FIN

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- Más rápido…cariño…más rápido- decía Marina entre profundos gemidos. Después de que sus suegros se fueran, Paula consoló a Marina, pero sus besos y  caricias de consuelo se tornaron en caricias llenas de suspiros y en pocos minutos… en besos llenos de pequeños gemidos.
- Te amo preciosa- le contestó la rubia cuando los músculos de su chica se contrajeron contra sus dedos, esperó unos segundos hasta que las convulsiones cesaron para retirarlos lentamente. La imagen que tenían ante ella era de lo más deliciosa: Marina completamente desnuda y con una expresión de total satisfacción.
- Te amo…te amo mucho- su pecho desnudo se movía agitadamente. Todas sus preocupaciones se habían esfumado en cuestión de minutos. Amaba la forma en la que Paula le hacía olvidar todos los males. La rubia se abrazó a ella con intención de dormirse pero Marina, en un hábil movimiento, se montó a horcajadas encima de ella- no creas que te vas a librar- su voz denotaba un gran deseo- ahora me toca a mi escucharte gemir- comenzó a besarla con gran pasión. Fueron unas horas cargadas de ternura, amor, cariño y deseo.

A la mañana siguiente, Marina se despertó la primera, miró a su lado y ahí estaba el motivo de su felicidad, completamente dormida, esa noche, como muchas tantas, la había dejado completamente agotada. Comenzó a acariciar su rostro con la punta de los dedos, no quería que se despertara aún, quería disfrutar un poco mas de esa expresión tan tierna que tenía su chica cuando dormía. Unos minutos mas tarde comenzó a darle pequeños besos por toda su cara hasta que una sonrisa apareció. Era la mejor manera de despertar, aunque esa mañana tenía una sensación un tanto agridulce. Era el día en que sus padres volvían a casa y por lo tanto sabía que esa mañana iba a ser de todo menos alegre. Se levantaron y se prepararon y, acompañados de Emily y Rafael, se reunieron con ellos en el hotel donde todos se hospedaban para desayunar en familia. Aprovecharon las pocas horas que tenían todos juntos y, cuando llegó la hora, los acompañaron al aeropuerto.
- Pau, te quiero mucho…espero volver pronto, sabes que no puedo estar mucho tiempo sin ti, os vamos a echar muchísimo de menos- Fue Macarena la primera en despedirse.
- Y yo a ti preciosa, cuida mucho a mi hermanito, no sabes cuánto os extraño ya.
Después de ella la siguieron Julia y Lucía y después María.
- Os vamos a echar muchísimo de menos- dijo Ana llorando abrazada a las dos chicas- cuidaos mucho la una a la otra.
- Y nosotras a vosotros mamá- dijo con mucha pena la rubia.
- No te preocupes, te prometo que la cuidaré todo lo que pueda, mamá- Marina y Ana se abrazaron muy fuerte llorando.
- Te quiero mucho hija- Paula, Marcos y Hugo se unieron al gran abrazo, hasta Hugo estaba soltando alguna que otra lágrima.

Después de unos minutos más llenos de tristeza y de lágrimas, la familia al completo se marchó por la puerta de embarque con la promesa de que volverían lo antes posible. Marina y Paula quedaron muy tristes pero sabían que su vida estaba allí, al menos por unos años.

Después de que su familia volviese a España, la rutina volvió a inundar la casa. Las chicas estaban inmersas en sus estudios y Rafael lo estaba en su trabajo. La convivencia era fantástica y ya eran una familia muy unida. Los días pasaban muy rápidos y se convirtieron en semanas que a su vez se convirtieron en meses y  estos, a su vez, en años.

DOS AÑOS DESPUÉS
Era el día de la graduación de las chicas. Marina logró graduarse con un expediente impecable, lo que tenía mucho mérito teniendo en cuenta el cambio de idioma, Paula, por otra parte, le costó bastante graduarse ese año, se había convertido en un pilar fundamental en la empresa de su tío la cual se estaba expandiendo a otros países y absorbía la mayoría de su tiempo, pero gracias a su chica lo consiguió, y Emily también había conseguido tener un buen expediente que le consiguió un puesto de trabajo en la empresa donde Paula trabajaba y ella muy felizmente aceptó ya que así podría ver mas tiempo a Rafael. Al moreno le iba bastante bien, el esfuerzo que le había puesto a su trabajo había tenido sus frutos y ya tenía varias personas a su cargo y un buen sueldo que le permitió alquilar el piso que se encontraba justo encima de donde vivían cuando este se quedó libre, su convivencia era esplendida pero nunca estaba de mas un poco de intimidad y mas cuando en esos años le había tocado escuchar los gemidos de su hermana la cual no se podía controlar por mucho que Paula se lo dijese. Emily y Rafael pasaron de compañeros de piso a vecinos de las chicas.
Toda la familia se trasladó hasta allí para ver la ceremonia de graduación, las chicas estaba esplendidas: Marina llevaba un precioso vestido agua marina de gasa largo palabra de honor y Paula llevaba un vestido azul marino de gasa largo con tirantes pero que dejaba su bonita espalda al descubierto. Después de los discursos y las fotos en el hall de la universidad, toda la familia fue a un restaurante a celebrarlo. En esos dos años se habían visto en muchas ocasiones: en de navidad la familia iba allí a celebrarla con las chicas, en las vacaciones de verano se iban de viaje juntos y, en cuanto podían, hacían una escapada a Londres para estar con ellas. Había novedades después de esos dos años: María había encontrado un hombre con el que compartir su vida él cual la quería con locura y Macarena estaba encantada, se llevaba muy bien con él y con sus dos hijos, o al menos el tiempo que pasaba en casa ya que ésta pasaba la mayoría de las noches en casa de Marcos y es que los dos cada día estaban mas enamorados y a Hugo y a Ana les encantaba que estuviera tanto en casa ya que la querían cada vez mas.  A Marcos aún le quedaban dos años de carrera, había decidido seguir los pasos de su padre y con mucho esfuerzo llegaría a convertirse en un médico de prestigio como Hugo. Las chicas también terminaban ese año. Lucía y Julia hicieron ese año las prácticas en la agencia de publicidad de Ana y a finales de verano empezarían un master en marketing y trabajarían unas horas en la agencia, y Macarena ayudaría a su madre con la gestión de las tiendas, que ya no solo estaban en Londres sino que ya tenían varias en Francia y se estaba convirtiendo en una marca muy conocida. Todo iba bastante bien para todos. Se encontraban disfrutando de la agradable velada cuando Paula golpeó su copa para llamar la atención de todos y se puso de pie, se notaba que estaba un poco nerviosa.
- Quiero daros las gracias a todos por venir en este día tan importante para nosotras, nos habéis ayudado mucho estos años y no sé que hubiera pasado sin todo vuestro apoyo. Era especialmente importante para mí que hoy estuvieseis aquí, porque sois mi familia… habéis estado en todos los momentos en los os he necesitado y quiero que compartáis conmigo todos los buenos momentos que están por venir y este, espero, será uno de los días mas felices de mi vida y quería teneros a todos aquí para que lo presenciarais- su hermano, que estaba a su lado, le dio la mano pasándole así una pequeña cajita roja. Respiró profundamente y siguió hablando- Marina, mi amor, desde el primer día que te vi, algo surgió en mi, algo que me decía que siempre habías sido tú, tú eras la persona a la que había esperado toda mi vida y la que me hace realmente feliz y con la que quiero pasar el resto de mi vida y por eso quiero preguntarte esto- Paula puso una de sus rodillas en el suelo y abrió la pequeña cajita, que tenía en su interior un precioso anillo, ante una muy emocionada Marina que tenía una de sus manos en el pecho y sus ojos comenzando a aguarse- ¿Quieres casarte conmigo?- Paula apenas pudo terminar la frase, Marina se enganchó en su cuello y la comenzó a besar, todos los allí presentes comenzaron a aplaudir y a silbar, incluso los comensales de otras mesas. Marina no paraba de besar a una muy feliz Paula que la separó ya que quería obtener una respuesta- ¿Eso es un sí?- Marina sonrió y se volvió a lanzar hacia su boca, pero esta vez si tuvo una contestación.
- Claro que sí, mi amor- le dijo entre besos- si, si ¡si!- la volvió a besar- te amo
- ¡Que vivan las novias!- gritó Marcos a pleno pulmón mientras toda la mesa aplaudía. Ana se encontraba mas que emocionada viéndolas y Hugo tuvo que disimular mientras se secaba unas lagrimitas, la que no podía disimular era Macarena que, aunque ya sabía que iba a ocurrir, no se esperaba que fuera a ser tan bonito.
Los camareros en seguida aparecieron portando botellas de champán y copas para todos, llenaron sus copas y brindaron por la feliz pareja que se encontraba abrazada e inmersa en un mar de carantoñas y besos. Esa noche la celebración del compromiso se alargó hasta altas horas de la madrugada, pero a las chicas, que siguieron su celebración en la habitación, la noche se le quedó corta y se convirtió en día, aunque ellas no tenían prisa, tan sólo tenían toda la vida.




SEIS AÑOS DESPUÉS

- ¡No! ¡No! ¡Carmen no!- Paula agarró a la pequeña para evitar una de sus fechorías, estaba pintando a la pobre Maia con rotuladores de colores- Mi vida, Maia no es tu libreta de dibujos- obtuvo como contestación una gran risotada y muchas palmas, miró a su perra con pena y ésta parecía corresponderle el gesto- lo siento chica, sé que tú no estas para estos trotes, pero la niña nos ha salido artista.
Marina salió apurada de una de las habitaciones mientras se ponía un pendiente.
- ¿Cariño has visto mi cartera? Voy a llegar tardísimo- hoy era el primer día en el que Marina trabajaba después de su maternidad.
Un año después de su compromiso las chicas se casaron en una tranquila playa de Santorini con su familia de testigo, y unos años después decidieron tener un hijo, ambas querían ser madres y formar una familia por lo que comenzaron el tratamiento para la fecundación, Marina deseaba que sus hijos tuviesen los rasgos de su mujer, quería que fuesen rubios o que tuvieran sus bellos ojos azules al contrario que Paula que quería que tuvieran los rasgos de su esposa, pero como Marina era la que se iba a quedar embarazada ella ganó, por lo que fecundaron un óvulo de Paula con semen de un donante inglés, que tenía rasgos parecidos a los de Paula y así después de un año y algunos intentos, Marina dio a luz a Carmen,  un angelito de pelo rubio y ojos azules. Después del aluvión de nombres por parte de la familia y de que Macarena no parara de llamarlas para que le pusieran su nombre, las chicas decidieron ponerle Carmen, que era el nombre de una de las abuelas de Paula y el cual a Marina le gustó desde el primer momento. Ya tenía dos años y aparte de los rasgos físicos, se parecía en más cosas a Paula cuando era pequeña ya que era un verdadero trasto. Esos dos años, Marina se había dedicado a cuidar de su hija mientras que Paula dirigía la empresa de su tío, habían abierto varias sucursales y Paula se quedó al cargo en Londres mientras su tío viaja supervisando las demás. Ese curso, la morena había decidido volver a trabajar, ella había seguido la carrera académica y daba clase en la universidad en la que años antes habían ido como alumnas. La rubia se quedaría por las mañanas con su hija mientras comenzaban el curso en la guardería y para así poder disfrutar más de su niña.
Paula, que seguía con Carmen en brazos, miró en el pequeño parque de juegos de ésta y entre los peluches encontró la cartera de su mujer.
- Parece que encima de artista ha salido ladrona- Carmen no paraba de sonreír cuando su madre le decía algo- eres un trasto, vas a hacer llegar tarde a mamá el primer día de clase, mira como corre como loca- las dos se encontraban esperando a que Marina terminara de arreglarse. Por fin apareció por el pasillo apresurada con su gran bolso colgado del antebrazo, esa imagen le recordó a los días en los que iba a recogerla a su casa para ir la facultad- Aquí tienes- le dio su cartera- estás preciosa.
- Gracias mi amor- por muy tarde que fuese, había tiempo para besar a su mujer una vez mas-portaros bien, cuida a tu mami mi amor- besó los mofletes de su hija-ya os echo de menos- besó los labios de su mujer por última vez antes de irse a trabajar- te amo.
- Te amo.
Habían conseguido todo lo que se habían propuesto, y solo les quedaba toda la vida para disfrutarlo.

FIN

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