar donde estaba permitido su acceso, tal vez el hecho de permanecer allí, pudiese traerle consecuencias negativas como la prolongación de si estadía dentro del hospital.

Recordaba claramente escenas de su vida que le parecían olvidadas, era como si su mente hubiese bloqueado algunas de las experiencias que tuvo en el pasado, situación que se manifiesta en pacientes diagnosticados con estrés postraumático, donde se presentan trastornos de disociación de la identidad, provocando que la persona alcance un estado auto hipnótico frente a un trauma vivido, en los casos de veteranos de guerra, accidentes, casos de abuso sexual, entre otros, así, se alteran las funciones integradoras de la consciencia, la identidad, la memoria y la percepción del entorno. Los trastornos disociativos incluyen la amnesia disociativa, lo que nos lleva a la aparición de los flash back, (recuerdos pasados que vuelven a aparecer), desarrollados por las personas como un mecanismo de defensa, constituye una manera de romper con esos recuerdos o emociones negativas, el sentimiento de culpa y la vergüenza influyen en la protección inconsciente de los efectos del trauma.

Se contemplaba a sí misma con asombro, como quien entra en una habitación oscura y abre los ojos con fuerza para tratar de percibir algún rastro de luz, divisando pequeños agujeros en el techo y las paredes que dejan escabullirse diminutos hilos en el fondo que acarician las pupilas, así se encontraba Elena, deslumbrada, con la curiosidad de descubrir acontecimientos de una vida ajena y secreta.

Así se contemplaba con su cola de caballo atada en la parte alta de su cabeza, dejando caer su largo cabello y agitarse con gracia con cada uno de sus movimientos, sus zapatos negros de agujetas, su morral y su metro con sesenta de estatura, caminando rápidamente; al sonar el timbre de salida, todas las puertas se abrían al unísono, se escuchaba la algarabía entre gritos y carcajadas, cientos de jóvenes rostros manifestaban su júbilo al terminar otro día de fastidiosas clases, de constantes arengas y quejas de los profesores, la alegría invadía sus semblantes, algunos de ellos irían directo a la cancha de futbol, qué mejor que sacar del cuerpo toda la energía atiborrada en sus cautivos cuerpos con el sueño de ser un nuevo Messi, otros más disfrutarían de pasatiempos, meriendas o televisión, Elena corría como cualquiera de ellos, añorando el momento de llegar a esa verde y pintoresca fachada, a encontrarse nuevamente con su tío Frank, casi podía percibir nuevamente como se aceleraba su corazón, casi podía incluso jadear por el cansancio de su veloz recorrido, al parecer ese sería un día importante para ella, no lograba recordarlo por completo, sin embargo las imágenes de su mente comenzaban a revelarse lentamente cual dramas policiales de Poe, se sentía la expectativa y la anticipación, abrió la puerta y recorrió el interior de la casa, sin embargo , a pesar de sus llamados, no salió su tío Frank a su encuentro, tal vez se encontraba comprando alguna cosa, siempre la sorprendía con dulces de chocolate para su disfrute y nunca faltaba a sus reuniones durante la tarde, tomaban la merienda mientras conversaban; era curioso que a una pequeña siguiesen gustándole esas pláticas típicas de su tío Frank, a esa edad, generalmente las niñas buscaban seguir de cerca la carrera musical del grupo o cantante de oda, las compras, los centros comerciales, las reuniones con amigas y charlar sobre chicos, sin embargo esas cosas eran triviales para ella.

Hacían algunos días, posteriores al intento de suicidio de su tío Frank, en ese momento, a pesar de todos los intentos que hizo su familia por disfrazar los hechos y ocultarle la realidad, Elena lo entendió a la perfección, lo entendió de tal manera que se planteó como tarea primordial tratar de evitar que algo así ocurriera de nuevo, se convirtió en su heroína particular, lo salvaría de sí mismo. Comenzó entonces a ver un poco más allá de lo que sus palabras y sus gestos dejaban escapar, analizando su vida como lo haría un adulto, adivinó qué carencia tenía, determinó las debilidades y vacios que, indudablemente, tenía en su vida. Su amor por él era tan grande, que se aisló por completo del resto de las personas, nadie podía penetrar en su interior, nadie podía sacar una frase profunda, una emoción, una sonrisa, más que su tío Frank, sus ojos solo querían mirar los de su tío Frank, solo quería escuchar su voz, añoraba ser su complemento, colmar de alegría el vacío que sin dudas tenía en su vida, llenar sus expectativas, ser diferente, no quería ser vista como una niña tonta porque, tal como se lo dijo su tío Frank en la cama de hospital, ya no lo era.


A OSCURASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora