Capítulo 24

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A Marina le ardía terriblemente la mejilla, de un golpe lo había comprendido todo: su hermano había robado su móvil, aunque no sabía cómo, y lo había descubierto todo. En cuestión de segundos Marina había descendido a los infiernos, la peor de sus pesadillas había sucedido y de la peor manera posible.


- ¿Te crees que somos subnormales, niñata?- vociferaba su hermano- ¿que no me iba a dar cuenta? Eres una autentica vergüenza.


- Yo no he hecho nada malo- el corazón de la morena se le quería salir del pecho y sus lágrimas comenzaron a surgir.


La respuesta de Marina enfureció más a su hermano.


- ¿Que no has hecho nada malo? ¡¡Estas enferma!! No nos sigas mintiendo y admítelo de una puta vez- Juana estaba envuelta en un mar de lágrimas y su padre se encontraba con semblante serio y con la mirada perdida- esa zorra desgraciá te ha pervertio y te ha convertio en una guarra- Marina se enfureció al escuchar insultos en contra de su chica.


- ¡¡No te voy a permitir que hables así de ella me oyes!!- en ese momento Jesús volvió a alzar la mano pero Rafael se la sujetó para que no volviese a pegar a su hermana.


- ¡¿Pero que haces inútil?!- lo empujó cayendo Rafael al sofá- esta puta no tiene derecho a que la defiendan, si ha llegao al extremo de liarse con tías a saber lo que ha hecho antes con medio Madrid. ¡Enferma! ¡Has traío la deshonra a toda tu familia!- le decía zangarreándola.


- ¡Suéltame! Yo no he hecho nada de lo que me acusas- le contestó sacando valor y zafándose del agarre- yo lo único que he hecho es ser feliz, no he hecho nada malo. Me he enamorado de la persona mas maravillosa que jamás he conocido y que ningún hombre de la tierra podría superar- Su madre al escucharla se tapó la cara y aumentó el volumen de sus lamentaciones. La morena se acercó a ella y se arrodilló ante sus piernas- Mama, por favor, no llores, tú la has conocido y siempre que la veías me decías que era muy buena conmigo- le decía llorando- pues es la persona que mas me quiere en el mundo y me lo ha demostrado, estoy verdaderamente enamorada de ella mama.


- Tú estas confundía Marina, una gitana no puede ser una enferma de esas, esa niña te ha comío la cabeza, no, no hija tu no puedes ser así- decía Juana negando con la cabeza entre llantos- dime que te ha convencio pa'eso.


- No mama... no yo... la amo- su madre volvió a emitir chillidos, como si le estuvieran hincando un puñal- mama esa es la razón por la que no me había fijado en ninguno mozo hasta ahora, en la vida me había gustado ninguno y el primer día que la vi... me enamoré perdidamente de ella.


- ¡Serás hija de puta, te voy a matar!- gritó su hermano Jesús abalanzándose contra ella, pero gracias a su hermano Rafael que volvió a ponerse en mitad, la cosa solo se quedó en un empujón. Se hermano Rafael se llevó la peor parte ya que esta vez si recibió un puñetazo en un ojo de su hermano que hizo que se cayese al suelo. Marina chilló y fue enseguida a socorrerlo.


- ¡Estás loco! ¡Es tu hermano!- le gritó mientras intentaba incorporar a su hermano que se tapaba el ojo con la mano, al quitarse la mano, vieron como la sangre corría por su cara. Su hermano le había reventado una ceja- Tenemos que ir al hospital a que te curen Rafa-le decía a su hermano llorando.


- Tú no vas a ningún lao- la agarró del pelo aprovechando que estaba en el suelo- que a ti te va a caer una peor que al gilipollas de tu hermano- en ese momento levantó la mano para golpearla pero Manuel, se levantó y se la agarró.


- Si aquí alguien tiene que castigar a Marina seré yo que soy su padre- le dijo Manuel en un tono de voz normal pero muy serio.


- Tú eres el culpable de todo esto- le contestó gritándole Jesús- si no hubieras dejao que la niña hiciera lo que le saliera del coño no estaríamos en esta situación.

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