Capítulo 37

11.9K 650 3
                                    

Paula estaba sentada en el filo de la cama mientras veía lo que era para ella la imagen más preciosa del mundo: su chica durmiendo profundamente y apenas tapando su desnudez con la fina sabana. Una gran sonrisa apareció en el rostro de la rubia al recordar la noche anterior. Había sido la mejor noche de su vida, se le erizaba el bello al recordar cada beso, cada caricia, cada orgasmo. La morena había resultado ser inagotable e insaciable, poco quedaba de aquella tímida chica que conoció, se había convertido en toda una mujer decidida que sabia lo que quería y deseaba. Fue normal que no se inmutara cuando Paula la tapó completamente y besó su frente. Se levantó de la cama, se puso unas bragas y una camiseta y salió de la habitación. Unos minutos después volvió con una bandeja en la que había dos tazas de café, unas tostadas y algunos bollos. La dejó en la mesita de noche y se tumbó al lado de su chica. Después de admirarla unos segundos comenzó a acariciarle la cara con sus dedos y a besar sus labios suavemente. Marina abrió los ojos lentamente y una gran sonrisa apareció en su rostro.
- Hola peque- le dijo la rubia en apenas un susurro.
- Buenos días- la expresión de marina no se podía explicar, estaba feliz y saciada. Esa imagen derretía por completo a la rubia.
- Te he traído el desayuno, al final ayer ni siquiera cenamos y tienes que recuperar la fuerzas.
- ¿Para el segundo asalto?- la miraba con los ojos llenos de deseo, hizo sonreír  a la rubia- Aunque eso de que no comí ayer no es del todo cierto.
- No te cansas ¿eh?
- Es imposible que me canse- besó sus labios- aunque tengo agujetas- la rubia no pudo evitar reírse.
- Bueno, las agujetas se quitan con mas ejercicio, pero mejor lo dejamos para esta noche- se dieron un corto beso y comenzaron a desayunar- por cierto….tu hermano…
- Mierda- la cortó Marina- ¿nos habrá escuchado?- comenzó a ponerse roja.
- No creo,  tu hermano no estaba en el sofá.
- ¿Qué? ¿Quieres decir que…?- Paula afirmó con la cabeza sonriendo.
- No puede ser…si apenas se podían mirar a la cara de los nerviosos que se ponían.
- No sé, lo único que sé es que no está.
Después de desayunar, las dos chicas se fueron al baño para poder disfrutar de una ducha en pareja y media hora después salieron de él encontrándose a Rafa en el sofá mirando sus cartulinas y a Emily en la cocina preparando el desayuno.
- Hola Don Juan- Marina se sentó al lado de su hermano- ¿qué tal la noche?- le dijo levantando las cejas.
- Bien- fue la corta respuesta del moreno que intentaba disimular su sonrisa.
- ¿Eso es lo único que me vas a decir? ¡Que acabáis de dormir juntos!
- Shhh ¡Marina!- se puso completamente colorado- no es lo que piensas.
- ¡Bueno pues cuéntame!
Mientras tanto, en la cocina, nada mas aparecer Paula por la cocina, Emily saltó abrazándose a ella.
- Buenos días campeona- le dijo con una gran sonrisa- menos mal que mi habitación esta separada de la tuya si no tendría que haber buscando tapones para los oídos- hizo que la rubia se pusiera colorada.
- ¿Se escuchaba mucho?
- Nah, solo un poco, pero no te preocupes solo fueron unos pequeños ruiditos- la miró con una sonrisa picara.
- Pero bueno, tú eres la que me tiene que contar, ¿Habéis dormido juntos? ¿No me digas que ya somos cuñadas?
- Noo- miró hacia abajo avergonzada-  Estábamos en el pub tomándonos unas cervezas y vi como Rafa se estiraba y se tomaba el cuello, le pregunté qué le pasaba y me dijo que le sofá era cómodo a principio pero ya no tanto y al llegar le dije que durmiese conmigo, que mi cama era lo bastante grande para los dos.
- ¿Y?
- Y no pasó nada- dijo con media sonrisa-
- Venga cuenta
- Ayer no pasó nada…pero esta mañana….me he despertado abrazada a él…se sentía tan bien…él se ha despertado y nos hemos mirado y…me he acercado y lo he besado.
- Joder eso es genial- dijo muy contenta.
- Si…pero nos hemos levantado como si nada y no hemos vuelto a hablar.
- ¡Emily! Sois mayorcitos ya para…- cuando iba a regañar a Emily por no echarle valor, Marina la llamó para que fuese al salón- no te muevas de aquí jovencita.
Unos minutos después Rafael apareció muy nervioso dándole vueltas a unas cartulinas que llevaba en la mano. Se puso delante de Emily, llamó su atención y le dio la vuelta a la cartulina.
- “Emily, desde que te vi por primera vez hace unos días…”-cambió de cartulina- “No he podido dejar de mirarte”- Emily estaba completamente sorprendida de lo que parecía una declaración- “Tus ojos, cada vez que me miras, me dejan completamente hipnotizado”-  Paula y Marina intentaban asomarse sin ser vistas para ver como le iba al moreno- “sé que nos conocemos desde hace muy poco, pero…”- Rafael respiró profundamente- “ME GUSTAS como nadie me ha gustado y me gustaría ser algo mas que amigos”.
Las cartulinas salieron volando cuando la pelirroja se abalanzó hacía él enganchándose en su cuello y besando sus labios.
Las chicas al ver el bonito final se besaron para celebrarlo. Desde que llegaron al país, todo estaba saliendo a pedir de boca para los hermanos.

Con el paso de las semanas, la convivencia cada vez iba mejor. Los hermanos ya se defendían con el idioma, también se acostumbraron al modo de vida londinense y a sus costumbres tan diferentes a las suyas. Rafael comenzó a trabajar en la empresa de la familia de Paula. La rubia y Emily comenzaron la universidad, cosa que hizo unas semanas después Marina gracias a que Paula, nada más llegar al país su chica, comenzó los trámites para el traslado del expediente. Todo estaba saliendo a pedir de boca, eran una pequeña familia, se querían y se apoyaban entre todos. La vida así parecía más fácil.

Paula iba todos los días por la mañana a la facultad acompañada de Emily y Marina. Los días que no estaba muy ajetreada con los quehaceres de la carrera, la rubia iba por la tarde a la empresa para seguir con sus obligaciones. Había trabajado tan duro aquel verano que ya era un miembro indispensable en la agencia. Esa tarde volvía a casa en un coche de empresa mirando el paisaje nublando y las gotas que caían sin saber que le esperaba una gran sorpresa.

GypsyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora