Un rojo amanecer

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- Fernandita hija despierte – esperanza había entrado recién a la habitación de la princesa ya que se había encontrado con que no había bajado a desayunar, por ello preocupada pensando que había enfermado fue a verla, pero solo consiguió que la princesa se retorciera en la cama – Fernandita despierte que ya es tarde – en eso de a poco va despertando Fernanda quien siente un pequeño dolor de cabeza y que la luz del sol está demasiado fuerte.

- Ay esperanza apaga el sol un momento y déjame dormir – mientras la princesa decía esto esperanza fue entendiendo de a poco lo que estaba pasando.

- A ver señorita, se me levanta inmediatamente – y dicho esto la destapa a la fuerza, no tenían problemas con que Fernanda estuviera desnuda ya que se conocían de toda la vida, así que Fernanda sin tener más que hacer se sienta al borde de la cama y mira a esperanza.

- Hoy llegaste de buen humor – le dice nuestra princesa a la criada que traía una sonrisa en el rostro.

Es que ayer me dijeron por ahí que vieron salir al joven Pedro tarde por la madrugada, así que pensé que usted estaría bastante contenta – le dijo en un muy doble sentido, Fernanda se sonrojo inmediatamente y se toca la cara que estaba ardiendo.

- No fue un sueño entonces – ella había pensado que había tenido el mejor sueño de todos, que Pedro la había acompañado hasta su habitación, le había ayudado con su vestido y la había arropado en la noche – eres la mujer más bella que hay en todo el mundo – dijo casi en un trance la princesa.

- ¿Y eso señorita? – pregunto algo extrañada Esperanza.

- Me lo dijo, él me lo dijo – saltó abrazando por el cuello a esperanza que estaba muy feliz por la sonrisa en el rostro de Fernandita que era como su hija y una sonrisa en ella era una sonrisa para el castillo – me acompañó a mi cuarto porque me pase un poco con el vino – Esperanza en ese momento la miró con desaprobación – solo un poco, no me mires así, el caso es que el me acompaño por el castillo y me trajo a mi cuarto – Fernanda casi se atropellaba al hablar – recuerdo que le pedí ayuda con el vestido – Esperanza no sabía si quería seguir escuchando – no te preocupes, no pasó nada, pero me desnudé y me acosté – Fernanda lo decía con tanta naturalidad, como si fuera lo más común del mundo desnudarse frente a un chico, pero desde que se conocían con Pedro no había tapujos ni tabúes – luego cuando estaba por dormir me lo dijo, fueron las palabras más lindas que me han dicho – lo decía como si fuera una quinceañera enamorada.

Bueno jovencita, baje a desayunar que ya es tarde, dígale a Olga en la cocina que le prepare algo – se retira Esperanza de la habitación con un pequeña sonrisa y negando con la cabeza pensando en que su niñita al fin se estaba aclarando con respecto a ese jovencito, a esperanza le agradaba Pedro, aparte que desde que llegó al castillo Sarah la madre de pedro habían hecho una buena amistad las dos, aparte que un jovencito que esté dispuesto a dar la vida por su niña es lo mínimo que estaría dispuesta a aceptar, por su parte Fernanda se vistió pensando en su caballero, de verdad había pasado, no había sido solamente un sueño, se sentía muy feliz, cantarina, el sol ya no le molestaba y el dolor de cabeza había desaparecido.

- Listo señor, estamos preparados – Tamara le informaba a Kevin sobre los últimos arreglos para llevar a cabo el plan del asalto al banco – tenemos a los hombres cerca del bosque y por el castillo para comenzar los incendios.

Perfecto, espero que sean competentes, no puede haber ningún fallo – sentenciaba Kevin mientras juntaba a su grupo para iniciar el asalto – como ya saben, cuando comiencen los incendios debemos esperar a que salgan algunos guardias del interior, el sol está por ponerse y ese será el momento perfecto, yo abriré por el techo para poder hacer la entrada de manera inesperada, entraran primero los asesinos que reducirán a todas las personas que se encuentren en el interior, si alguien se resiste ya saben que hacer – miraba al grupo de asesinos comandados por Tamara que asintieron para dar a entender que sabían a qué se refería – luego entraré con el grupo de ladrones, yo volaré la tapa de la bóveda y lo más rápido posible deberán sacar todo el oro del lugar sin dejar nada – los hombres que irían con Kevin sabían muy bien hacer su trabajo – quiero que todo se haga lo más rápido posible, sin errores, sin dudas – las personas que se encontraban con él se preparaban y arreglaban los últimos detalles mientras por otro lado las personas encargadas del fuego esperaban el ultimo rayo de sol.

El castillo del sol nacienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora