El castillo del sol naciente

En busca de la alquimia

- Conocemos la ruta de ida y de vuelta – decía Camila, una chica de unos 19 años, rostro blanco como la porcelana, destacaba por su blancura en un lugar desértico, largas piernas, delgada con una silueta de bailarina, su cabello castaño largo y liso le daban el marco perfecto para sus ojos color amarillos, Camila era una de las Banshees con más talento para el espionaje y la obtención de información.

- Entonces solo esperemos a que pasen y damos la orden para llevar acabo el asalto – Kevin que se mantenía apoyado en una columna en medio de la nada le daba las instrucciones.

Se preparaban las Banshees para asestar un pequeño golpe a una pequeña caravana que venía camino a Zu'Rathra, esta caravana que traía piedras preciosas desde Tarhann consistía en 7 guardias y 4 comerciantes, los guardias se notaban que eran mercenarios, de poca monta, se notaba que no tenían preparación según los informes de Camila.

Se acerca la caravana a donde se encuentran las Banshees, Kevin esperaba el momento oportuno para el atraco, a su señal se lanzaron las Banshees quienes con gran manejo asesinaron a los guardias, maniataron a los mercaderes y saquearon las carretas, dejaron a lo mercaderes atados en el desierto cosa de que murieran con el sol, aunque semanas después se enteraron de que los habían encontrado al borde de la muerte y que se habían salvado, contarían la historia de las Banshees por mucho tiempo, sus efectividad y su crueldad.

Luego de este robo tenían dinero para subsistir durante unos meses holgadamente sin privarse de nada, mientras todos celebraban, Kevin que había tomado el puesto de cabecilla de las Banshees no se encontraba contento como los demás, si bebía y tenía su característico cigarrillo en la boca, pero no se veía como las demás personas festejando otra fechoría cumplida.

Camila que lo vio a lo lejos sentado en el marco de la entrada del edificio a contraluz con la luna menguante, se dirige a encontrarlo.

– Nunca pensé que un trabajo bien hecho te dejara tan triste – le decía para iniciar una conversación.

- No se trata del trabajo – decía kevin con pesadez en los ojos – pasa que, de niño mi madre me hablaba del que se supone es mi padre, un alquimista que venía desde Tarhann, con una caravana mercante – se mostraba cierta ilusión en su mirada – luego de que mataran a mi madre nunca más he escuchado nada de él, no sé si está vivo o muerto, es posiblemente la única familia que me queda.

Camila que lo miraba con cierta admiración, ya que fue Kevin quien la entrenó en espionaje y la aceptó en las Banshees le costaba verlo de esa manera, siempre fue el tipo interesante, rudo, decidido y bueno con sus pares.

– Y ¿si vas a ver a Tarhann? Quizá puedas seguir su pista, eres bueno acechando y rastreando – a Camila siempre le había gustado Kevin desde que lo conoció, pensó que había sido porque le había ayudado en momentos críticos de su vida pero con el pasar del tiempo el amor había llegado a su corazón aunque con el miedo de derrumbar lo que tenía hasta ahora se lo guardaba celosamente para ella.

- Tienes razón, no pierdo nada con ir a Tarhann – decía algo más animado Kevin – partiré ahora mismo, puede que demore, te quedas a cargo – le dijo guiñándole un ojo y se acerco a ella para abrazarla – voy a volver lo más pronto posible – esto último se lo dijo mientras le sujetaba el rostro entre sus manos.

Camila que se había quedado estática con el guiño de ojo se quedó más tiesa si es que se puede con el abrazo, sentía su cálido cuerpo junto al de ella, era mucho mejor que en sus sueños y sus palabras que eran como el susurro de los ángeles en su oído.

– Que, que te vaya bien, estaré aquí para cuando vuelvas – le dedicó la más preciosa de las sonrisas junto a sus palabras.

Toma su bolso de cuero en cual coloca unas provisiones para atravesar el desierto, como había vivido toda su vida en esa zona no le era complicado atravesar el desierto, con cierta esperanza de poder encontrar a quien sería su único pariente vivo, su padre, su familiar, quería poder hallarlo y preguntarle tantas cosas.