El despertador de Paula empezó a sonar y sus ojos comenzaron a abrirse poco a poco. En cuanto recordó el día que era sus ojos se abrieron rápidamente y una gran sonrisa apareció en su rostro, saltó de la cama y fue hacía el baño pasa asearse y vestirse. Cuando bajó pegando pequeños saltitos, su padre y su hermano se dieron cuenta en seguida que algo pasaba.
- ¡Buenos días chicos!- dijo con una amplia sonrisa, dándole un beso a su padre.
- ¿Y esa felicidad?- le preguntó Marcos levantando las cejas.
- ¿Qué pasa? ¿Una no puede despertarse feliz?
- ¿Pero tanto? Y mas estando casi en exámenes finales
- ¡Pues hay que ser feliz de todas maneras!-dijo con una amplia sonrisa- ¡Además! ¡Es viernes!
- Estás loca- le contestó riéndose
Terminó de desayunar y salió en busca de su chica, pero ese día, con tan buena temperatura y un sol radiante, decidió sacar su vespa.
Llegó un poco mas tarde de la cuenta al piso de Marina por culpa del tráfico, pero la morena no estaba en la puerta, se extrañó ya que era muy puntual, aparte de que no le había contestado a su mensaje de buenos días como de costumbre. Sacó su móvil del bolsillo y la llamó, pero no le atendía por lo que decidió esperar unos minutos antes de llamar a su casa o tocar el timbre. Cinco minutos después, cuando ya iba a marcar a su casa, Marina apareció sofocada metiendo cosas en su bolso.
- Lo siento muchísimo Pau, he tenido- se quedó callada al ver dónde venía Paula.
- Buenos días- le dijo la rubia con una amplia sonrisa- su carruaje la espera-se rió al ver la cara de asombro de la morena.
- ¿En serio?
- En serio- le contestó extendiéndole un casco que recibió Marina con una sonrisa- ¿qué te ha pasado?
- No sé donde está mi móvil- suspiró- siempre me despierto con el despertador del teléfono y no tengo ni idea de donde esta, me ha despertado mi madre hace un cuarto de hora al ver que no salía de mi cuarto.
- Pero si estuvimos hablando antes de dormir- dijo con gesto de extrañeza.
- Ya... por eso es extraño, no sé, le habré dado un golpe al dormir y estará debajo de la cama o algo así, es que, como era tan tarde, no lo he buscado mucho.
- Eres un trasto- decía Paula sonriendo y negando con la cabeza.
- Pero me quieres- dijo con una sonrisa triunfadora.
- Anda modesta, ¡sube!
La pareja fue para la facultad y como siempre las esperaban sus amigas.
- ¡Paula! Cómo puedes ser tan mala de hacer pasar a Marina la vergüenza de montarse en ese cacharro- dijo Macarena cuando estaban ya al lado de ellas.
- Oye no empecemos- Dijo la rubia quitándose el casco.
- A mi me gusta- dijo Marina.
- Eso es amor- dijo riéndose Lucía.
- Chicas habíamos pensado en salir esta noche, ¿qué os parece?
- Lo siento chicas, tenemos planes- le contestó la rubia sin parar de mirar a su chica.
Después de millones de comentarios de sus amigas metiéndose con ellas, entre risas, se fueron para clase.
La mañana pasó como todas. Las chicas estaban mas cariñosas que de costumbre, se comían con la mirada y no se soltaron la mano en todo el día. A Marina ya no le importaba que la gente de la facultad las viese, es mas quería que la viesen de la mano de la rubia ya que pensaba que era la mejor persona que podía tener nadie a su lado y era toda suya y en pocas horas ella iba a ser de le rubia.
Al finalizar las clases salieron hacía el aparcamiento y se quedaron hablando con las chicas durante un rato hasta que estas se marcharon.
- Oye preciosa...tengo una idea: vente a casa a comer; tu suegra estará encantada de que te quedes y así no tengo que esperarte luego que ya sabes que me pongo que me falta tirarme de los pelos- se rieron.
- Me encantaría cariño, pero no se si recuerdas - se acercaba hacía la rubia mientras hablaba y esta la rodeó con los brazos- que ayer me raptaste cruelmente y no puede ir a casa a comer.
- ¿Si? ¿Cruelmente? Mmmm no lo recuerdo.
- Si...-le dio un pequeño beso en los labios que hizo que Paula se sorprendiese gratamente y abriera los ojos de par en par- por eso hoy tengo ir a casa y ya luego voy a verte.
- Con otro beso puede que me convenzas- la morena obedeció al momento dándole otro pequeño beso a su chica- aunque ahora que lo pienso... me dan ganas de raptarte otra vez- le dijo con cara picara.
- Anda vamos- se separó de su chica- que al final te pediré yo que me raptes si seguimos así.
Las dos chicas se montaron en la moto y emprendieron el camino de vuelta. Ya en el portal de la morena, se despidieron.
- Estoy contando los segundos para que llegue esta tarde- le dijo la morena mirándola a los ojos y mordiéndose el labio inferior. Paula notó un pequeño pinchazo en su entrepierna con ese gesto. Ella llevaba contando los segundos toda la semana.
- Yo también preciosa, anda sube y no me tientes mas, ah! Y busca tu móvil.
- Esta bien- se rió la morena- luego nos vemos- se despidieron finalmente con dos besos.
Marina subía los escalones que la llevaban a su piso, tan feliz como el día anterior. Esos dos días le habían servido para ver que todas sus preocupaciones se acabarían pronto y que la vida con Paula iba a ser incomparable. Buscó las llaves en su gran bolso, abrió la puerta y se dirigió hacía el salón, donde estaban su padre con la mirada seria, su madre, con los ojos hinchados de llorar que al verla rompió en llanto, su hermano Rafael, sentado en el sofá con sus codos a poyados en las rodillas y su cabeza agarrada con las manos y su hermanos Jesús, de pie. Nada mas aparecer por la puerta saludó en general un poco extrañada. En seguida vio que su hermano mayor sostenía en sus manos su móvil.
- Se puede saber que haces con mi móvil- dijo seria y temerosa.
Su hermano mayor se volvió, levantó su mano y le dio una fuerte bofetada en la cara que hizo que Marina volviese su cara y se tambaleara.
- Calla zorra bollera!