Sus ojos

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Corriendo por los pasillos del castillo, descalza y con el cabello alborotado pasa una pequeña princesa de 13 años que busca salir del castillo. Fernanda que siempre curiosa y buscando una aventura nueva se destacaba por el castillo ya que era como un huracán que se escuchaba como a 20 habitaciones antes de que llegara donde estaban las demás personas, su risa se escuchaba por todos lados y hacia alegrar a quienes tenia cerca, gustaba pasar tiempo con las personas que mantenían el lugar, los jardineros le explicaban que si ellos no hacían su trabajo no habría jardín para que ella jugara, así como los de construcción le explicaban que se encargaban de armar viñedos, plazas, viveros y en fin cualquier cosa que se necesitara o que quisieran los reyes, las cocineras trataban de no encontrársela ya que se comía todo antes de tiempo, menos Olga quien era la cocinera que la consentía y por ella Fernanda siempre iba, le tenía distintas cosas que sabía le gustaban a la princesa, le gustaba regalonearla, y así le gustaba pasar su tiempo aprendiendo de todas las personas con las que se rodeaba.

En una tarde de verano que estaba en los jardines de un pasto verde, grandes árboles y muchas flores las cuales gustaba de admirar se encuentra con un animalito, tenía cola y cuatro patas, bigotes y lindos ojos azules, la princesa al verle grita.

- ¡UN GATO! - el animal al ver a nuestra princesa sale corriendo y se sube a un árbol, queda sobre una rama con sus patitas de color blanco colgando y moviendo su cola de manera interesada - ¡Baja de ahí!

- ... ... ...

Al no responder a los gritos de la princesa, Fernanda se dispone a subir a aquél árbol, se hecha un poco para atrás, ya que andaba descalza de hace un rato no se preocupó por el calzado, pero sus vestidos siempre sufrían por sus jugarretas, con un impulso salta al tronco del árbol al cual lo abraza con manos y piernas, se lastima un poco pero con lo testaruda y obstinada continúa tratando de escalar, un brazo, una pierna, el otro y así hasta que casi podía tocar la cola del gato, unos intentos más y logra alcanzar la rama donde el gato estaba acostado, se miran y al ver aquellos ojos recuerda los ojos de aquel niño que la besó y del cual poco y nada ha sabido últimamente. Recordaba las sensaciones de aquella vez, los aromas, las miradas, el vestido roto... en eso mira su vestido y nota que ya lo tenía algo deshilachado, recuerda con la dedicación que Pedro tomó la aguja e hilo y con la destreza de un niño junto con el cariño del primer amante se dispuso a coser el vestido de aquella niña que de a poco le volvía loco y le hacía hacer cosas, pues... de locos. Con estos recuerdos a flor de piel se estira para tocar al felino quien antes de que la princesa pudiera tocarlo se pone de pie y salta abajo del árbol, la princesa a esta altura se sentía muy frustrada a lo que trata de imitar al gato saltando de la rama, con la mala suerte de que al caer se tuerce el tobillo, hinchándose y doliéndole, como puede se pone de pie para llegar rápido de vuelta al castillo y buscar ayuda.

Al legar al castillo la encuentra Esperanza que ve cojeando a la pobre Fernanda y acude a su ayuda.

- Fernandita hija ¿qué le pasó? – la pregunta fue con cariño y preocupación.

- Fue un gato – le dijo mientras hacía un puchero y casi llora.

- Pero ¿cómo un gato le va a hacer esto? – las dudas eran evidentes, la toma por la cintura y la lleva al cuarto para tratar de vendarla e inmovilizarle el pie mientras Fernanda se quejaba y le explica.

- Es que yo quería tomarlo y se subió a un árbol – esperanza ya iba entendiendo todo – así que yo igual me subí, pero luego el gato se bajó – eso lo dijo blanqueando los ojos, mientras esperanza reía internamente por las ocurrencias de la princesa – así que siguiéndolo salté del árbol, pero caí mal – volvió a mirar a su acompañante con un puchero que la hacía ver muy tierna según esperanza.

Esperanza no podía si no mirarla con cariño mientras la llevaba a su cuarto, por suerte la criada de Fernanda sabía qué hacer en estos casos, tomando unas vendas deja el pie de la princesa lo más inmóvil posible.

- Fernandita, evite que los reyes la vean así – hacía referencia a su pie – ya que podrían molestarse con usted y conmigo.

Fernanda que lo que menos quería en el mundo es causarle problemas a Esperanza ya que la quería mucho se remitió a quedarse en su cuarto reposando en su gran cama hasta la hora de su clase, este día se le enseñaría geografía que era algo nuevo para ella y la tenía algo emocionada.

- Bueno princesa Fernanda, lo que me trae el día de hoy es la clase de geografía - saca de un tubo un mapa gigante - así que nos entretendremos un poco con este mapa que muestra todo el continente.

- Está bien, aunque no me digas princesa, solo dime Fernanda – a Fernanda no le gustaba que todos la llamaran princesa, ya que ese título no era ella, no era su personalidad, ella no se reflejaba en el título de princesa, no había hecho nada para ganárselo, prefería que el mundo la llamara por su nombre, aunque al profesor como a las demás personas les costaba adaptarse a ese punto.

- Muy bien – le dijo algo nervioso sin saber cómo reaccionar – comencemos con la clase – dijo para distender la situación - El continente Dárian alberga el país donde vivimos que se llama Mírconhez y es habitado por distintas criaturas, elfos, enanos, humanos, ogros, duendes, etc. Las historias relatan tiempos en los cuales se desataron cruentas guerras entre ángeles y vampiros los que se fueron de estas tierras dejando solo recuerdo de donde solían estar. Al norte de Mícronhez se encuentra el mar del ocaso por donde se dice que los ángeles se fueron y algún dia volverán – esto era parte de la religión que imperaba en el país - En el mar del ocaso se encuentra el gran Puerto Mariana, al sur del puerto se haya la grandiosa ciudad dorada de Rumnar que es donde habitan los elfos del oeste y son estos los encargados de custodiar y mantener el gigante bosque de abetos que ha sido defendido por generaciones, al sur del bosque de abetos tenemos el bosque de damascos que tiene dos pueblos habitado por las hermosas ninfas Lissta y Frisnno que se encuentran separados por el Rio Broma. Al sur oeste en la parte más alejada del país se encuentran las montañas Molgar por donde se cuenta también en la historia que lo vampiros decidieron viajar más allá de estas montañas. Las montañas de Molgar están habitadas por los enanos que una vez fueron un pueblo muy pacifico que habitaba en comunidad con todas las demás razas pero después de la guerra por el trono los pueblos se dividieron y los enanos pasaron a ser un pueblo arisco que no comparte muy bien con los demás. Nuestro castillo, el castillo del sol naciente también conocido como el castillo del este se encuentra en el reino Fonteiure al norte de la gran ciudad de Pardella también llamada la gran ciudad de los humanos, al costado de la gran ciudad podemos ver el bosque de las mil sombras, se le dice así porque es uno de los lugares más oscuros de todo Mírconhez al oeste de nuestro reino están las montañas Loctranvahal también conocidas por los lugareños como las montañas de fuego. Al este de las montañas de encuentra el pueblo de Tagmadan junto al lago del canto a la luna y las montañas de la muerte del sol donde se encuentra la ciudad de PlinPam habitada por los bulliciosos faunos. Al sur de Pardella se encuentra el país Mosankhol donde está la ciudad de la alquimia – alguna vez fue habitada por los más poderosos alquimistas - Tarhann, uno de los reinos más grandes y poderosos ubicados en el desierto de Mosankhol – las clases habían sido mezcladas en parte por la religiosidad del profesor, esto lo noto Fernanda quien ha sido instruida a lo largo de toda su vida.

Los ojos de nuestra princesita se iluminaban al escuchar todo lo que había en el mundo, ella quería conocer cada lugar, cada rincón y cada raza que hay en Dárian.

El castillo del sol nacienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora