Imágenes abstractas

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Los rayos del sol se asomaban para encontrarse con mi semblante totalmente compungido, me miré al espejo y mis ojos denotaban la tortuosa noche que acababa de pasar bajo interminables intentos frustrados de lograr dormir, ya convencida de que no lo lograría, me dispuse a continuar con la búsqueda, habría que planificar de nuevo para saber cuáles pasos seguiría, los rayos del sol, sin embargo no me permitían continuar, sé que debo seguir buscando al grulla, lo necesito, pero hay algo que me lo impide, me invade un cansancio terrible, pasé una muy mala noche, la tristeza me invade y comienzo a llorar.

__¿Qué me está pasando? No me siento como yo misma, siento un peso terrible, ¿porque tuvo que pasarme esto?

Me sentía tan mal, como un dolor intenso, aunque no sabía exactamente donde, es como si el dolor me invadiera por completo y cuando trato de concentrarme para ver de dónde proviene, no logro descifrarlo, me siento a un lado de la cama, en el suelo, estalla en mi mente una terrible confusión, las luces palidecieron, sentía como la lluvia se derramaba por la ventana, se escuchaba el sonido sordo del silencio.

__Debo bañarme, tengo que ir a la estación de metro y buscar a ese pequeño ladrón, seguro podré encontrarlo – Quiero salir a la calle y solo la idea de enfrentarme a la ducha desata una terrible presión en mi pecho, mi corazón parece querer estallar, me falta la respiración, siento un desasosiego que no puedo controlar, las paredes se hacen más pequeñas, la habitación me comprime - ¿Será que me voy a morir, tendré un ataque al corazón? Pero... ¿Qué sentido tiene seguir adelante?, me siento tan desesperada, mi vida... realmente no es tan importante, estoy aquí sola, perdí el regalo de mi querido tio Frank, él fue el único que realmente me quiso, ¿como mi madre pudo tratarme de esa manera? lo único que quería era un abrazo, solo quería un beso, que me dijera que se pelearía con el mundo entero por mi bienestar, era solo una niña tan pequeña – Lloré mucho más, lloré hasta quedar dormida.

No tengo ganas de mirarme en el espejo, estoy tan cansada, solo logré dormir un par de horas, no tengo hambre, mi estomago está totalmente cerrado, el pensar en comida me produce náuseas, ya llevo dos días de esta manera, no sé... el mundo parece que funciona diferente, gira más lento, los días son eternos. Sin embargo, consigo colocarme un abrigo que me llega hasta las rodillas y salgo del departamento, me cuesta tanto caminar, mientras allá dentro todo parece pasar muy lento, aquí fuera las cosas parecen volar, todo el mundo corre, el ritmo de todo mi entorno pasa demasiado rápido, no puedo cruzar la calle, no distingo la profundidad, la lejanía en la cual me encuentro de lo que está alrededor, es como si estuviera fuera de una película en la cual estoy viviendo.

Decido caminar sin cruzar la calle, solo hasta el paso peatonal, donde el resto de la gente me servirá de escudo contra los autos, debo llegar hasta la estación de metro, observo algunas caras conocidas, algunas de las personas con las cuales me cruzo todos los días para ir al trabajo, pero no quiero saludarlas, no soporto verlas, no quiero, no quiero que mencionen mi nombre, no quiero tener que fingir que me agradan, no quiero ser diplomática ni amable, solo quiero llegar a la estación de metro.

__Como quisiera poder estar sola ahora – quiero estar encerrada y pensar, creo que fue una mala idea salir, la gente me empuja, me tropiezan, me golpean con sus cartelas y sus maletines, no lo soporto, ya quiero irme, pero debo seguir, esta travesía se ha vuelto demasiado larga, ¿Cuándo llegaré a esa inútil estación, ¿Cuándo? El mundo comienza a dar vueltas, parece que habrá un sismo, ¿Cómo la gente no es capaz de notarlo? Tengo que ir a un lugar seguro, volveré.

Decido caminar un poco más rápido, siento que algo horrible va a suceder, escucho una televisión encendida, de pronto escucho allí una noticia sin querer, esto me afecta totalmente, me siento tan sensible.

Por fin me encuentro en mi casa, parece que el suelo ya no tiembla, las paredes dejaron de moverse, sin embargo eso solo ocurre en ese rincón al lado de mi cama, solo ese sitio es seguro, iré allí, no hace frío ni pasa aire, la ventana se encuentra alejada de allí, puedo estar sola para pensar en lo que voy a hacer luego de que terminen estos sismos que azotan a la ciudad. Desde aquí puedo observar como los rayos del sol me acarician, no se lo permito, me rehúso, sin embargo el me persigue, y poco a poco dejo posarse sobre mi piel, me da algo de calor, es el único que vino a verme, a ayudarme, me da calor y me reconforta, no me pregunta por la grulla, ¿Por qué la perdiste? ¿Por qué la perdiste?

A OSCURASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora