Reencuentro

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Al volver del viaje nuestra querida princesa ya no estaba tan animada como de costumbre, ya no salía a jugar ni a poner sus pies desnudos sobre el césped, las criadas miraban con tristeza a Fernanda ya que acostumbradas a que fuera un tornado con pies y anduviera revolviendo todo en la cocina, en los jardines y muchas veces andar detrás de ella corriendo para que no se lastimara o no arruinara otro vestido, ahora les tocaba verla sentada en el jardín del ala oeste mientras el sol la bañaba tristemente con la mirada perdida y pensativa. Tanto pensar hacía que Fernanda se entristeciera cada vez más, se sentía totalmente impotente ante la idea de contraer matrimonio con una persona a la que ella no ama, se sentía pasada a llevar por las malditas costumbres de una realeza que solo quería tener más dinero y poder a costa de la vida y la felicidad de una persona, eso es injusto también pensar que todo estaba tan bien hace unos pocos días, pensaba en Pedro y el beso de aquella vez, se sentía feliz al pensar en aquella travesura de niña, se sentía feliz y nostálgica al pensar cuando era niña. Recuerda las palabras de Esperanza, la posibilidad de crear nuestro propio futuro y mezclado con la nostalgia de niñez más el pensamiento de Pedro, Fernanda decide salir al reino y buscar a aquel chiquillo, para al menos saber cómo está. Camina hasta la entrada del castillo mientras que los guardias algo miedosos.

- Princesa, lo lamento, pero las órdenes del rey son no dejarla salir del castillo sola – esto lo dijo muy asustado.

- Lo sé, tranquilo – les decía para calmarlos, no quería salir sola, esta vez quería que la vieran como princesa así las cosas se hacían más rápido – quiero que me acompañen 5 guardias que estén en descanso ahora.

Los guardias corrieron a avisar sobre la petición de la princesa y al poco momento tenía a los guardias listos para acompañarla.

Su idea era llegar como la princesa, con la guardia real y todo entonces preguntar dónde estaba Pedro, el chico del mercado del puesto de manzanas, lo demás es esperar a que el mismo pueblo lo mande a llamar porque la princesa lo está buscando luego lo llevaría al castillo, una vez ahí podrían conversar tranquilos. En marcha su plan salen caminando por la entrada principal y las miradas de las personas no se hacen esperar se escuchan murmullos de los pobladores a cerca del por qué la princesa estaría en el pueblo, se dirige al mercado, aprovecha de ver un poco lo que el pueblo tiene para ofrecer, es un pintoresco lugar con calles grandes y casa pequeñas, todas una junto a la otra, las personas del reino vestían para el trabajo y solo para las celebraciones que no eran pocas se cambiaban a un vestuario más vistoso, la realeza no participaba de esas celebraciones aunque la princesa siempre quiso ir, pero a cambio recibía aburridas fiestas con aburrida música con aburridas personas en el castillo y en mansiones gigantes en Pardella de la gente más poderosa, a ella le aburrían esas formalidades. Caminando por el reino de Fonteiure se acercaba al mercado cada vez más y la gente del pueblo comenzaba a aglomerarse alrededor de la princesa, era todo un espectáculo verla con su vestido color rosa de ancha caída en la falda y un escote que se ajustaba perfectamente a su cuerpo y a su figura. Al llegar a la entrada del mercado le dice a uno de sus guardias que proclame lo siguiente.

- Se está buscando a Pedro Lisanti, un joven mercader de manzanas, se pide en nombre de la princesa que sea traído inmediatamente ante su presencia – esto lo dice el guardia delante de todas las personas del mercado.

El pueblo escucha y se sorprende ¿que querría la princesa con ese chico? Aunque inmediatamente todo el mundo parte al puesto de manzanas y preguntan a la madre de Pedro que dónde está el muchacho, ella responde preguntando algo extrañada que para que lo buscan mientras todos responden casi a coro que la princesa lo mandó a llamar AHORA YA, a la madre se le para el corazón pensando que su hijo está en serios problemas casi titubeando les indica que es el día libre de Pedro, que ha de encontrarse en la casa, las demás personas parten a la casa de la mercader donde se supone estaría pedro, al llegar un número de 8 personas aproximadamente se apresuran a llamar a la puerta.

El castillo del sol nacienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora