Y...¿Qué te dijo?

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Narra Liliana.

Probablemente estaba buscando el peligro por mi misma, y eso en parte me gusta, pero me traería problemas, más de los que ya tenía, problemas que en los que me prometí no caer antes; sentía que había fracasado, no enamorarme de alguien imposible, o viceversa. Pero hay momentos en los que los sentimientos arrazan con tus planes haciendo que te rindas y admitas que ellos ganaron.

Y yo sé que está mal, o eso es lo que dice la gente. Estar en mi lugar no es fácil, quizá no soy el mejor ejemplo a seguir, pero al igual que muchos, caí, hasta que me hicieron pisar tierra.

-Liliana, vamos, habla, me estás asustando. -me decía Adrián interrumpiendo mis pensamientos.

-Tranquilo. ¿De qué tienes miedo, Adrián? -le pregunté en un tono algo amble. -Si a ti no te han dicho nada, -tragó saliva, -aún... -me miró asustado.

-¿Aún? ¿A qué te refieres?

-Mira, el director se ha enterado de muchas cosas ¿Sabes qué significa?

-¿Qué es lo que sabe de nosotros? -dijo de forma tan directa.

-Sabe lo de las notas. -se veía demasiado preocupado lo que hacía que yo también lo esté.

-¿¡P-pero...quién se lo dijo!? ¿¡Cómo se enteró!?

-Ya, mira. Cuando me llamó para ir a la oficina, también estaba Martha,- la profesora-, y me miraba muy desafiante.

-Ah...ella me miró mal cuando entró al salón. -recordó.

-Entonces el director me enseñó varias fotos de exámenes tuyos pero las fotos eran principalmente de las notas.

-¿¡Qué!? ¿¡Dices que les ha tomado foto todo este tiempo!?

-Sí... ¿Puedes creerlo? Y sólo para acusarnos. La detesto.

-Yo igual. -dijon cortante. -Y ¿Qué más te dijo?

-Yo intenté defenderme diciendo que era falso, pero Martha le decía a él la "verdad", seguía incriminandome, a pesar de que lo negué muchas veces decidió creerle a ella. -Adrián al parecer no tenía nada que decir. Su silencio me incomodaba, quería que hablara. En fin, seguí contándole, - Me prohibió acercarme a ti, en cualquier lugar, lo que me pareció estúpido, no puedo hablarte ni nada, aunque eso ya no va a ser problema en el colegio porque me han despedido, y él no va a manejar mi vida. -esperé un momento pero él parecía estar pensando en otra cosa mientras yo hablaba- ¿Adrián?

-Ya no eres mi profesora...-fue lo único que dijo.

-No, ya no, pero...

-Ni yo tu alumno... No puede prohibirnos nada, ahora somos dos personas como cualquier otras que de han podido conocer de diversas maneras, -entiendo a donde quiere llegar. -¿Es algo bueno o malo?

-No lo sé. Escucha, me falta decirte algo. -recordé algo muy importante.

-Bien, dímelo.

-Yo seguía diciendo que entre tú y yo no pasaba nada pero luego me delataron las cámaras de vigilancia.

-No me digas que...¿¡El beso!?

-Sí, ¡Se veía ahí! ¡Súper claro que éramos nosotros! -está vez me alteré yo. - Y fue ahí cuando me despidió. Aunque eso pasó hoy en la mañana. Se sintió terrible porque me gritó haciéndome sentir fatal. Llamarán a tus padres. Les dirán todo. Ricardo, -el director, - estaba debatiendo si en decirlo hoy o el lunes, se decidió por el lunes, ya te lo dije, va a hablar contigo también. Ten cuidado, podrían expulsarte.

-¿¡Qué!? No puede ser...¿¡Qué se supone que debo decirle!? Ya lo sabe todo. Estoy perdido, mis padres van a matarme.

-Probablemente...

-Liliana..., podrías ayudarme. -no lo dijo en tono de pregunta.

-¿Qué? ¿Tú crees que si mi mamá se entera de esto no me sé va a indignar o algo así? Oye, estoy también pensando en qué hacer.

-No iré a clases el lunes.

-Debes ir,  si no sería sospechoso. El director te tiene en la mira, y se daría cuenta de que te conté esto.

-No me importa, igual, no iré.

-Que terco eres...

-Lo sé, así me quieres.

-¡Shhhh! No desvies el tema. -le dije.

-Saliendo del tema...-es imposible...

-¿Te das cuenta de que ya no hay impedimento para...- no terminó de decirlo, así que lo dije yo.

-¿Estar juntos?

-Eso...

-No, ya no lo hay...,-su rostro se iluminó un poco. - Excepto...

-¿Excepto...?

-¿La edad?

-La edad es sólo un número que diferencia a dos personas, más no a sus sentimientos.

-Que poético...

-Hago lo que puedo -rió levemente y yo acentí -Ya sabes, yo no soy cursi ni nada de esas cosas...

-Lo sé, me he dado cuenta...-una sonrisa se formó en sus labios.  Enredó nuestras manos. Se quedó mirándome un rato, luego estiró su brazo y con su mano pasó un mechón de mi cabello detrás de mi oreja ¿Qué le pasa?

-Sabes que no tengo ojos para nadie más que sólo tú, ¿cierto? -me miraba a los ojos.

-¿En serio?

-Sí..., ¿Tú? Quizá esto no sea muy serio para ti...

-Creeme que jamás pensé que podría pasar algo como esto, ¿Sabes?  A veces me pongo a pensar, y llego a la conclusión de que esto es locamente genial, no lo cambiaría. -seguía sonriendo de una manera que me mataba.

-¿Segura? -alcanzó a decir.

-Muy segura.

-¿A pesar de las consecuencias? -dijo como si hubiera leído mi mente hace unos minutos.

-Sí, Adrián, ya te lo dije...¿Por qué lo preguntas?

-Liliana...¿Te gustaría salir conmigo...?,- me quedé en shock unos segundos, - ¿Mi novia?

Llevé una de mis manos a mis labios incrédula. -No sé que decir, Adrián..., creo que...

-Vamos, Liliana...

-Sí quiero...-e inmediatamente lo abracé. Él hizo lo mismo, duró unos segundos que se me hicieron eternos. -Rayos, parecemos unos adolescentes, -no me había dado cuenta de la tontería que acababa de decir.

-Yo soy un adolescente, Liliana, -y ambos nos hechamos a reír.

Sonó el timbre de mi casa...no esperaba visitas, ¿Quién podrá ser?

-Rápido, Adrián, escondete en...¡en el baño! ¡Apurate! ,-susurré, él fue hacia allá y yo fui a abrir la puerta.

-¿Mamá? ¿Qué haces aquí?

-Hija, linda. Oh, espera...dejame usar tu baño, es urgente...-se dirigió hasta ahí.

-¡No! - es mi fin.
...



Solo tu profesora, ¿ok?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora