El gato Negro

Dentro del bosque

Me despierto y tengo frio, me froto los brazos para intentar atraer un poco de calor pero los escalofríos no cesan. Poco a poco mis ojos se concentran en la oscuridad y observo mi panorama.

Una clara y gorda luna destella reflejando con su luz los altos y frondosos árboles del bosque creando criaturas ficticias que hacen del bosque todavía más lujubre y siniestro.

Unos grandes y astutos ojos me observan todo el tiempo, lo puedo sentir. El ruido de la noche y la naturaleza tanto me calman como me atormentan haciéndome preguntar por mi propia seguridad.

Mientras más camino siento que
más me adentro a la densidad del bosque que me recibe con un repentino y silencio que me toma completamente por sorpresa haciéndome replantear mis desiciones de continuar con mi marcha hacia la oscuridad.

Siempre quise adentrarme al bosque para escapar un poco de los ajetreos regulares de la vida humana, sin embargo nunca me planteé que podría traer otra cosa mas que tranquilidad a mi alma.

Poco a poco me voy encontrando con una pequeña línea de humo que sube a la noche la cual conforme me acerco se convierte en una pequeña chimenea. Me lleno de felicidad al pensar que puede que algún humano se encuentre ahí y corro a pesar de mi cansancio hacia la minúscula cabaña escondida dentro del bosque.

Llego a la puerta de la cabaña y sin embargo todo el miedo anterior a las criaturas del bosque aumenta exponencialmente al encontrarme con las atrocidades dentro de la cabaña.

Abro la puerta y el fétido olor llega hasta lo más profundo de mi ser, me encuentro con varias extremidades llenas de golpes y cortadas infectadas por el paso del tiempo llenas de líquidos blanquecinos y amarillentos dentro de ellas. Dentro de la pequeña cabaña no puedo ver más allá de los cuerpos o de los trozos de cuerpos esparcidos por toda la habitación. No veo más allá de sus cabezas y de sus expresiones de dolor enaltecidas con el paso del tiempo.

Me encuentro con personas que sufrieron de terribles torturas, que observaron como partes de su cuerpo se fueron pudriendo poco a poco hasta que recibieron su tan deseado consuelo de la muerte. Y me pregunto quien hizo esto, quien dentro de un bosque acechó contra la vida de estos seres humanos.

Esperen, pero escucho unas pisadas.